Los sentimientos no son enteramente involuntarios, y puede que usted tenga que recorrer un largo camino hasta escoger los que desee. Las emociones hacen sirvientes excelentes, pero también señores tiránicos.

John Seymour.

Hace dos sábados salí con José, Teresa y JJ a dar una vuelta por la pedriza. No había visto a JJ desde el año pasado y teníamos ganas de disfrutar una mañana con su compañía. Un largo achaque fruto sin duda de la edad, le ha impedido disfrutar del campo y la bici estas últimas semanas y me pidió una ruta corta, sencilla, vamos un paseo senderil de los de llegar a comer a casa que ya tendremos tiempo para aventuras mayores. Una vez había quedado con JJ en recorrer mi querida ruta del caracol porla GranCañadame llama José a última hora del viernes para decirme que se une a la salida con Teresa.

El pronostico del tiempo es: día de primavera en pleno enero, pero cuando empezamos a andar saliendo de canto Cochino un ligera capa de hielo matutino nos recuerda que por las noches refresca y mucho. La mañana como es de hoy es fresca, Por lo que Teresa tan solo deja ver sus ojos cubriendo su rostro con un buff y su cabeza con un gorro, se queja de que esta floja, pero yo la veo bien. Korand Lorenz dijo La belleza de la naturaleza y la belleza del entorno cultural creado por el ser humano son, evidentemente, ambos necesarios para mantener la salud del alma y del espíritu del ser humano. Por eso la digo que tiene que animarse más y disfrutar de lo que la gusta, el aire libre. Con los primeros rayos de sol que nos dan de pleno y el comienzo de la subida el abrigo empieza a ser incómodo. Tras recorrer el primer tramo de sendero sombrío primero junto al río y después entre las retamas, alcanzamos el tramo de sendero abierto que nos deja disfrutar de la plenitud de la pedriza, hemos ganado altura y ahora podemos contemplar el embalse de Manzanares en su plenitud así como el paisaje pétreo de una pedriza asombrosa, nos quitamos los abrigos y comemos algo para afrontar el resto de subida que nos queda.

Para JJ es su primera visita a esta zona y decidimos llevarle a visitar la cueva del Ave María, un lugar que me encanta y me apunto para venir a pasar una noche este primavera ya que la pradera es un sito espectacular para disfrutar durmiendo bajo las estrellas. Continuamos por la senda hasta encontrarnos con una de las rocas más simbólicas de la pedriza el caracol, en muchas ocasiones tienes que hacer uso de la imaginación para asociar una roca a su nombre pero en este caso no, es todo un caracol granítico que ha quedado varado a un lado de la senda disfrutando de un enclave maravilloso.

La ascensión termina una vez alcanzamos el llano de la gran cañada, el calor ya es asfixiante por las capas que nos quedan de ropa  e invita a quitarme el polar para quedarme tan solo en manga corta, al llegar al desvío del Yelmo, Teresa y José deciden continuar subiendo y pasar este fabuloso día en la pedriza, nos despedimos y continuamos trayecto JJ y yo esta vez descendiendo por una senda preciosa que comienza a estar muy transitada al punto de tener que dejar pasar en varias ocasiones a grupos numerosos y familias que van a pasar el día a la pradera del Yelmo. En unas de estas paradas decido quitarme el polar y disfrutar del calor de Enero.

No mirar el GPS tiene su riesgo y a mitad del descenso me doy cuenta que no vamos hacía Canto Cochino sino que volvemos hacia Manzanares el Real, pero nos da lo mismo, vamos muy bien de tiempo y el paseo esta siendo de lo más agradable.

El curso del río hasta canto cochino esta más transitado que un centro comercial en plenas rebajas un año sin crisis, supongo que salir al campo donde la cartera y la tarjeta no sirven de nada es una buena solución para ir capeando estos tiempos de vacas flacas que nos ha tocado vivir.

Llegamos pronto, muy pronto al coche por lo que nos damos uno de esos lujos que nunca nos da tiempo disfrutar, sentarnos en la terracita del chiringuito tomando una coca-cola charlando tranquilamente.

En ocasiones estos pequeños paseos por la montaña son de lo más gratificantes. Ya lo dijo Groucho Marx Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna.

Track de la Ruta.