Ciego quien no ve el sol, necio quien no lo conoce, ingrato quien no le da las gracias, si tanta es la luz, tanto el bien, tanto el beneficio, con que resplandece, con que sobresale, con que nos favorece, maestro de los sentidos, padre de las sustancias autor de la vida.
Giordano Bruno
Como Siempre nos despertamos pronto, sobre las 6:30, en este país no horarios para practicar deporte ya que siempre hay luz, una barra libre continua de claridad que te invita a la actividad continua.
Desayunamos y nos ponemos en marcha camino hacia la costa, no tenemos un punto concreto donde parar, el viaje determinara en donde pararemos y somos todo sentido para disfrutar lo que se nos ponga por delante. Para llegar a la costa primero tenemos que sortear la zona montañosa. Al coronar Haugastol vemos cientos de bicis dispuestas para ser alquiladas, paramos y nos damos cuenta que es el inicio de la ruta que se dirige hacia Flam. Decidimos sacar nuestras monturas y recorrer parte de la ruta unos27 Km. hacia Finse, estación intermedia y vuelta al coche. El tiempo es frío pero se el cielo nos da confianza en aguantar sin llover un buen rato.
La ruta se realiza íntegramente por pista pero apenas te das cuenta porque el entorno por el que pedaleas es increíble, estas rodando y repites con cada pedalada esa frase que repetimos cada vez que vemos una foto maravillosa en la pantalla del ordenador “ me gustaría estar ahí” y te das cuentas que estas, que no es un sueño, puedes sentir el frío en el rostro, el rumor del agua bajando bravo a tu lado, los glaciares y los lagos brillando ante ti con unas montañas lejanas que te llaman aún teñidas con restos de nieve, sientes la libertad de hacer lo que quieres, lo que te gusta y por unos instantes sabes que estas ocupando tu lugar en el mundo, estas cumpliendo tu sueño, como diría Ramón Gómez de la SernaSomos lazarillos de nuestros sueños, y no nos queda otra que guiar en ocasiones a una vida ciega basada en trabajar para vivir, hacia lugares como estos en los que poder tomar unas bocanadas de libertad y administrarlas durante todo un año de paciencia e incomprensión.
Cuando estamos cerca dela Estaciónde Finse, apenas nos queda un kilómetro, vemos que el tiempo empeora y se nos viene encima un buen chubasco. El camino de vuelta es en franca bajada y no cuesta nada mover el plato grande, las gotas nos van ganando la partida, las nubes noruegas corren que se las pelan por el valle y hacemos una parada para reponer fuerzas bajo un puente mientras pasa la cola de la nube llorona. En el camino nos encontramos una caseta de madera con un corazón en la puerta, es un servicio que nos llama la atención, esta impoluto, su interior desprende un aroma a flores y no le falta nada, tiene hasta prensa por si la fibra tarde en hacer efecto, eso si en noruego pero bueno el paraíso tiene estas cosas.
Conseguimos llegar secos al coche, toca cargar las bicis y reorganizar de nuevo todo el equipaje para que entre en el Skoda. Al poco de reiniciar nuestro viaje por carretera volvemos a parar a la orilla del lago Ustevatn, inmenso cuya orilla esta plagada por cientos, miles de hitos de todos los tamaños que forman un paisaje original en el que no puedo evitar montar mi pequeño montículo de piedras.
Paramos a comer en pequeño páramo protegido del viento por una pérgola que nos quita algo de viento pero la sensación de frío no por lo que comemos rapidito.
Camino de Eidfjord paramos a ver una presa impresionante cuya pared de retención del agua esta forma por rocas. Pero lo mejor de la tarde, lo más impresionante las dos cascadas “Voringfossen” que vierten sus agua sobre el fiordo, algo impresionante que nos dejo sin palabras, ver tal cantidad de agua cayendo con esa furia de hace sentir verdaderamente pequeño en la naturaleza.
Descendemos el fiordo por una carretera repleta de túneles en forma de escalera de caracol que nos deja fascinados, y la salida impresionante con paisaje impactante, rodeado de grandes paredes verticales de las que penden cascadas y la humedad condensando formando neblinas de cuento.
Encontramos un camping económico, junto a un río y con un paisaje que ni encargado lo elegimos mejor, hoy ha sido un día increíble, el agua me apasiona y en forma de cascada es como una melodía de vida, me gusta recordar las palabras de Jean Jacques Rousseau Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza, lo único que esta escrito en la lengua de los sentimientos y no todos saben leerlo y mucho menos comprenderlo.