Yo admiro al hombre que puede sonreír ante los problemas, que puede sacar fuerza de la desgracia, y que en la reflexión crece en valentía. Es característico de las mentes pequeñas encogerse, pero aquél que es firme en su corazón, y cuya conciencia aprueba su conducta, persevera en sus principios hasta la muerte.
Thomas Paine
El panorama pintaba mal par el fin de semana y después de un sábado con la ciclogénisis explosiva como protagonista en nuestros cielos me veía recluido en casa con mi rodillo. Al acostarme el sábado el viento en calma y el cielo luciendo estrellas apostaba a un amanecer con opciones de disfrutar de la bici y así ha sido.
Cielos limpios y tres graditos sin aire, ahora viene la duda que me pongo, Flaca o MTB. Opto por algo intermedio, MTB con ruta de kilómetros y me preparo para dar de nuevo la vuelta al anillo verde de Madrid.
Apenas son las 9:30 de la mañana y con las primeras pedaladas veo a mucha gente trotar por las aceras, Alcorcón he de reconocer que es una urbe activa y muy deportista durante todo el año. Al cruzar el puente sobre la carretera de Leganés me cruzo con los primeros bikers rodando por las presillas. El frío es intenso pero estreno unas nuevas mallas de invierno que me mantienen en la gloria, que razón tienen los del norte cuando dicen que no hay clima malo sino ropa inadecuada. Ayer me di una sesión de rodillo y tengo las piernas algo cargadas, me gusta la sensación
de montar después de unas jornadas de rodillo, vas como más revolucionando buscando cadencias altas que es lo que necesito para mantener mis rodillas sin dolor.
Le doy un chupito a mi bebida isotónica que compre también nueva en el Decathlon sabor cítrico, deliciosa. Una vez engancho el anillo verde madrileño las sensaciones son muy buenas, me encuentro con fuerza, sin frío y con gran velocidad navegando por la gran vía roja para dar la vuelta a la ciudad. Pero pronto comienzo a aburrirme del carril bici y me centro en el entorno, las
corredoras. Me encantan las mujeres en mallas, bueno mejor dicho en ropa deportiva, con sus camisetas de colores alegres, ajustadas a la cintura y mallas ceñidas que esculpen unas piernas de escándalo. Una par de ciclistas con los que me cruzo llaman de nuevo mi atención, cuatro grados de temperatura y montando en pantalón corto, cuando yo siento medio congelado lo poco de la cara que no me tapa el buff, y unos cientos de metros después una preciosa pelirroja corriendo en pantalón corto, camiseta térmica de manga corta, guantes y braga en el cuello no entiendo esto del frío y los cuerpos.
Dejo atrás el parque lineal del manzanares, eso significa subida y algo falla, las piernas no van como al principio, el viento comienzo a notarse y veo nubes, no es escusa comienzo a no ir y me doy cuenta porque soy incapaz de alcanzar a un par de ciclistas que tengo apenas a 200 metros. Me fijo en uno de ellos y me veo tremendamente reflejado en el, en la época en la que empecé a montar, muy pasado de peso, con un culo enorme y las rodillas abiertas a la altura de los extremos del manillar, mi viva imagen. Creo que tengo más ritmo que ellos, mas fuerza para tirar pero el velocímetro no engaña, soy incapaz de pasarlo de 19 km/h, tan solo en un tramo los doy alcance y les paso pero es engañoso en menos de un minuto me han pasado de nuevo y en otro me sacan una distancia considerable. Unos pechos alucinantes me hacen olvidarme de mi otro yo y por nos segundos me quedo hipnotizado por su ritmo acompasado, como un diapasón van marcando cada zancada componiendo una melodía de carrera perfecta, me ha sentado bien la visión, chupito a la poción mágica del deca y a por ellos, pero no, hoy soy gacela en este carril de leones y me resigno a ver
como me pasa un ciclistas con su trasportín y su candado de alta seguridad de esos que al peso te dan un jornal.
El carril bici es engañoso puedes cruzarte con bikers equipados con lo mejor que no sean capaces de recorrerlo entero y verte humillado por bikers que montan en bici del Carrefour o compradas de ocasión en el cash converter, la diferencia es clara, en esto lo mas caro son las piernas, el corazón y las ganas, algo que rara vez veras en oferta ya que ha de estar en ti. Me gusta cuando se habla de cultura de bici, la pena es que la mayoría de las veces se enmascara como frikez, cuando muchas religiones se han levantado por menos.
A base de chupitos de bebida energética doy caza de nuevo a mi otro yo, esta vez el terreno me es favorable, un largo llano con ligera bajada me permite pasarlo a 25 km/H mis piernas van de nuevo otra vez hasta la zona de la M-30 en donde sin llegar al bajón anterior decido bajar el ritmo para no meterme en más carreritas absurdas con otros dos que se siente ofendidos cuando le metes un poco la rueda.
Les dejo un poco de aire, que hoy hay de sobra para recrearme de nuevo en las corredoras y patinadoras, subiendo se sufre pero si vas perfilando tu mujer ideal llegas a lo más alto sin darte cuenta y con el convencimiento que me gustan con el pelo negro, mas bien largo que corto y generosas de trasero, no se que mierda le pondrán a la bebida isotónica que me hace pensar tonterías.
Consigo pasar con más pena que gloría toda la zona hasta la casa de campo en donde se cumple de nuevo la maldición de la CDC, es como si al pasar por delante la estatua de Fernando III su pose ya me indicase te voy a petar y físicamente me vengo abajo. El recorrido se me hace eterno y el puente sobre la hípica me ha faltado poco para meter el plato pequeño, bueno en mi defensa diré que los dos que me pasaron las estaban pasando putas por el viento también.
Descanso unos minutos en el lago, un par de Orejones deshidratados y a ritmo indecente de 13 a16 km horas voy progresando por un CDC bulliciosa y alegre llena de vida para ser un día frío de Enero.
La cercanía a casa me anima y saco fuerza de donde ya no tengo, estoy petando de mala manera, no he podido volver a rodar esta ruta a 20 km/hora como el día que fui caballo loco, pero volveré en uno o dos meses para ver si progreso. Lejos de estar triste o frustrado esta vez me siento feliz, he decido seguir el pensamiento positivo de Naguib Mahfuz cuando dice Hazme caso, el sufrimiento tiene su parte alegre, la desesperación también es dulce y la muerte no carece de sentido. Todas las cosas son hermosas, todo sabe bien. ¿Cómo podemos aburrirnos con el cielo azul, la hierba verde, las flores perfumadas, con la maravillosa capacidad de amar que tiene el corazón y ante la infinita fuerza del espíritu para creer? ¿Cómo es posible aburrirse en un mundo en que están los seres que amamos, que admiramos, que nos aman y que nos admiran ?.