El pensamiento positivo tiene que ser una mezcla de curiosidad, placer, codicia y deseo de «hacer que las cosas ocurran».
Seis sombreros para pensar (1985), Edward De Bono
Creo que desde monto en bici de carretera y busco rutas espectaculares, puertos míticos y lugares curiosos para visitar en mi listas de pendientes siempre ha estado el. El alto del Fitu, un clásico de tierras asturianas con su mirador y en el centro de la zona cero del disfrute ciclista como es Cangas de Onis. Los batidos de proteínas con los que me alimenta JJ al final de cada ruta para mantener las piernas activas parece que dan sus frutos. Noto el cansancio de las dos semanas de vacaciones con grandes subidas a puertos sin haber subido nada en dos años practicante. Salimos del camping y en apenas un centenar de metros nos hacemos el calentamiento con una rampa de consideración para salir de Ribadesella por la carretera que nos llevara San Esteban de Leces, un recorrido un poco rompepiernas pero maravilloso de bosques a un lado con el mar al otro. Poco a poco nos vamos acercando a la ascensión, JJ lo había subido una semana antes desde Arriondas y me decía que era un puerto facilón sin sorpresas ni rampas del 10%, un puerto para subir disfrutando. Esta vez la ascensión la hacemos desde la cara de Colunga y bueno, el comienzo ya se pone intenso, JJ se va para buscar su mejor tiempo, a mi con llegar vivo me vale y no quedar muy abajo en sub-top ten que la categoría en la que compito, y que es una ventaja para encontrarme, tu buscas los 10 últimos y me encuentras.
La subida es espectacular, con todo metido y dos dígitos en el GPS marcando la pendiente me acuerdo de JJ y de las dos liadas en las que me ha metido, pero tengo que perdonárselo si no me engaña el Fitu seguiría en la lista de pendientes y no las de lo estas haciendo gordito, dale papi sin miedo al éxito, vale si, tengo que ir dejando Tik Tok pero confieso que me gran parte de la música de los bailes suena en mi cabeza mientras me dejo los pulmones y el corazón con cada pedalada. Esta subida es durísima y si le añades en rampas del 12% ir sorteando vacas que bajan tan panchas pues no ayuda nada de nada.
Me esfuerzo lo suficiente para JJ solo baje como un kilómetro a mi encuentro, tendría que haber parado para tomar un gel a modo de venganza y que bajase un poco más a modo de penitencia, pero la verdad es que hay que subirlo, disfrutarlo y sentir Asturias desde su mirador en un postal de mar y montañas. Estoy poco en el mirador, algunos no se han enterado que hay un virus que la esta liando parda y se arremolinan en el mirador. Mientras bajo otras persona se asombra de cuanto tonto nos rodea,, nos damos cuenta tarde señora.
Nos hacemos la foto como podemos ya que un coche casi aparca bajo el cartel, son cosas que pasan y disfrutamos la bajada, mucho mas asequible por esta cara de Arriondas que por la de Colunga. Me dío pena un ciclista que se bajo muerto de la bici a menos de 300 metros de coronar, es entonces cuando me doy cuanta del valor de las voces de mi cabeza, de esas que dicen, no te bajes, sufre y para arriba, aún queda pulso para el infarto, o el unicornio corriendo y gritando de lado a lado de la cabeza mientras las otras voces realizan los bailes de moda de tik tok, tengo que hacerme mirar esto. Me gusta flujo de ciclistas subiendo, de todo tipo, sufriendo buscando el PR de strava y con una sonrisa de esto es lo que me gusta como estoy disfrutando sufriendo en esta en montañuca, y los afortunados que pueden disfrutar de ella y su deporte aunque le pidan que en las rampas le meta mano al culete para hacer la subida mas llevadera.
Le digo a JJ que ya he tenido puertos suficientes en nuestra escapada y que el otro que tenemos programado puede esperar, bastante tortura es bajar hasta Ribadesella otra vez por la carretera «en bajada» hasta la costa. Le digo que si a JJ que si me alquilasen una canoa en la que pudiese bajar la bici no lo dudaría y terminaría la ruta remando, yo la idea ahí la dejo, pero creo que tiene mercado.
Decidimos terminar nuestra rutas rodando junto al mar, por el paseo marítimo y despedirme una vez más de Ribadesella una localidad que me ha enamorado.
Julia Cameron escribió en su libro El camino del artista: La verdad de una vida tiene poco que ver con su calidad. La calidad de una vida se encuentra siempre en la proporción que guarde con la capacidad para el disfrute. Con cada año que voy consumiendo voy disfrutando cada vez más con cada momento, será que lo mejor siempre esta al fondo de la botella.