“Porque sólo los locos, los desequilibrados y los maniáticos pueden resistir largo tiempo al fuego del entusiasmo; el hombre sano debe contentarse con declarar que, sin una chispa de este misterioso fuego, la vida no vale la pena vivirse”.
Robert Musil
Cuando Joaquín y yo nos juntamos, nada es imposible en bici, ninguna ruta es inalcanzable, todo es cuestión de echarle horas, humor y poder de asombro ante lo que te rodea, somos como dos almas gemelas con muchas ideas en común y muchas tontunas intentadas en nuestros curriculums bicicleteros, hablado de ciertas rutas y tramos siempre hemos terminado con la frase, “… ah tu también intentaste hacer la ruta por …. Jajaja….. que horror”. Es simplemente Peligroso irnos los dos juntos, porque nuestra ilusión por contemplar un gran paisaje, respirar el aire mas puro, disfrutar con el agua más cristalina, nos lleva a pulsos con la naturaleza que no siempre vamos a poder ganar, esta ambición nos ha llevado a probar una nueva modalidad en esto del MTB, el cicloalpinismo y lo que voy a narrar a continuación son los hechos ocurridos durante las 13 largas horas que vivimos de una ruta infernal, pero que volvería a vivir segundo a segundo.
En el hotel y antes de salir a dar una vuelta por el Bielsa nos replanteamos la ruta en función de la previsión del tiempo y como ya tenemos el culo pelao de hacer rutas por montaña y por fortuna nuestras gónadas no mandan sobre nuestra voluntad, nos damos cuenta que los experimentos con gaseosa y que no es necesario meterse una paliza para disfrutar de una buena ruta con vistas. Como los deberes los tenemos hechos podemos unir todos los track sobre un mapa y ver que podemos reducir la ruta sin sacrificar en principio la crema quitando la última bajada que según nuestra previsión sería bajo el diluvio universal. Así que decido nos vamos al puerto de la madera.
Conciliar el sueño fue algo complicado por la alaridos de una fracasada aspirante a OT que seguro no dejaron ni pasar a la audición así como la marea de borrachos que hasta altas horas de la madrugada deambulaban por las calles de Bielsa, cosas de ir a un pueblo en fiestas y estar cerca de la zona cero.
Hace fresco y bajo un cielo azul precioso nos ponemos en marcha, hemos aparcado cerca de un campamento de scout y pedaleamos hacia la Sargueta una zona de acampada en donde hemos encontrado un desvío para acceder a la zona del Urdiceto. Los primeros kilómetros por pista agradable y un paisaje que nos va descubriendo un pirineo increíble a medida que vamos ganando altura salpicado por saltos de agua, arroyos y sendas que desembocan a la pista con un pinta increíble nos hacen tener esperazas de encontrar ese santo grial de la senda perfecta que hemos leído podemos disfrutar desde el puerto de la madera.
Hasta la cabaña de Sallena todo ha sido sencillo y disfrutón, pero ahora empieza la dureza de la ruta, la pista desaparece y la senda es la protagonista, se deja rodar en gran medida pero comenzamos a empujar la bici en largos tramos bien por la inclinación o por lo embarrado del terreno, el paisaje comienza a cautivarnos, es como si las cumbres fuesen la sirenas que narraba Ulises en sus viajes que con sus cantos devoraban a los incautos que se dejaban seducir, para nosotros es tarde vamos como embobados hacia ellas. El barranco de Matarruego y una vez que cruzamos el arroyo fue el punto en el que perdimos nuestra virginidad cicloalpinista, bici al hombro y para arriba, paso a paso, con humor y soportando los terribles mordiscos de unos mosquitos que parecían leones. Pero es cuando alcanzas la cima de la loma cuando flipas con una senda ciclable, medio en llano, medio en bajada dibujada sobre una pradera verde preciosa y como fondo una fondo de pantalla increíble que me bajaría sin dudarlo y es cuando te das cuanto que no puedes bajártelo, que estas en él, estas cumpliendo un sueño, estas rodando una realidad que habías soñado hasta ayer. Y te das cuenta que en el mtb es como la vida, los senderos maravillosos son como los perfumes caros, cuesta mucho disfrutaros, son intensos y cortos pero te dejan una paz interior increíble.
Y como somos pobres, tras disfrutarlo pagamos el segundo plazo porteando la bici sobro los hombros hasta el collado de Urdiceto que al aparecer con la bici sobre los hombros la pareja de franceses que descansaban en el refugio se quedaron flipando.
Joaquín no conocía el lago así que nos metemos unos metrillos de subidos y disfrutamos del preciso lago, que esta vez no esta para un bañito, el cielo se ha encapotado una tormenta procedente Bielsa va ganando altura siguiendo el valle de la pista. Nos toca remontar la senda de subida al puerto de Urdiceto y de nuevo con la bici sobre los hombros coronamos los 2403 metros bajo tímidas gotas que se escapan de la tormenta que esta descargando con ganas en el lado de la montaña de España. Y decidimos emigrar, entrar en Francia y dejarnos caer por una senda que nos cuesta ciclar y en gran parte, bueno en su mayoría bajamos caminando siguiendo uno track que pensamos bueno y al final decimos bautizar cariñosamente come el de Tontíco ya que el se perdió y no hizo perdernos a nosotros también.
Este tramo de la ruta que une el puerto de Urdiceto con el puerto de Plan se nos atraganto, ya no solo por la dureza de la subida y ausencia de una senda clara, sino por el tiempo que comienza a complicarse dejando caer algunas gotas de vez en cuando y avisando con truenos continuamente que se amplifican entre los colosos pétreos por lo que vamos caminando. Es la hora de comer, pero decidimos no perder tiempo hasta alcanzar el puerto de la madera y tener claro que tan solo nos queda bajar. Durante la subida vamos disfrutando del espectáculo que van dejando las nubes a nuestra espalda hasta que coronamos el puerto de Plan y flipamos con las vistas que tenemos ante nosotros, algo increíble que solo se puede disfrutar con esfuerzo. Estamos a 2.524 metros de altura y las piedras pequeñas, finas los justo para no ser arrastradas por el viento reinan sobre la superficie. Te da la sensación de estar rodando por otro planeta y si a esto le sumas que justo cuando cuándo cruzamos la pared de Peña Blanca la niebla nos alcanzo dejándonos ver apenas un metro delante nuestro te trasladan a otro mundo en el que la adrenalina y el esto se esta poniendo muy feo comienzan a apoderarse de ti.
Pero como somos Biker con experiencia en esto de situaciones difíciles tampoco es plan de perder la calma, al mal tiempo buena cara y disfrutamos de una bajada divertida hasta el ansiado, esperado y deseado puerto de la madera. El cielo comienza a cambiar rápidamente y ahora ya si pide salir corriendo y con precaución nos ponemos a bajar por una senda muy ruta, con continuos vadeos y un gran nevero que era bastante peligro cruzar ya que era muy ancho y resbalaba una barbaridad. Pero una vez que perdemos altura y el verde comienza a aparecer la senda empieza a tener flow, comenzamos a sonreír y a disfrutar de una bajada divertida, y la senda de paso al bosque, a los escalones, a las raíces y al disfrute prometido durante las largas horas de porteo por las cumbres hasta que comenzó a llover y después a caer granizo como garbanzos, relámpagos que veíamos reflejados cerca de las rocas de la ladera contigua y truenos ensordecedores.
El granizo deja paso a un diluvio, estamos en la mitad de una tormenta increíble y decidimos por precaución continuar andando en busca de un refugio que vemos como podemos en la pantalla del GPS, la luz ha bajado una barbaridad hasta el punto de tener que encender la iluminación de la pantalla. Hay un momento cuando alcanzamos el río que le pido a Joaquín meternos bajo unos árboles, pero es inútil cae demasiada agua. Yo me había quedado sin agua hacia casi una hora y me relleno mi botella del río, es cuando nos damos cuenta que esta ganando en caudal y fuerza, de la montaña cientos de arroyos vierten sus aguas hasta él la senda es un río en si contenido por el césped que la encauza. Al subir una pequeña loma y calado hasta los huesos de forma milagrosa nos encontramos con el refugio de Tabernas en el que nos cobijamos esperando que amaine un poco la tormenta. Aprovechamos para situarnos en la ruta, ver como estamos y si vamos a poder salir por nuestros medios, la temperatura ha bajado y comenzamos a tener frío, tenemos agua, comida y una manta térmica para dos pero pocas cosas secas, en esto hemos fallado pero nos ha servido de lección. La lluvia da una pequeña tregua y reduce su intensidad a la mitad, me pongo el chubasquero que tenía seco y nos ponemos de nuevo en marcha, sabemos que estamos muy cerca del campamento de la virgen blanca y de la pista que nos conducirá hasta el coche. Cuando cruzamos el puente de madera el arroyo baja con una bravura descomunal. Alcanzamos la pista y la lluvia nos da una pequeña tregua, muy pequeña ya que apenas nos deja llegar hasta el coche cuando comienza a descargar de nuevo con ganas, pero desde dentro de mi sandero con la calefacción puesta y el cuento es otra cosa.
Hemos llegado con la luz justa para no tener que usar nuestra luz artificial, que teníamos y muy potentes para poder incluso haber bajado montados en condiciones favorables y con seguridad en condiciones desfavorables, un equipo muy básico y tal vez muy justo para dos personas de haber tenido la necesidad de vivaquear en el refugio pero también con seguridad, y un experiencia increíble que me ha encantando compartir con otro loco de la montaña y no habría encontrado mejor compañero de ruta para realizarla, muchas gracias jking, sin tu humor hubiese sido un infierno. Gerge Villiers un político ingles dijo que Los recuerdos son los cabellos blancos del corazón. Y estoy seguro que hoy le han salido muchas Canas al mío.
Mientras dejábamos la pista nos cruzamos ya en noche cerrada sin apenas luz a dos ciclistas completamente empapados, sin luces rodar por la pista dirección pensamos al camping del Forcallo, la cara del hombre más mayor de los dos desencajada nos impacto y nos dejo preocupados, poco podíamos ayudarles ya que en esa pista no se puede dar la vuelta la coche. No sabemos cuando dejo de llover ya que fuimos hasta Bielsa, nos duchamos, cenamos, acostamos y la lluvia era incesante, menos mal que no pensamos con las gónadas.
¡Ahhhhh… el Urdiceto! La can-ne de gallina.
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Vamos pallá, que ya tenemos las tibias curadas!!
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Eso es una gran noticias Talus que estés dando guerra pronto, el puerto de la madera tiene que ser territorio sherpa,
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Sí Javier, estoy a medio gas, pero mejorando. Enhorabuena por la ruta y por el reportaje, que se me olvidó decirlo en el anterior comentario. Saludos
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Javi, te vigilo…. Un abrazote.
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