“Amo el dolor porque el dolor es cumbre, amo la vida que la vida es lumbre si se perfila en páginas de fuego.”
Laura Victoria
Amaia nos vuelve a deleitar con un desayuno escaso, pero esta vez habíamos comprado magdalenas que no nos atrevimos a bajar al comedor y dimos cuenta de ellas en la habitación. Todo el valor que teníamos lo hemos usado para pedirle que nos dejase ducharnos al volver de la ruta y salir por la tarde, un poco a regañadientes pero acepta nuestra propuesta, esta mujer es más dura negociando que algunos personajillos de Discoverymax.
Estamos cansados de la ruta del día anterior, tanto de pedalear como de comer y las cuestas de Orduña no nos lo ponen nada fácil. Al principio piensas bueno es la salida del pueblo, la típica rampa de hormigón que te hace entrar en calor, pero no, nos pasa como al tonto que sigue la linde, que esta se acaba pero el tonto sigue. En nuestro caso se termina el hormigón y la pista por no hacer un feo al monte continúa con su preciosa inclinación modo ciclista masoquista busca que le pongan las piernas duras.
La temperatura es buena y el bosque por el subimos es una preciosidad, una lastima que disfrutemos mas de la rueda delantera que del entorno, la subida es demoledora sin dejarnos un respiro y la minima si patinas o las fuerzas flaquean te ve pie a tierra empujando la bici hasta que encuentres un misero llano en el que poder tomar algo de inercia para salir.
En 6 kilómetros salvamos 500 metros de desnivel ya casi podemos verle la falda a la virgen cuando la fuente escudilla con un banco nos invita a relaxing cup of vaso de agua y retomar aliento o más bien esperar a que termina de subir.
Un último esfuerzo empujando la bici nos deja en un pequeño desfiladero que da acceso a una planicie en la que se encuentra la virgen de Orduña, una majestuosa imagen de la virgen de tamaño descomunal que esta sustentada por lo que representa ser un árbol de cemento y que nos regala unas vistas impresionantes de Orduña. Nos gamos el derechos a relajarnos un rato y disfrutar de las vistas a los pies de la virgen.
La temperatura comienza a bajar y un viento frío nos invita a ponernos en marcha de nuevo, esta vez vamos en busca del salto del Nervión, algo que ya nos han dicho es complicado de ver con agua, pero el sendero por el cortado promete y no penemos a ello.
Una vez cruzamos la carretera rodamos por una senda maravillosa que se abre paso entre las verdes praderas y el suelo rocoso por el que es una gozada rodar. Pronto llegamos al mirador Esquina Rubén que nos regala otra postal de ensueño de todo el Valle de Arrastaría. Y continuamos por la senda del Cortado, con unas vistas increíbles y una senda técnica, complicada de rodar pero que veo le esta gustando a Alima mi nueva bici rígida, se encuentra cómoda con tanta piedra y salvo alguna que se le atraganta un poco me va dando confianza, nos vamos acaramelando hasta que surge el amor, y en nada me encuentro en cabeza, tan solo seguido por jorge y bajando una rampita que me hubiese pensado dos veces si estuviese de luna de miel con mi churri verde. Rampita que bajaron el resto al verme tirarme con una sonrisa de oreja a oreja.
El bosque de este tramo de senda es espectar con sus troncos y rocas vestidos por el musgo y el ocre de la hoja caída dando un toque espectacular al entorno.
El salto del Nervión como era de esperar no nos regala ni una triste gota pero merece la pena simplemente el paseo. Tras la foto de rigor veo que es tardísimo y al no tener clara la ruta propongo regresar por carretera, entre el cansancio, el frío y el miedo al dueña de la pensión optamos por renunciar a la ruta volver a la pensión por carretera, algo de lo que me arrepiento ya que seguramente hubiésemos tardado lo mismo manteniendo el plan original, pero bueno no siempre se acierta con las decisiones en caliente.
Visita rápida a una lobera y descenso frenético por el precioso puerto de Orduña que me encantaría subir con mi choni alguna vez.
Tras ducharnos y pagar a nuestra querida Amaia dándole las gracias por su hospitalidad y trato amable nos regala otra de sus perlas a modo de despedida “hay novias que han tardado menos que vosotros en prepararse” lo dicho todo un amor.
Comemos en Orduña en nuestra cafetería preferida con dos camareras de infarto, a nosotros se nos convence rápido para entrar a comer en cualquier sitio si te atienden dos bellezas vascas.
Ha sido un fin de semana increíble en donde he disfrutado un montón y sobretodo he sentido como unas minivacaciones que necesitaba. Alejandro Dolina dijo Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive. Mi alma ha crecido este fin de semana, Gracias compañeros.
Track de la ruta
El salto del Nervión (Cañón de Delika), un lugar espectacular, poco conocido por los mesetarios.
Cuando estuve rodando por allí, los lugareños decían que «hay que verlo con paraguas».
¡Que gran verdad!
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