“Quiere, quiere, quiere sin parar, insiste, aguanta, rodea, da más vueltas, pide, apiada al destino con trabajos, sigue tenso de atenciones a ver lo que dicen la voz de la sangre, el signo que inscribe la ola en la arena, el silencio insigne.”

Ramón de Garciasol 

Fue decirme Jaime que quería hacer una larga conmigo como preparación al soplao y no lo dude, le plateé un reto, Alcorcón -Abantos y vuelta, un reto que tenía en mente y quería intentar, Jaime era el acompañante perfecto.

La mañana nos sonría con un cielo azul impresionante, algo fresca pero al punto de poder salir solo con la térmica y después ya se vería. Los días anteriores se había tirado lloviendo como si no hubiese un mañana y sabíamos que el terreno podía estar pelín pastoso pero la salida de hoy solo tenia un objetivo, rodar mucho tiempo sobre la bici y si podíamos intentar el reto ir a por él.

Como siempre que salgo con Jaime el ritmo es bueno, ese que comienza a dejarme el pulsómetro al límite y le dibuja una sonrisa a Jaime en la cara. Le regalo el senderito de monte Gancedo, sinuoso y en ligera subida, lo suficientemente ratonero para pasar el mal trago de tener que haber pasado por el poblado chabolista de Monteprincipe, donde los ricos también lloran, ya se empiezan a ver algunos Renault, la crisis es la crisis y no todo pueden ser coches de lujo. Pero nuestra felicidad se va pronto al traste cuando estamos apunto de dejar la urbanización las Lomas por el camino de la venta de San Antón y vemos con sorpresa como han vallado toda la zona cerrando el camino con una puerta metálica y una cadena, que manía tiene la gente de poner puertas al campo. Como no queremos movida con los dueños y teníamos que pasar justo por delante de su puerta nos damos media vuelta y decidimos bajar hasta el puente de la M-503 por carretera, esto nos supone renunciar a nuestro reto subir Abantos ya que hemos acumulado retraso en tiempo y kilómetros a lo tonto que yo necesitaría para volver.

Pero da lo mismo, queremos montar, disfrutar del día, rodar, rodar y rodar hasta el atardecer como Lucky Luke a lomos Jolly Jumper en busca de una magnífica puesta de sol. En Villafranca del Castillo retomamos los caminos dejando el asfalto para cuando toque flaca, hoy toca barro y sendero.

Villanueva del Pardillo es el último pueblo que veremos en buen rato y al tomar la pista que nos conduce al aeródromo dejamos atrás a una biker que monta feliz, Jaime me mira sonriente y suelta un “este año si estas mejor” cuando ve que subimos a una velocidad “decente” mientras vamos devorando kilómetros en busca de la sierra, hasta el punto de poder parar para quitarnos ropa, que nos pase un biker y darle caza antes de desviarnos por un sendero muy divertido que no conocía y me regala Jaime.

Al tener a tiro el embalse de Valmayor hay una senda que baja desde Colmenarejo hasta la orilla del embalse pero tras intentarla en el primer tramo vemos que es una tontería seguirla dado la cantidad de barro que tenia, por lo que nos vemos obligados a bajar por la pista. Pero no perdamos el maravilloso sendero que da al embalse de los Arroyos y lo mejor de todo, los senderos de la otra orilla que no conocía y me dejaron maravillado, menudo cuarto de juego tienen el amigo en el patio de su casa, y aprovechando que estamos al lado hacemos parada para comer y jugar un ratillo con su cariñosa perra, que bien adiestrada la tiene el jodio, que lametones, jeje.

En este punto de la ruta llevamos 60 Km. rodados en unas 3 horas largas, con un calculo rápido vemos que se nos va de madre el subir a Abantos y mas como esta el terreno que en algunos puntos de la ruta agarraba una barbaridad mermándonos mucha de la fuerza que necesitamos para la ascensión, bueno hablo por mi que Jaime ha ido casi al relenti.

Y como conocemos la zona fue en este momento en el que se nos fue la pinza y salio una vuelta a casa de extremo lujo. Para empezar Jaime me enseña la nueva salida de los arroyos hacia Villalba una vez nos han cerrado los senderos de la vía pasando por una campamento Friki que mola mucho, pero lo mejor la vereda hasta la ermita toda una gozada verde jalonada de encinas. El camino del camping esta como nunca, florido con la sierra aún vestida de blanco y para darle más emoción nos volvemos por la puerta verde en donde en un gran charco no me sale la cala y tengo las suerte de caer sobre las zarzas en lugar de ahogarme en el barro, que hubiese sido un buen marrón y nunca mejor dicho. El barro pestoso dura menos de lo pensado y pronto volvemos a rodar felices hacia el Escorial en donde Jaime me lía para subir a la silla y así evitar un charco en el camino, y acepto, esto me lo tengo que hacer mirar. Pero la elección es la mejor, las sendas son una maravilla, las praderas son verdes tapices que alfombran el mejor campo de juegos para la bici de montaña que se puede tener, me tienta Jaime para subir por lo duro, pero se que aún queda mucho día para ir quemando piernas que luego voy a necesitar y terminamos subiendo por carretera hasta el último tercio que me tienta demasiado como para renunciar al divertido sendero de subida. Lo que si renunciamos es a la foto de la silla ya que tan solo le faltaba a la zona un cartel de su turno.

La bajada hacía Zarzalejo disfrutona pero lo mejor es el tramo entre Zarzalejo y Valdemorillo con una colección de sendas, senderos, veredas, medio trialeras y camino de lo mejorcito que hay en la zona. Eso sí nos toco vadear senderos inundados muchos metros de agua al estar encajonados por vallas, tramos de barro divertido y pestoso pero disfrutando de un entorno espectacular, de película diría yo.

En Valdemorillo no puedo evitarlo y ya se donde venden los Monster por lo que parada técnica antes de afrontar la última parte de nuestra ruta que coincide hasta Villanueva de la cañada al 100% con la Ávila-Majadahonda y Jaime puede disfrutar de la zona del campo de Golf que no conocía y es una delicia rodar por esa zona, lastima las cuestas que le resta puntos.

Tras dejar atrás el desvío hacia la M-503 nos adentramos en el fabuloso mundo del río Guadarrama con sus sendas rápidas y divertidas, sus árboles espectaculares y toda una colección cartelitos rojos anunciando el límite de una finca privada.

Lo mejor es salir del Guadarrama por la urbanización el bosque donde digamos que las cuestas son muy cuestas y más cuando ya los 3 dígitos se dibujan en la pantalla del cuenta kilómetros, pero basta con mirarme las piernas y el cuadro de mi bici para medir mi nivel de felicidad, muy guarro, muy feliz y tremendamente cansado. Dejamos atrás los terrenos del futuro Eurovegas y entremos en Alcorcón por el Tres Aguas con 145 km según el cuenta de cable y 10 horas de bici. No hemos logrado el objetivo de coronar Abantos y volver pero nos lo hemos pasado de lujo en una ruta de larga duración que cuenta para el soplao. Robert Penn Warren un novelista estadounidense dijo Contar historias y copular son dos de las principales diversiones del sur. Son baratas y fáciles de procurar, a mi edad y con lo cansado que me dejan las rutas solo me da para la primera y además en la ruta esta la búsqueda para conseguir completar la segunda, pero me da a mí que mi ninfa bikera corre que se las pela.

Track de la ruta (El Track esta editado para evitar la zona vallada y bajar por camino en lugar de por carretera)