La nube ignora por qué se desplaza en una determinada dirección, y a una velocidad específica. Siente un impulso… Ese es el rumbo del momento. Pero el cielo conoce las razones y las configuraciones que hay detrás de todas las nubes, y tú también las conocerás cuando te eleves a la altura indispensable para ver más allá de los horizontes.

Richard Bach

Nos despertamos temprano a pesar de no haber fijado una hora definida, muchos de los que nos dedicamos a esto de MTB tenemos el despertador del alba que nos susurra para despertarnos pronto, para disfrutar del frescor de la mañana y los primeros rayos anaranjados del día.

La ruta del puerto de la madera nos ha dejado cansados, pero no agotados, agujetas y dolores diferentes que se pasan cuando ves que un nuevo día reluciente te esta esperando para disfrutar de un pirineo espectacular. Como ya dije en la crónica anterior Joaquín es enfermo del MTB, le pasa como a mi en algún mal momento de nuestra niñez un mal golpe en la cabeza nos hace amar la bici, disfrutar de la naturaleza y sobretodo vivir, disfrutando de cada momento y oportunidad de disfrutar de cosas nuevas que ver o sentir. Cualquier otro compañero de ruta habría dicho que no podría montar al tener caladas las zapatillas pero nosotros nos lo tomamos con humor, como sentir un beso húmedo en los pies, bueno la verdad es que no mola.

Salimos de Bielsa por la misma calle que ayer la recorrimos jarreando agua, pero pronto entramos en calor, hay que subir hasta Javierre y estas rampas para el desayuno hay que degustarlas con tranquilidad. Con la tranquilidad que desprenden las cristalinas aguas del embalse de Pineta en las que parece que el fondo esta protegido por una vitrina en lugar de por agua y el reflejo del impresionante montañas que nos rodean con el valle de Pineta de fondo asomando su cabecita y tentándonos para ir a visitarlo. El primer día fuimos a pedir información a la oficina de Bielsa y por error entramos en la del Parque Nacional, al preguntar por rutas de bici casi llaman a seguridad, “bicis nooooooooooooooooooooooo es un parque nacional” fue como preguntar por Satán en el vaticano, y eso que reconoció que hay una pista y al preguntarla si podíamos recorrer esos metros andando con la bici a un lado nos lo dejo claro, no puede entrar una bici en un parque nacional.

A la altura de la antigua zona de acampada, lugar maravilloso en el que antes se pida acampar con un permiso y por el abuso que se hacía ahora esta prohibido es el lugar en el que giramos para tomar un pista que en una ascensión de estas cansinas nos dejara ante la entrada de una senda maravillosa, de estas de ensueño que te dibujan una sonrisa de oreja, a sentir la felicidad fluyendo por tus venas, desbordando tus sentidos, comenzamos a disfrutar a una ruta que mas o menos la de información de verdad nos dijo algo así “ … algunos locos la hacen en bici” jajá jajá. Solo predomina el Verde y el marrón del sendero que nos marca el camino, la luz justa para disfrutar de un entorno íntimo en lo que es una verdadera sensación de puro disfrute de la naturaleza.

Cuando el bosque nos deja, el sendero nos conduce a la roca, a un paso muy divertido con una cadena a la que hay que agarrarse para poder pasar sin precipitarte unos cuantos, muchos metros hacia abajo, pero que tampoco da sensación de peligro y eso que vas con la bici en la otra mano.

Una vez que pasas la cadena llega el momento tonto del día en el que nos el sendero te deja frente a un desprendimiento sin continuidad aparate, nos quedamos mirando como poder pasar sin darnos cuenta que justo detrás de nosotros una cartel indicaba la senda a seguir y unos troncos a modo de escalones para acceder a la parte superior, el puerto de la Madera deja efectos secundarios.

Una vez retomamos la senda comenzamos a disfrutar el canal en su plenitud, con sus pasos aéreos, estrechos ganados a la roca y sus túneles esculpidos a pico. Una vez pasas esta zona para mí de las más bonitas de todo el canal, los tramos de zona boscosa se alternan con zonas aéreas y alguna pequeña ladera que deja ver lo alto que estas con respecto al río y a la carretera. Pero el canal se va haciendo monótono y algo aburrido ya que la última zona no es tan espectacular.

Al llegar a la zona de en la que teníamos que optar por seguir por el canal del Tella optamos por finalizar la ruta y bajar a comer al río dejando algo que ver para un futuro viaje. La bajada es divertida y podría ser orgásmica si no fuese por una multitud de piedras mal puestas y puñeteras que por lo menos para una bici de 26” es una pesadilla de superar, si vas lento te quedas enganchado y si vas rápido tiene algunos pasos sin salida en los que te puedes dar una buena galleta si no estas muy atento.

Al final bajamos con el único percance de una picadura de araña en mi rodilla derecha que conociéndome fijo que traerá consecuencias en 12 o 24 horas. Encontramos un lugar para comer junto a la orilla del río y tras refrescarnos las piernas concluimos por carretera la vuelta a Bielsa.

Tras una ducha y decidir la ruta del día siguiente nos vamos a pasar la tarde a Aínsa en donde cenamos y al regresar cuando pasamos por el desvío del Plan nos acordamos del día anterior cuando recorrimos este tramos bajo un jarreo de agua infernal y de los bikers que vimos rodar a oscuras bajo la tormenta, y la cara de sufrimiento del más mayor. Nos gustaría saber de ellos ya que desde donde los vimos hasta un lugar habitado o vehiculo aparcado había un buena tirada de casi una hora.

Tanto ellos que sufrieron duramente la tormenta como nosotros que también la vimos putas somos de los que pensamos como Eleanor Roosevelt cuando dijo Ganas fuerza, coraje y confianza por cada experiencia en la que realmente dejas de mirar al miedo a la cara. Te puedes decir a ti mismo,»He sobrevivido a este horror y podré enfrentarme a cualquier cosa que venga». Debes hacer lo que te crees incapaz de hacer.

Track de la ruta