La risa es de una belleza tremenda, te da ligereza. La risa te hará más ligero, te dará alas para volar. Y la vida está llena de oportunidades para reír. Solo necesitas tener sensibilidad.
Osho
En primavera tenía una cita pendiente con el país vasco junto Garbu, Vato y Medinense pero por problemas de última hora no puede acompañarles. Pero como el destino es así de caprichoso, se ha empeñado en que este año tenía que rodar por el país vasco y de nuevo me surgió la oportunidad, esta vez por parte de mis buenos amigos del Club vizi.
Tomamos como base de operaciones la población de Orduña, alojándonos en la pensión de Amaia, regentado por una entrañable mujer mayor con un genio y humor difícil de catalogar, pero con unos precios de anticrisis que nos permiten hacer estas salidas.
Tras un desayuno fugaz y con mensajes subliminales cargados de ironía por parte de Amaia “… mucho pides tu” al pedir un poco de cola-cao por parte de un componente del grupo nos trasladamos hasta Usansolo, en donde Joaquín había quedado con Manu, un antiguo miembro del club que hace año vive en esta localidad y nos había hablado muy bien de una marcha que celebran todos los años, ofreciéndose a guiarnos por la zona y darnos un buen homenaje gastronómico tras la ruta.
Para esta ocasión y dados los achaques que tiene por la edad mi vieja doble me he traído mi nueva bici rígida pero con los neumáticos de seco, algo que la verlos ya me dijo Manu que tendría mala ruta ya que había mucho barro, tanto que en lugar de hacer la ruta de la marcha ha decido enseñarnos partes que están con menos barro.
Salimos más tarde de lo acordado y el ritmo vasco que nos impone Manu no es al que estamos acostumbrados, pronto se dará cuenta no sabemos hacer nada rápido para su desesperación. El verde nos rodea por todas partes, da gusto rodar por parajes en los que la naturaleza brota de cada esquina a pesar del precio que hay que pagar por esta exhuberancia, la lluvia y el barro. Hace frío pero es llevadero, pronto la cuesta tendida y larga nos hará entrar en calor hasta el embalse de Lekubasco, donde Manu nos deja dar un breve respiro.
Con la primera bajada me doy cuenta que mis neumáticos no son para este terreno, si hay que apretar subiendo me quedo y bajando voy más tiempo cruzado que recto, pero me lo estoy pasando en grande, Alíma mi nueva bici se esta portando. En cuanto ganamos altura podemos ver los montes y praderas verdes, todo un campo de juego que seguramente esconde grandes sendas y trialeras que requieren por lo que podemos sentir mejores piernas para disfrutarlas.
Me encanto la vuelta al monte Mandoia con su pista serpenteante, los helechos y su barro traicionero que le jugo una mala pasada sin consecuencias a Alejandro. Y sobretodo el alto con la placa Joserra, un biker fallecido al que sus amigos no han podido elegir mejor lugar para recordarle y en donde a Joaquín se le ocurre volver a rememorar la vieja estampa de hacer una torre humana aprovechando que estamos los 6 necesarios.
La bajada con el barro me la tome con mucha calma y tiento, la ruta se va haciendo dura, se nos va haciendo tarde pero Manu nos guarda para el final una de las vistas más bonitas de la ruta con el mar y Bilbao de fondo desde Upo Mendía, sin lugar a duda un vistas espectaculares a pesar de que Despistado le fuese pidiendo ver a Manu desde nuestra posición varios enclaves que es imposible ver, jejeje y es que este Despi es de un caprichoso.
La bajada es rápida y peligrosa por lo deslizante del terreno, en uno de los giros una peste horrorosa nos sorprende y Manu nos comenta que aún queda el olor de los restos de un caballo muerto, pero es tarde y tenemos hambre así que esta vez si, nos damos algo más de prisa y tras cambiarnos nos presentamos en el restaurante que nuestro anfitrión nos tenia reservado para esta vez petarnos, pero de verdad. Si dura ha sido la ruta, mas dura ha sido la comida ya que hemos terminado a reventar y pidiendo que no sacaran más por piedad.
Quiero dar las gracias a Manu por su acogida y su dedicación para que nos encontrásemos a gusto en su nuevo hogar, así como a mis compañeros de ruta con lo que se puede ir al fin del mundo con ellos.
Edmund Burke dijo Ningún grupo puede actuar con eficacia si falta el concierto; ningún grupo puede actuar en concierto si falta la confianza; ningún grupo puede actuar con confianza si no se halla ligado por opiniones comunes, afectos comunes, intereses comunes. Creo que el club Vizi las tiene.
Track de la ruta