Esos sueños están formados del material fundamental de los sueños que es el deseo. El deseo es un sentimiento, proviene de una carencia. El que posee, no desea.
Dalmiro Sáenz
Intento ser disciplinado, tengo que ser disciplinado si quiero llegar a mi gran meta. Vuelvo a ver los vídeos de ediciones pasadas de sueños cumplidos contados mientras se cumplen, de voces en off que una vez asimilado el dolor, el cansancio, el sufrimiento y las renuncias que has de caer de los placeres mundanos dan por amortizado cada minuto invertido y con el beneficio de la felicidad, de sentirse bien y el alma en paz, no diré él objetivo, solo que aún queda muy lejos y el coronavirus me lo complica.
Pero viviendo el día a día, la auditoría de dolores, molestias y demás formas que tenemos los aspirantes a triatletas en martirizar el cuerpo se van incrementando. Comienzo la semana con los ejercicios de fuerza de natación, confieso que aún me superan y hay una tanda de abdominales que cuando dice “ cinco más” bueno llego a dos justitos, mi abdominal de pliegue ancho empieza a ser de la familia. Para completar el entreno y no estoy para saltitos me doy una vuelta andando 5,16 km soy optimista todo suma.
El martes me siento cansado, me cuesta hacer la sesión de fuerza, me he creado una rutina que me gusta y creo puede dar un buen resultado, aún no he encontrado un vídeo que seguir y no pensar solo sufrir animado por un monitor en mi tv, el chiste era muy malo.
El miércoles es día de carrera, de quedar con los compañeros y esta vez se anima a probar Sonia que se une al entrenamiento. Los CaCos ya han pasado a la historia corremos 15 minutos sesión de técnica, unas series cortas y vuelta a correr, más series cortas y enfriamiento. Antes de las primeras series pensé que lo dejaba, dolor en los tobillos y los gemelos del increíble hulk duros como piedras, una talla mayores que mis piernas. Consigo terminar la sesión en parte a la compañía de Oscar en su monopatín, él si sabe entrenar.
El jueves tengo sesión doble pero veo tan lejos cualquier carrera que decido completar la sesión de fuerza de natación con unas rutinas nuevas de un nuevo vídeo y descansar de la sesión de rodillo. Bueno en realidad cambio sesión de rodillo por descarga muscular con foam roller que me sienta genial en las piernas.
El viernes de nuevo toca sesión de carrera a pie, esta vez series en cuestas y lo que me cuesta son las dos vueltas de calentamiento donde esta vez si voy mal de rodilla, necesito solucionar mis problemas con las zapatillas desde que mis viejas Joma súper cross llegasen a los 800 km empezasen a quejarse. Sus reemplazo las Joma titanium con 8 de drop no han sido muy bien toleradas por mis piernas y ya necesité descansar antes del confinamiento, tras el confinamiento pensé que me había adaptado a ellas, pero no me siento agusto con ellas.
Aguantó hasta las series, termino las series y empiezo a correr mejor, los dolores se van, me adapto a mi ritmo de tercera o cuarta edad y completo el entrenamiento bajo cuatro gotas mal contadas, minutos después d de irnos la tormenta fue de las caras.
El sábado lucho con la cama por bajarme, ponerme en pie, pero no puedo. Creo que las sirenas existen y en el siglo XXI habitan en las camas de los que soñamos con Libertad, viajes increíbles y rutas espectaculares cuando sus cantos cesan ya han pasado unas cuantas horas y se me hace realmente tarde. Doy el día por perdido, todo se complica, dejo el deporte por un día para poner en orden mi casa y los blogs, esta semana esta entrada ya ira en su día.
El domingo las sirenas de nuevo me camelan, pero algo menos salgo con mi gravel con Dora, voy rápido por las pistas, voy sonriendo en una agradable mañana primaveral, sin objetivo, bueno si uno solo pasarlo bien. Un biker me dice al salir del sendero que ni lo intente en bajada, que esta petado de senderistas. Ellos tienen prioridad y me hago el perímetro por pista, no vistas al palacio y el agradable rodar por la zona baja del monte. Decido ir hasta la finca y regresar por telemadrid, por el campo de militares y las pistas que van por cerca de las vías, disfruto de la vuelta con las piernas cada vez más cansadas. El número de ciclistas ha bajado, el de andarines también. Me gusta ver a matrimonios mayores agarrados de la mano apoyándose el uno al otro en cada paso que dan. Sabedores que son supervivientes de una mala época de una nueva piedra en el camino que la vida les ha puesto y solo juntos lo van a superar.
Termino la semana muy contento, no por los resultados que son pésimos, pero si por la actitud a la hora de afrontar los problemas, la fuerza en continuar entrenando en lugar de dejarlo, empiezo a conocer el punto de dolor donde se puede seguir y donde hay que parar. Semanas como esta siento que me hacen más fuerte, me hacen sentir que estoy lejos, muy lejos de plantearme el gran reto, pero si en el camino de poder decir, ahora tienes la base para comenzar a entrenarlo.
Martin Seligman en su libro La auténtica felicidad escribió Es importante distinguir la felicidad momentánea del nivel de felicidad duradera. La felicidad momentánea puede aumentarse fácilmente mediante distintos medios, como comer chocolate, ver una película cómica, recibir un masaje en la espalda o comprar una camisa nueva… El reto consiste en aumentar el nivel de felicidad duradera y el mero hecho de incrementar el número de estallidos de sentimientos positivos momentáneos no lo conseguirá, por los motivos que se exponen más adelante. Quien sabe lo mismo ahora el deporte es el nuevo chocolate.