La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque ella le lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón.
Madre Teresa De Calcuta
Con tan solo 24 horas de descanso, de nuevo viajo hacia la sierra con mi bici, pero esta vez en el coche y con la doble. He aprovechado el día de descanso para poner a punto la doble en una primera fase antes del soplaos y ver como se comporta con tiempo para poder corregir fallitos.
He quedado con JJ para salir de Becerril y subir a la Pedriza, pasar el día por la montaña aprovechando esta tregua en el tiempo entre borrascas.
Comenzar a rodar por el sendero del camino de Santiago es una gozada, el invierno lo ha castigado duramente labrando un surco descomunal en lo que antes era una senda muy divertida. En bajada y llaneando me siento algo cansado pero voy bien, me gustan las sensaciones que tengo después de la kilometrada con Jaime, pero con la primera cuesta las piernas se vienen abajo y es la hora de la venganza para JJ que se ve obligado a esperarme. Y eso me gusta porque se que ha entrenado, que muy bien y eso le motiva para continuar montando y poder disfrutar juntos de la montaña con buenas rutas. La cola para entrar en la pedriza es descomunal y el aparcamiento exterior esta hasta la bandera. Como esta cortado el tráfico subimos por la carretera, como diría Aída, no tengo las piernas para farolillos. Pensé que nunca diría esto pero disfruto con el dolor de las piernas y las agujetas que tengo en los aductores. Nos pasan varios ciclistas, su ritmo es más bien mediocre ya que el mío es pésimo, pero se les ve feliz por habernos dado caza y pasarnos, con que poco se conforman.
En canto Cochino hacemos una barrita brake para quitarnos ropa y afrontar la subida en manga corta. Voy a tirones según me dice JJ que tan pronto se me aleja como le doy alcance y me suelta un “ pero a donde vas” cuando le adelanto y yo creo que es más cuestión de fondo, siempre lo he dicho a mi los primeros 100 km me cuesta calentar luego ya voy mejor. La pedriza es todo un espectáculo tanto visual con unos verdes subidos de todo y el intenso blanco de las cumbres sudando por el sol como por el intenso sonido de los múltiples arroyos y cascadas buscando el cobijo de lo que en unos kilómetros será río.
Nos cuesta coronar las praderas de las buitreras justo ante el desvío de la Nava, para colmo mi plato mediano esta torcido y solo tengo dos opciones o plato pequeño que me va rallando o usar el grande que no me cuesta mover un mundo. Nos sentamos en las rocas para disfrutar del paisaje, de la calma de las alturas y degustar el momento que tanto esfuerzo nos ha costado: JJ me dice con una sonrisa si tiramos para la Nava, a lo que le digo que va ser que no, que no es por no subir, que lo mismo pillamos nieves y eso se agarra al pecho y mejor tiramos pa bajo que si eso ya en otra ya subimos. El tramo que bajamos hasta la fuente nos deja helados de frío y deseamos que la pista de nuevo tire para arriba para poner en marcha la calefacción de la bici. En el giro que pega la pista de la pedriza para ascender al collado de los pastores nos va regalando nuevos paisajes cada vez más espectaculares todos ellos aderezados por una neblina que le da un toque tímido al entorno. Subiendo JJ patrocina el pinchazo del día y mientras reparamos me encuentro con un viejo conocido, el padre de Álvaro Mithirl, todo un personaje por el que corre la aventura y la montaña por sus venas y que ya me gustaría a mi a su edad hacer lo que el hace y lo digo porque a la mía soy incapaz de hacerlo. No quiero que se quede frío y nos despedimos. Reparamos y terminamos de ascender, bajar y volver a ascender para encontrarnos de nuevo con el padre de Mithril y algunos bikers más con los que nos marcamos unas charlas y nos damos cuenta que la sierra es un pañuelo y terminamos encontrándonos todos los mocos. Como anécdota diré que me encanto encontrarme una burricleta en el mirador y con dos baterías, tramposillo ;-).
JJ no es muy de bajar por sendas y trialeras, me da la opción que baje yo por ellas pero prefiero completar mi calvario fustigándome a base de pedaladas por la aburrida pista. En la bajada hacia la pista del camino de Matalpino cometo un error de navegación y me salgo por una senda con muy pinta 6 curvas antes de la que tenia que tomar y terminamos por una trialera divertidísima pero sin salida en la zona conocida como el Aculadero, jejeje, frente a la casa de una finca privada y rodeado de vallas por los que retrocedemos unos metros y alcanzamos de nuevo la pista para esta vez en unos metros si pillar la senda correcta, lo digo para que estéis atentos si vais a seguir el track, seguir toda la pista hasta encontrarse de nuevo con el track.
La ermita era un bullicio de gente y coches disfrutando del sol primaveral, nosotros nos alejamos del mundanal ruido para ir por pistas Menos concurridas hasta llegar a Becerril en donde de nuevo el área recreativa esta hasta los topes y eso que está zona no es muy conocido y esta alejada del pueblo y la carretera. Al final nos han salido 54 km con 1.295 metros de ascensión acumulada y los dos felices con ambas sonrisas enarboladas en nuestros rostros, JJ porque ve que progresa adecuadamente y hoy ha tenido que esperarme y yo porque termino la semana con 200 kilómetros largos en apenas tres días, tirando aún de esta máquina de felicidad. Y es que ya lo dijo Víctor Ruiz Iriarte La sonrisa es el idioma general de los hombres inteligentes. Sólo son tristes los tontos y los delincuentes.
Me ha encantado tu crónica. Que bien has remarcado lo de «la calefacción de la bici en las subidas» jajaja y sobre todo que la bici es una máquina de felicidad para algunos de nosotros y más para algunos que estamos renganchandonos… 🙂
Un saludo y sigue así.
3 crónicas en cada dia guaauu! 😉
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ESTAISMÁS FUERTE QUE EL VINAGREEEEEEE, y las arretrataduras qué, porque ya no me acuerdo de vuestras caras, caray.
Saludos
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