“Si sientes que algo te escarabajea dentro, pidiéndote libertad, abre el chorro y déjalo correr tal y como brote.”

Miguel De Unamuno

Montar entre semana en verano es un privilegio, ya no solo por el simple hecho de poder disfrutar de tu tiempo libre como más te gusta sino por poder hacerlo de una forma más intima y personal con la naturaleza, sin el agobio de las masas del fin de semana, da la sensación de que se disfruta de forma diferente, todo tiene otro ritmo, otros colores que te hacen vivir los caminos de siempre con otra sensación como descubriéndolos de nuevo.

Salgo de Becerril a las 18:00 junto con JJ buscando el atajo que nos conducirá a la pedriza en menos de 20 minutos disfrutando de una bajada tendida. La disfruto de una forma especial ya que es la primera vez que la hago en este sentido, siempre uso este camino de vuelta, pero hoy para optimizar nuestro tiempo decidimos ir y volver por el mismo sitio. Pasamos junto a unas granjas y me dice JJ, “… mira el Jabalí que me encontré el otro día” miro al bicho y le digo “… el Jabalí Obelix, pero si es un cerdo Vietnamita”, vamos casi una mascota, le llamo y se acerca moviendo el rabo cual perrito faldero, jajaja este JJ tiene cada punto.

Continuamos hasta casi la entrada de la pedriza desviándonos por una pista que sube unos metros pasadas la ermita de San Isidro, pasamos el sendero  tras pasar el somier que lo cierra y un caballo nos relincha ante nuestro paso.

En 30 minutos prácticamente estamos rodando en las pistas de la pedriza, vamos hablando de nuestras cosas y JJ se va quedan un poco descolgado, quiere probarse haber como esta de fuerzas para ir al pirineo a montar y me pide que suba como lo haría si fuese a mi ritmo,

le dejo atrás y al esperarle unos metros más adelante me dice que la pedal de foc se le queda grande, que lo deja para mejor ocasión y eso que yo no subo nada de nada.

Llegamos a una fuente que apenas mana un hilo de agua en al que cuesta un triunfo llenar la cacharra del agua, JJ se refreca como puede, los de Bilbao no se llevan bien con el calor. Se nos hace tarde para hacer la bajada completa de senderos, queda aún mucha subida y lodejo para mejor ocasión, pero no renuncio a que JJ pueda disfrutar de un sendero de los que le gustan, sin dificultad técnica y con una belleza extraordinaria, la verdad es que con solo verle la cara compruebas que la salida de hoy ha merecido la pena, John Ray decía que “La belleza es poder, la sonrisa es su espada.” Así que cual caballeros andantes  armados con nuestras espadas cabalgamos por unos paisajes bellísimos hasta que decido seguir disfrutando de más senderos pero esta vez con un par de puntos más de dificultad. Aún así JJ se anima y se baja sus buenos tramos montados, poco a poco va confiando más en la seguridad de su bici bajando por tramos que hace meses con la rígida vamos in soñar con bajarlos todos seguidos.

El sendero se alterna con tramos con piedras sueltas, escalones y giros imposibles que nos dejara en lo alto del collado de quebranta herraduras. Bajamos un tramo por la carretera y enlazamos con la pista de primeras horas de la tarde pero esta vez en sentido bajada y sufriendo toda la arena que hay acumulada en el sendero. Que para los caballos será una gozada pero para los Mountain bikers es una autentica pesadilla.

Justo antes de salir de la pedriza dos vacas de las avileñas, son de esas negras con cara de mala leche se nos planta delante de la puerta, pero no estamos para rodeos y decidimos pasar frente a ellas sin mayor complicación, pero ojo que estas no son de las que se asustan y alguna vez han empezado a dar patadas al suelo con amagos de arrancarse. El sendero arenoso nos deja en la ermita de San Isidro así que ya tan solo nos queda recorrer el camino que disfrutamos bajando unas horas antes pero ahora con una cadencia que invita más a la charla mientras el sol se despide del día entre nuestras amadas montañas.

Track de la Ruta