“Momento a momento, así es que vivimos ahora. Apreciamos cada día y también le tenemos miedo. Podría ser el último día. Suena chistoso, pero cualquier día te podría atropellar un auto o algo así. Estoy empezando a apreciarlo.”
Jhon Lennon
Mientra cierro la puerta con el alambre retorcido que hace de cerradura me pregunto porque seré tan cabezón. El día anterior me había dedicado a planificar la ruta, dibujarla y dejarlo todo listo con variantes para investigar diferentes zonas de los bosques de Valsaín, y en el último momento decido aparcar en la boca del Asno e improvisar.
Ha llovido mucho y el terreno se muestra pesado, la rueda se aferra a la tierra, apenas he dado un par de pedaladas y siento el corazón latiendo a toda máquina, el terreno se muestra desafiante y pendiente. Nunca he recorrido esta pista y no se donde me conducirá pero me gusta el paisaje, me encuentro a gusto y en soledad. La pendiente me supera y pongo pie a tierra, pienso que sería mejor regresar a la boca del asno de donde he salido y buscar el track dibujado. El destino me guiña un ojo en forma de señal, “ fuente del charco de las ranas” con lo que me gustan las fuentes, para mi ya hay motivo suficiente para continuar ascendiendo empujando la bicicleta, mas la falta de seguridad en mis fuerzas que por lo imposible de subir montado que es 100% ciclable. La fuente es bonita, parece que la han creado en el 2009, apenas puedo leer la inscripción en el tronco por la humedad.
Vuelvo a montar sobre mi bici y consigo rodar un buen rato, algunos rayos de sol sortean el laberinto de la capa arbórea para iluminar una vereda que juega con tonos ocres y verdosos. Rodar por esta zona al final del verano con los helechos en su máximo esplendor es precioso, pero rodar en otoño, con la mayoría luciendo su ocre otoñal es una maravilla. La pantalla de mi GPS muestra que la senda que voy siguiendo me une a la pista muy lejos por lo que decido cargar con la bici unos 360 metros monte através, cuando estoy apunto a alcanzar la pista el sonido de unos cascos me anuncia la presencia de un jinete y su montura que van en busca del ganado, cruzamos un par de frases de cortesía y continuamos nuestro camino.
He alcanzado un pista asfaltada maravillosa que en con algún tobogán traicionero se deja hacer montado a lomos de mi querida bicicleta. Tras unos kilómetros gozando del sonido del bosque y los juegos de luz entre las formaciones de este gran ejercito de árboles que forman el bosque de Valsaín enlazo por fin con el track que tenía dibujado con la agradable sorpresa de que prácticamente entre pateo y golpe de orgullos a pedaladas en los tramos más duros de las subidas casi he alcanzado la pista superior que me va a dar acceso a mi objetivo anhelado durante tanto tiempo, el Chozo Aranguez en bici. En el último cruce me encuentro con un forestal, tiene cara de buena persona y me para ha hablar con el. Se le nota que agradece que la gente le dedique unos minutos de su tiempo para hacer más llevadera su dura jornada laboral, le digo que le cambio el trabajo con los ojos cerrados, el me dice que lo que yo veo tan bonito y apasionante es muy duro, yo le explico lo duro que es trabajar sin ver la luz del sol y tener que soportar las quejas de gente con las que no tengo nada de empatía a diario maldiciendo a Graham Bell por dar el primer paso hacía el desarrollo de las telecomunicaciones. Reímos un buen rato con anécdotas y nos enfrascamos en una conversación muy interesante sobre las fuentes de la zona, hablamos sobre el agua de ellas, su frescor y cual era mejor, le cuento mi descubrimiento de la mañana y el se muestra sorprendido ya que no la conoce y se la apunta, me cuenta la historia de la fuente del Tío Faicas una fuente que el pensaba que yo no conocía, le digo donde esta y el sonríe complaciente, nos despedimos tras media hora de conversación, hacía tiempo que no mantenía una conversación interesante con alguien, se las fuentes de Valsaín no son para hacer un tratado pero para los que en el agua vemos algo más que un liquido para calmar la sed, encontrar a otro aficionado es todo un hallazgo.
Levanto la vista y ya puedo ver frente a mi las cumbre de Peñalara y Claveles, la pista se me termina dejando paso a un sendero inciclable que obligara a cargar la bici durante unos 700 metros. Me doy cuenta que la niebla va bajando y se va tragando la montaña con un apetito voraz, tengo que acelerar el paso si quiero sacar alguna foto decente antes de alcance el Chozo y lo consigo. Por fin llego rodando hasta mi ansiado objetivo largamente esperado. Me hago unas fotos y como algo rápido ya que la temperatura baja y me veo engullido por la niebla en minutos.
Me prepara para la bajada, cambio de cristales y me abrigo bien, senda en su comienzo tiene un par de pasos de bajarse de la bici pero después es como rodar por el paraíso.
La senda se va cerrando y va jugando con el terreno zigzagueando, se pedalea sin esfuerzo en ligera bajada y me siento tremendamente feliz, estoy disfrutando como hacia años que no lo hacia sobre la bici. Poco a poco el terreno se va poniendo más interesante con algunos pasos muy divertidos hasta llegar a bajadas algo más inclinadas que me hacen olvidar que voy solo y debería rodar con más prudencia. Al llegar al río una senda que se aleja del track me tienta, la del track se como es pero esta no, por lo que decido disfrutarla, y el resultado es satisfactorio pero me quedo con la que tenía dibujada en el track ya que el final de la senda que decido tomar me obliga a subir el repecho bueno del raso del pino.
Para completar una ruta de cinco estrellas decido bajar por el sendero de dos cabañas. Esta tríalera hasta la granja es simplemente espectacular, la he recorrido yo creo en todas las épocas del año pero no nunca la ví tan alucinante y bella como en esta ocasión. La niebla se ha apoderado ligeramente del bosque dando un ambiente de cuento de hadas increible, presiento que puedo tener suerte y encontrar mi ninfa escondida tras algún helecho, peor en su lugar lo encuentro es el placer de estar haciendo lo que uno quiere, como quiere y cuando quiere, me doy cuenta que estos kilómetros son lujo, que estoy disfrutando plenamente del día y del momento. Comienza a caer una lluvia fina, intermitente que lejos de incomodar le de un toque más mágico y épico al momento. Las sendas se suceden una tras otra, rápidas sin complicación hasta llegar a la pradera de Navalhorno por donde enlazo con las sendas del río Eresma, que gracias a las fuertes lluvias del fin de semana luce un aspecto mucho más primaveral.
Una cara de hombre pintada sobre una cubierta de musgo me despide del río, la boca del asno esta próxima y toca poner fin a la ruta.
Solo puedo decir que ha sido toda una experiencia, algo casi místico, una ruta increible en la que tienes que ser consciente que tras cargar con la bici al hombro la montaña te premia siempre con bajadas increíbles.
Termino de cargar la bici en el remolque, me veo reflejado en el cristal dándome cuenta que tanto la bicicleta como yo estamos de mierda de vaca y barro serrano del bueno hasta las orejas. Respiro fuerte, este es el olor de la felicidad, así es como me gusta terminar una ruta de mtb.
Track de la ruta
Que ruta mas espectacular,esta me la tienes que enseñar que ya sabes esa zona me encanta.
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Hola Alakan,
Soy una chica que llevo viviendo en Collado Mediano unos meses, hago Triatlón y tambien salgo con la bici de montaña. Buscando rutas desde Collado con la Btt, me he encontrado con tu blog en varias ocasiones, me ha gustado mucho por cierto!!!!!!.
Conoces rutas que salgan desde Collado Mediano o cercanias? yo tengo solo dos controladas.
Un saludo
Cristina
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El gordito como se le conoce se sabe un monton de rutas por esa zona muy entretenidas
Tambien contamos con otra chica en nuestro grupo que hace triatlon bueno lo intenta jajajaja no te enfades noe
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Hola Cristina, en página de wikilock donde tengo alojados todos los track puedes ver las rutas que tengo por la zona.
La mayoría salen de Becerril pero eso para ti no es un problema. En los últimos track que publique ya unía collado con Becerril sin tocar carretera lo que es un lujo.
La página donde los puedes encontrar es esta http://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?name=alakan&from=50&to=100
Si quieres información de alguna en particular dime cual y te explico como es.
Gracias por tu visita.
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A un servidor también le gustan los «caminos montañeros», aunque de dos maneras: a pie y a través de los libros. En relación con esto último, os diré que hago de «editor» de obras antiguas relacionadas con La Granja-Valsaín. Acabo de publicar una cuyo título es «La Sombra Blanca de Casarás» (1931), del género gótico-fantástico, escrita por Jesús de Aragón (Capitán Sirius). Buen conocedor de los caminos del Pinar de Valsaín, este autor dejó plasmadas en este relato no pocos caminos y veredas «reales», de los usados por los gabarreros de Valsaín para hacer su trabajo.
Por si acaso puede interesaros esta obra literaria, os dejo mi correo:
pedragua@hotmail.com
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Muchas gracias por tu apunte tan interesante, dejo un link sobre el libro http://dreamers.com/libroscf/juvaventura060.html
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