“No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura.”
Rubén Darío
Para mí el fin de semana empieza cuando dibujo una amplia sonrisa al encontrarme a los pies de las montañas, comienzo a sentir su canto y no puedo más que encaminar mis pasos hacia sus pétreas rocas. He quedado en cantocochino con JJ y Cmena, hay una ruta a la que tengo muchas ganas de hacer desde este otoño y repetir un tramo que le invierno pasado con un gran paquete de nieve resulto maravilloso. Al salir de Canto cochino tenemos que implementar en el track una subida divertida que no sea por pista, los senderos que tantas veces he bajado en la bici ahora son una buena opción de subida. La nieve pronto hace su aparición en tramos muy dura y en otros con menos cuerpo comienza a dibujarnos un paisaje invernal maravilloso. Cuando alcanzamos la pista disfrutamos de una capa de unos 20 centímetros de nieve que a modo de lienzo se extiende bajo nuestros pies en el que dibujamos nuestros pasos camino de otra senda algo más helada y ya más cargada de nieve que nos dejara en la senda de los porrones. Nos cruzamos con un grupo de corredores que bajan de la maliciosa baja, otra pareja con dos perros pone rumbo a la maliciosa baja mientras nosotros nos dedicamos a saborear un te con licor43 calentito que he metido en el termo. Las vistas de la cuerda larga son impresionantes, completamente nevada me incita como una mujer picarona en ropa interior a acariciar su piel tersa y Suave dibujando con una caricia el contorno de los limites de lo prohibido sobre su piel.
Por la otra vertiente hacia Mataelpino un mar de nubes hace la delicia de nuestros ojos dejándonos una estampa maravillosa, de entre las nubes sobresale un pico que a modo de galeón hundido en la tempestad de belleza quiera salir a flote. Nos cruzamos con un senderista que acompañado de un perro vuelve sobre sus pasos, nos hace gracia, ya que hacia mucho no oíamos en una conversación el uso de “córcholis”, genial. La ascensión a la maliciosa baja se nos hace dura, la temperatura ronda los 7 grados y la nieve pierde consistencia por lo que nos hundimos hasta las rodillas. Coronamos la maliciosa baja y el espectáculos que nos brinda la base de la maliciosa con cabezas de hierro y la continuación de la cuerda larga frente a nosotros es muy difícil de describir con palabras, simplemente diré que llena, que aun dos días después tengo llenas las pupilas de sus luz, y mis oídos de su calma. Cada vez que estoy en este rincón de la pedriza soy feliz y me tiraría horas enteras disfrutando de unas vistas que me cautiva y me sorprenden cada vez que voy.
Comemos parapetados del viento entre dos rocas que ya tengo controladas, en su interior apenas hay nunca nieve y el viento solo nos susurra en ocasiones muy bajito, al oído casi con dulzura leyendas de tiempos pasados. Tras comer bajamos para encontrarnos con el arroyo de la condensa, la nieve comienza a ser muy profunda llenando en varias ocasiones hasta alcanzar nuestra cintura. Pero esta situación da juego para grabar unos videos muy divertidos en el que Cmena consigue grabar la caída de JJ y sus peripecias para lograr ponerse en pie.
Pero lo mejor estaba por llegar, al llegar al recién nacido Manzanares cuando voy cruzarlo cede de mi pie de apoyo la roca y la nieve que sostenía cayendo de rodillas al río, doy fe que baja fría, muy fría. Las polainas y el tejedlo de los pantalones hace que no cale al forro interior por lo que no me tengo frío en las piernas. Logramos alcanzar la pista y me niego a renunciar a completar la ruta después de todo lo que llevamos sufrido hasta el momento. El cansancio de andar con nieve es algo que no tenía calculado.
Seguimos unas huellas que se adentran hacia el descenso del Manzanares rumbo a la capital, la nieve nos vuelve a llegar hasta las rodillas, nos encontramos con tres compañeros de bota que nos dicen que nos queda aún como un kilómetro de ascensión entre nieve con poco cuerpo. La verdad es que las membranas de las botas ya han colapsado y el agua corre por el interior de la bota libremente por lo que nos da lo mismo mojarnos un poco más. La senda es preciosa en su descenso acompañado por un río manzanares que salta juguetón entren las rocas formando pozas y pequeños saltos curiosos.
El puente de madera sobre el Manzanares nos dejara a los pies de una pista que limpia de nieve, algo que ya pedía a gritos y a modo de coña la llamábamos la mierda blanca nos tenia un poco saturados. Esta pistan nos dejara de nuevo en el aparcamiento de Canto Cochino, felices por haber disfrutad de una gran día en compañía de grandes amigos y con el recuerdo de otros que sabemos que de haber podido lo habrían pasado de lujo junto a nosotros.
que bien me lo pasé Alakan, aunque sufrimos bastante por la nieve pero los videos que hemos grabado con las caídas merecen la pena.
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Vaya «panza» de nieve que os habeis metido,molaaa,ya hecho de menos yo tambien la montaña,haber cuando me puedo escapar….
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