Súbitamente comprendí que todas las cosas sólo van y vienen incluido cualquier sentimiento de tristeza: también se irá: triste hoy alegre mañana: sobrio hoy borracho mañana ¿Por qué inquietarse tanto?
Jack Kerouac
Poco a poco los días se van volviendo tan perezosos como yo, o mejor dicho, me dejo arrastrar por un ritmo vital que poco a poco se va apagando junto con la maravillosa luz que ha iluminado nuestros días. He bajado en metro hastala Casade campo, se me ha hecho tarde y al final casi tardo más en el metro que bajando en bici. La gran recompensa de madrugar y salir a rodar pronto son los amaneceres, y más si puedes disfrutar de ver salir el sol tras el palacio real de Madrid toda una maravilla.
Borja me esta esperando para iniciar una ruta que tenia ganas de repetir por modificar el recorrido de mi anterior salida y poder abrir también nuevas rutas en base a esta. Borja me había comentado en varias ocasiones que le gustaría recorrer la senda Merina hasta el Escorial, por lo que hago un mix de los dos deseos y nos ponemos en camino para ver el resultado.
A pesar de ser pronto la casa de campo tiene gran actividad, la verdad es que no recuerdo haberlo visto con poca gente nunca a pesar de haber traslado la mayor parte de los negocios carnales a otras calles y polígonos de Madrid. El fresquito mañanero se hace presente y tanto los corredores como los ciclistas comienzan a sacar la ropa de abrigo para estas primeras horas en las que el sol tontea pero no acaricia con su calor. Rodamos por algunos senderitos hasta alcanzar la salida por la puerta del Zarzón, que nos dejara en la Vereda del camino de la carrera orientados hacia monte Gancedo en donde nos vamos a dar un buen atracón de mansiones y casas de lujos que no pueden resistir la crisis y también se ven abocadas a su venta o alquiler, los ricos también lloran o como diría un buen amigo mío, “que van a llorar, tan solo gimen”.
Una vez dejamos las pobres zonas residenciales en las que hay más dinero que vida, por fin comenzamos a disfrutar un poco del MTB y de los caminos sembrados de surcos, de los senderos y en definitiva de la libertad del campo y los espacios abiertos.
En Villanueva del Pardillo comienzo a modificar la ruta que hasta este punto era la habitual, en esta ocasión decido no cruzar Villanueva del Pardillo y tomar el camino de los Toconales, pista en muy buen estado que nos conducirá hasta la escuela de vuelo en donde vemos como un buen número de pilotos de globos aerostatitos están reunidos seguramente preparando sus vuelos. Nosotros tomamos el camino de la vereda colada a la venta de San Antonio, que es una carretera venida a menos ya prácticamente pista con poco desnivel que se deja subir sin tener que sufrir los rampones de la urbanización las cuestas o el cerro del Madronal que también tiene su encanto sufridor. Tras las pistas una vez que nos acercamos a Colmenarejo tampoco vamos a pasar por su núcleo urbano y nos libramos de sus cuestas pestosas, en su lugar divertidas sendas en ligera bajada que nos dejaran de nuevo en pistas que poco a poco van ganando altura hasta llegar a la cañada Real del Camino de Madrid en donde esta El Mirador y la ermita de la virgen de la Soledad en donde descansamos y quedo con Jaime para encontrarnos en el camino.
Una vez alcanzado este punto la ruta coincide plenamente con la de otras ocasiones ya que el recorrido que nos queda es tan maravilloso que no quiero ni puedo perdérmelo.
Primero una bajada rápida y divertida por un sendero que esta junto a la pista con el embalse de Valmayor de fondo para terminar dándonos una atracón (lastima que el sentido es el malo) de lo que yo considero el sendero empalmado (con perdón) más divertido de la comunidad de Madrid (no tendría que ponerlo ya que seguro que van los de medio ambiente y nos lo prohíben) al final tan solo nos quedara hacer caso a Henrik Johan Ibsen cuando dijo Pueden prohibirme seguir mi camino, pueden intentar forzar mi voluntad. Pero no pueden impedirme que, en el fondo de mi alma, elija a una o a otra.
La primera parte de senderos junto a los arroyos es sublime, muy divertida y disfrutona para gastar unas cuantas pulsaciones dando caña a los pedales. En el dique de la Laguna de las Zorreras me encuentro con Jaime que no le veía desde nuestro viaje a Noruega. La segunda parte de los senderos son más amplios pero también tremendamente divertidos y si de verdad te apasiona el MTB te va a parecer como una demo del paraíso bicicletero.
Tras los senderos Borja comienza a sentir el cansancio en la piernas, el arrastras unos cuantos kilómetros más y casi una hora más de pedaleo al ir en bici de casa al lugar de encuentro por lo que nos tomamos con calma charlando las pistas que nos dejaran en el camino de las puertas del Escorial. Al ir llegando a nuestro destino nos encontramos con embarrao, vato y un colega. Charlamos un ratillo y al final se nos une Néstor a la grupeta continuando Vato con su amigo hacia Villalba. La entrada al Escorial es una larga bajada para tomarnos luego unas raciones de buenas rampas hasta alcanzarla Estaciónpunto en el que pusimos fin a nuestra ruta y en donde nos despedimos de nuestros amigos para Borja y yo tomar el tren a Madrid tras dar buena cuenta de unos bocatas.
Me hubiese gustado regresar pedaleando pero a diferencia de otros años que sería final de temporada para mi esta año es comienzo y no quiero hacer rutas de100 kmhasta Marzo, además Borja ya tenia suficiente ruta para disfrutar sin tener que forzar un retorno que se hubiese antojado duro y eso que mi ruta de vuelta es divertida.
El objetivo esta cumplido quitar las duras subidas de las cuestas de la ruta y como dijo Paulo Coelho Podemos creer que todo lo que la vida nos ofrecerá mañana es repetir lo que hicimos ayer y hoy. Pero, si prestamos atención, percibiremos que ningún día es igual a otro. Cada mañana trae una bendición escondida; una bendición que solo sirve para este día y que no puede guardarse o desaprovecharse. Si no usamos este milagro hoy, se perderá. Este milagro esta en los detalles de lo cotidiano; es preciso vivir cada minuto porque allí encontramos la salida de nuestras confusiones, la alegría de nuestros buenos momentos, la pista correcta para la decisión que ha de ser tomada. No podemos dejar nunca que cada día parezca igual al anterior porque todos los días son diferentes. Presta atención a todos los momentos, porque la oportunidad, el “instante mágico”, está a nuestro alcance. Amén maestro.