“Empiezo a estar lejano / la distancia

Sale a buscar un horizonte nuevo

Adelante no hay nada / mar inmóvil

Mar de grises / mar sordo / mar de vientos.”

Fragmento de “Blues de la distancia” de

MarioBenedetti

El madrugón ha sido de órdago, por Dios que estamos de vacaciones, cuanto estrés por cruzar un río y es que nos ha tocado levantarnos a las 6 de la mañana para tomar el transbordador de las 7:30, así que recogemos todo el campamento con los frontales y ayudados por la primera claridad del día, a las 7:10 somos los primeros junto con otra chica para tomar el transbordador, a la postres seremos los únicos viajeros de ese trayecto, así que menuda ruina para la empresa.

Dejamos nuestras bicicletas descansando en la zona de carga del transbordador y nosotros nos metemos en la zona del pasaje en el interior del barco para desayunar. El interior es coqueto, los asientos y las mesas son de madera, le dan un toque antiguo a todo el interior, es como meterte en una maquina del tiempo y esta cruzando en un barco de la primera guerra mundial. Mientras degustamos un batido de chocolate con galletas vemos como los primeros rayos del sol despuntan por el horizonte mientras nos alejamos de Blaye y de su fantástica fortaleza.

Media hora después desembarcamos en Lamarque, nuestras primeras pedaladas en tierra firme transcurren entre viñedos que tiene adosados una mansiones que nos dejan boquiabiertos, menudo lujo se gastan en esta zona. Decidimos valorar como esta el camino, pero nuestras ruedas finitas junto con el peso que cargamos se hunden en la tierra blanda por las lluvias, un rápido vistazo al GPS me permite encontrar una ruta paralela al camino pero por carreteras secundarias. El recorrido hasta Burdeos será una continua sucesión de poblaciones que se nos hace muy pesadas.

En Burdeos visitamos su catedral, es grandiosa, nos quedamos maravillados con una de sus torres que esta coronada por una virgen dorada que resplandece con los pocos rayos de sol que deja escapar el día. Al salir de Burdeos nos toca chaparrón, tras chaparrón que vamos sorteando refugiándonos bajo los árboles frondosos de esta zona o las paradas de autobús también generosas. En uno de estas chaparrones que se alarga más de la cuenta aprovechamos para comer y con el postre el cielo se abre y nos deja un cielo azul intenso aderezado con calor.

El paisaje a cambiado a bosques cerrados que nos dejan alucinados, el entorno nos recuerda a Cercedilla pero con 14 metros desnivel en las subidas jejeje. Por carreteras tranquilas llegamos a Pisos donde acampamos en un camping que esta metido en un pinar muy bien cuidado. Es pronto, por lo que nos cambiamos y visitamos el pueblo donde nos damos un homenaje a base de pasteles riquísimos en una pasteleria regentada por una española y a la hora de cenar el Fran Perea de la zona nos toca la guitarra mientras cenamos, El cielo esta estrellado, la temperatura perfecta y una voz melosa cantando canciones de amor en francés, si en lugar de Pantani mi comensal fuese la pastelera, que brazo  horneríamos en mi tienda, tremendo.

P.D por comentarios como este dice Jack que no triunfo con las mujeres, será verdad.

Distancia recorrida: 130,2 Km.

Tiempo invertido 6:46:37

Velocidad Media 19 Km/H

Velocidad máxima 43.0 Km/H