El tiempo no existe. Sólo existe un presente pequeño e infinito, y nuestra vida sólo tiene lugar en este presente. Por lo tanto, una persona debería concentrar toda su energía espiritual sólo en el presente. León Tolstói .
La tenía pendiente, lo intente hace dos semanas y la nueva normalidad esta llenando la sierra cada fin de semana, o madrugas o no accedes a rutas que necesitas dejar el coche en el aparcamiento. Los días de entre semana siempre han resultado diferentes, tienen otro ritmo, como otra luz y en las zonas de recreo o en plena naturaleza se respira paz. Apenas hay coches en el aparcamiento, los perezoso como yo nos vamos juntando sobre las 10 de la mañana para salir con la no tan fresca, mira por lo menos dejo la camiseta de manga larga y voy con la corta, hace ese calor acompañado de la caricia helada que solo la montaña sabe darte.
Dejo a atrás los embalses de la barranca por sendas algo secas que van clamando algo de humedad, helechos bordados por los claro oscuros de una senda que serpentea ascendiendo por la montaña, ganando altura a su hermana que encauza el arroyo hoy silencioso y paciente en primavera ensordecedor, bravo y con la curiosidad que la juventud te regala. Voy enlazando sendas hasta llegar a la fuente de la campanilla, tomo el agua helada de su caño, son los mejores besos fríos que puedes llevar a tus labios en la naturaleza todo es frío, cuando te besa con sus aguas cristalinas o te abraza con el viento helado de las cumbres, pero a su vez todo es cálido, vivo y apacible. Apenas hay gente pero un montañero, Luis creo recordar, me da alcance, subimos juntos por la endiablada senda que nos dejara el ventisquero de la condesa. Nos cuesta ascender, el confinamiento ha sido la gran escusa este año para los que no estamos a tono y todo nos cuesta mucho mas, lo confieso este año estoy peor que el pasado. Con la charla amena llegamos a hacer cumbre en la Maliciosa, unas fotos, reponemos líquido y tomo una barrita energética vigilado por dos cabras con esos ojos del demonio que te miran fijamente y que no los encuentro para nada tiernos, mas bien inquisidores, no me gustan las miradas de las cabras salvajes.
Bajamos y nos despedimos en el ventisquero, a mi me queda subir la bola y a el desandar lo andado. Retomo la subida, la senda es muy buena y la inclinación no es tanta como la de la maliciosa, poco a poco los edificios del repetidor se van haciendo más grandes hasta coronar su cima, tan solo hay dos senderistas con problemas de interpretación lectora en el interior del recinto, al otro lado de la valla. Me hago unas fotos, es tarde, mi ritmo es demasiado lento y me pongo en seguida en marcha. La bajada por la pista de hormigón se hace fácil y es rápida. De nuevo me asaltan recuerdos de grandes rutas, de momentos míticos vividos en en estas rampas con mis compañero de MTB, cada vez más tengo ganas de escribir nuestra historia de los años que vivimos en el ForoMTB. Bajo la senda pedregosa que me deja en la entrada de la senda de la tubería, y pensar que yo me bajaba esto con la bici, no entiendo como he llagado vivo hasta hoy. En el giro de 180 grados sigo recto, se que esta la fuente de la Caña con una agua helada propia de los 2000 metros a los que estamos. Es mi sitio elegido para comer ya que no hace aire, la temperatura es ideal y las vistas son un regalo para quien se esfuerza en llegar a ella. Hoy no cambiara mi bocadillo de tortilla y mi agua helada por ningún restaurante de lujo. Tras comer y descansar un rato continuo mi descenso por la preciosa senda de la tubería a la que han quitado los trozos que se cruzaban de lado a lado, la propia senda y el balcón con vistas impresionante junte con el entorno de sus cumbres bajas lo hacen un magnifico lugar para el retiro interior, para sumergirte en ti mismo, en tus pensamientos, dejarte llevar por tus pasos, respirar y vivir, disfrutar el momento y agradecer lo que estas haciendo por que es lo que más valor hoy tiene en tu vida. Nada material, ningún sueño por cumplir tienen el valor de cada paso que das disfrutando de vivir, de estar sano, de disfrutar de tus seres queridos y de sonreír. La senda me deja en el mirador de las canchas, tan solo hay un grupo de cuatro chicos sentados disfrutando de las vistas y de su amor. Desde aquí te sientes grande, empoderado con Madrid a tus píes , mas alto que los prejuicios mas vivo que los que respiran ideas de un tiempo pasado.
Voy bajando por la pista camino de la senda Ortiz y me doy cuenta que la cantidad de historia, de horas de recuerdos, de momentos de imágenes que por un momento me asaltan y me evoca este entorno, la Barranca es mi hogar porque parte de mi historia esta en sus sendas y en sus caminos, se que renaceré en ella, formare parte del viento que sube y baja de las cumbres al embalse y remonta por el valle para errar por sus cumbres eternamente , al paraíso se postula en vida y oposito a esta plaza, establezco mi punto de destino.
Estoy muerto, demasiadas horas caminando, muchos kilómetros recorridos y muchos recuerdos, no se que que me esta agotando más de esta ruta. Anthony Doerr escribio en «Sobre Grace» En nuestros recuerdos, las historias de nuestras vidas desafían la cronología, se resisten a la transcripción: el pasado tiende una emboscada al presente y el futuro se apresura a ser historia. Sin lugar a duda es para mi el resumen de la ruta de hoy.