Una huida hacía el alto tajo: Día 2 (Chequilla-Taravilla-Salto de Poveda)

“No conoceré el miedo. El miedo mata la mente. El miedo es el pequeño mal que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allí por donde mi miedo haya pasado ya no quedará nada, sólo estaré yo.”

Frank Herbert

Fuera del saco hace frío, por lo que cierro un poco más la apertura de la cabeza y me acurruco en su interior, no hay despertador, no hay hora para levantarse, no hay prisas. Tan solo recoger todo el tenderete y partir rumbo a mi hogar para retomar la rutina de mi vida cotidiana, pero esta vez con la cabeza más despejada y lo principal, el alma en paz. Se que me durara poco y pronto tendré que volver a huir, pero por el momento me quedo con la frase de José Ángel Buesa La vida será tuya si sabes que es ajena, que es igual ser montaña que ser grano de arena, pues la calma del justo vence el furor del bravo.

Me despido de mis vecinos valencianos, un tanto ruidosos por las noches pero buena gente. La recepcionista del camping es preciosa, “… ayer te encontraste con mi hermano” me dice con una gran sonrisa mientras le confirmo que nos encontramos en la pista de la ermita. Le cuento mi plan del día y me recomienda una ruta “te va a encantar” me dice mientras la dibuja con trazo firme sobre el mapa, le doy las gracias, pago y comienzo mi ruta turística de regreso a casa.

Mi primera parada es Chequilla, un pueblo que me ha recomendado visitar. La entrada al pueblo es espectacular con dos grandes rocas que te dan la bienvenida, los viejos reunidos bajo la sombra de dos grandes árboles a la entrada del pueblo son el mejor punto de información y turismo. Aparco y al salir del coche me encuentro unas grandes bragas tendidas al sol, suspendidas por una cuerda de la higuera a la casa con un gran roca roja de fondo, son bragas de cuello alto, de señora mayor a modo pendón familiar. El pueblo es pequeño y no cuesta nada encontrar la entrada de la ciudad encantada. Tengo que visitar la única plaza de toros en piedra de España, me sonrío al verla. Parece que por un instante te transportas a esa España rural de postguerra que nos han contado en las películas, Bienvenidos a las fiestas luce cual graffiti una de las grandes rocas que hace de grada. El recorrido es corto pero precioso. Al salir me cruzo con una señora mayor, me pregunta si me ha gustado la ciudad y le doy mi aprobación, cuando voy a sacar una foto a una antena que esta en lo alto de una gran roca me grita que no la saque fotos, que esta muy fea, je jeje cuanta coquetería.

Vuelvo al coche y veo que las bragas se han transformado en sábanas de un blanco inmaculado, la casa termina en pico y se asemeja a un gran bote varado entre las rocas.

Me han recomendado una carretera que me acorta mucho el camino y me han dicho los lugareños que es muy bonita, era una pista forestal que han asfaltado, como han visto mi bicicleta colgando del coche enseguida han atado cabos “… esa carretera pa hacerla en bicicleta es muy bonita, muchos la hacen” y doy fe que la carretera es toda una pasada para hacerla en bicicleta, tranquilamente recorriendo un paisaje formidable que te dibuja una gran sonrisa en la cara y te carga el alma, me voy sintiendo cada vez más feliz y agradeciéndome a mi mismo haberme regalado esta gran escapada.

En peralejo de las truchas recojo la última información que necesito para completar mi jornada cultural y me informan de una pista forestal que dejara en la laguna de Taravilla y una vez que termine de ver todo el entorno la continúe para llegar a mi último objetivo del día por visitar Molina de Aragón.

La pista para ir a la Lagunade Taravilla es de las de ir despacio y ya no solo por los baches, es una pista sin asfaltar y estrecha, es por el paisaje maravilloso y el entorno tan espectacular que te rodea que te resulta difícil conducir sin estar parando cada dos por tres para deleitarte con el Tajo, con sus aguas verde esmeralda totalmente cristalinas que te invitan a tomar un baño a formar parte de el, sentí como el verbo del poeta Juan Ortiz se hizo carne  De pronto sentí el río en mí, corría en mí con sus orillas trémulas de señas, con sus hondos reflejos apenas estrellados. Pocas veces me he sentido tan maravillado y unido a un paisaje como en esta ocasión.

El entorno de la laguna de Taravilla esta repleto de coches, apenas hay un hueco para dejar el mío cuando una pareja me hace una señal de que se van para que ocupe su lugar, justo frente a la laguna, el karma esta hoy conmigo.

Visito la laguna y me pongo el bañador para ir a recorrer la senda que me conducirá al salto de Poveda. Han construido un puente que salva el río y no hace necesario su vadeo, esta prohibido usarlo pero en España si esta hay que usarlo y se puede acceder por el agujero de la valla. Yo decido vadear el río, hace calor y es una delicia caminar por su lecho arenoso. La senda que te conduce al salto de Poveda es una delicia, por la sombra y el paisaje que con el que te deleita el camino. Al llegar al salto de Poveda el reciclaje se hace arte merece la pena pararse a disfrutar de las esculturas que algún artista anónimo ha decido colocar en el entorno.

El salto de Poveda es un salto de agua producido por la rotura de una presa que deja una cascada en forma de cola de caballo espectacular que hay que visitar si estas por la zona. Me encanta el sonido del agua y como tranquilamente a la sombra, que gran acierto regalarme un día de turismo.

A la vuelta no puedo evitar la tentación y me doy un gran baño en las aguas del tajo, estoy sencillamente en la gloría. Mientras me estoy secando dos parejas se ponen a mi lado, uno de ellos con grandes rastas se despelota y lanza al agua, frente a mi hay un árbol justo en la orilla al otro lado del que cuelga una cuerda para trepar y subirse a las ramas desde las que te puedes tirar al río a modo de trampolín.

Las primeras carcajadas vieron cuando vemos al pobre perro flauta intentar subir por la cuerda en pelotas con el culo en pompa con grandes esfuerzos, sus amigos le dicen que lo deje y el grita “… pero quien me va a ver” justo cuando a mitad de su ascensión veo como cuatro piraguas con dos familias se dirigen hacia el, las madres de la primera piragua al ver el espectáculo engañan a las niñas pequeñas señalando el otro lado de orilla gritando “… mirad que mariposas más bonitas” mientras una de las madres le lanza un “.. lo que hay que ver” al alocado Tarzán que ocultando sus vergüenzas a los ojos censores de la madre por fin ha logrado ganar las ramas desde las que tirarse y al ver que tras las madres llegan los padres con los niños se lanza en bomba, al caer un padre se asusta y el niño le grita “ papa, papa, esta desnudo” el padre me mira buscando mi confirmación a lo que le digo “si en pelotilla picada” y el padre les da una explicación a los niños de unos 7 u 8 años, “ es que acaba de nacer del árbol y no le ha dado tiempo de comprarse ropa” los niños callan y ríen mas por la explicación del padre que por el hombre desnudo que sale buscando su toalla mientras sus amigos se retuercen de risa con lágrimas en los ojos.

Mientras vuelvo a vadear el río pienso en lo ocurrido y no me puedo creer las cantidad de anécdotas y situaciones graciosas que me ocurren viajando.

Fresquito por el baño dejo la preciosa Laguna de Taravilla y me dispongo a disfrutar de mi última parada, un paseo por la preciosa localidad de Molina de Aragón con sus calles llenas de historia, su precioso puente viejo y su muralla. Veo que esta localidad requiere un poco más de tiempo y prefiero dejarla para una visita algo más calmada y con más información para disfrutar la con fundamento.

He pasado dos días geniales en el alto tajo, Octavio Paz dijo una vez Todos los hombres, en algún momento de sus vidas, se sienten solos. Y lo están. Vivir es separarse de lo que fuimos para acercarnos a lo que seremos en el futuro. La soledad es el hecho mas profundo de la condición humana.

Este viaje me ha permitido dejar atrás el estrés de un trabajo agobiante, vuelvo a tener la sonrisa en los labios y las agujas de tejer los sueños junto a los ovillos de nuevas aventuras locas para cuando el cántaro de mi paciencia vuelva a rebosar de nuevo. 

 

Acerca de alakan

Dentro de veinte años estaras mas arrepentido de las cosas que no hiciste que de las que hiciste.Asi que librate de las ataduras.Naveja lejos del puerto seguro.Atrapa las huellas del viento en tus velas.Explora.Sueña.Descubre.MARK TWAIN.
Esta entrada fue publicada en Viajes. Guarda el enlace permanente.

4 respuestas a Una huida hacía el alto tajo: Día 2 (Chequilla-Taravilla-Salto de Poveda)

  1. santi dijo:

    Estos días iré por la zona, espero seguir tus huellas, sin borrarlas.

    Me gusta

  2. Berni dijo:

    Voy a hacer una travesía en bici por la zona del Alto Tajo; tengo pensado cruzar el río por el vado de las Casas del Salto, como siempre, pero leo en tu blog que han construido un nuevo puente y ya no hace falta mojarse (en esta epoca no me hace gracia) ¿Se puede acceder en bici al puente? ¿dónde está exactamente? Gracias y enhorabuena por tu blog, aciertas siempre con tus citas.

    Me gusta

  3. alakan dijo:

    Berni el puente esta junto al vadeo a unos 20 metros y cuando yo fui era complicado pasar con la bici ya que el agujero era pequeño, lo justo para pasar andando . Espero que para cuando lo necesites ya estén los permisos y pueda tener acceso libre.
    Gracias por el comentario.

    Me gusta

  4. Pingback: Chequilla- Ermita de la Virgen de la Hoz (Guadalajara) – Enfurgoviajo

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.