“Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias… Sabe que la lucha es cruel y es mucha pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina.”
Enrique Santos Discépolo
La mañana se ha vestido de azul intenso para invitarnos a coronar el Veleta, nos queremos tomar esta etapa de transición entre dos rutas, como si subir a uno de los picos más altos de España fuese moco de pavo.
Isra me ha convencido para subir en coche hasta Sierra Nevada, los 9 kilómetros que nos separan de la estación son un buen lastre sin sentido para coronar el veleta. Mientras subimos adelantamos a varios grupos de bikers. Isra cuando los ve me dice que se les ve globerillos, sufriendo mucho, claro que sentado en el asiento de un coche y la bici atada en el portabicicletas las cuestas se suben con mas soltura.
Salimos desde el aparcamiento de la Hoya de la Mora que esta a unos 2.510 metros de altura. La ascensión al veleta se hace por una pista en buen estado con un continuo transito de camiones de gran tonelaje subiendo y bajando junto a ti así como los autobuses que te dejan muy cerca del veleta. Para tener una buena ascensión nos alejamos de la pista y nos encomendamos a la virgen de las nieves disfrutando del fantástico paisaje que disfruta desde su atalaya, intento imaginarme todo el entorno nevado y creo debe ser una estampa idílica. Las oraciones a la virgen surten efecto y nos cambia los camiones por todoterrenos conducidos por…, trabajadores de las pistas con poco tiempo para valorar si la vida de un tío improductivo montado en un bicicleta merece la pena, o es un gaje del oficio.
Las rampas no son nada duras y se dejan hacer, me parece mucho más duro subir a la bola. Lo pesado de esta subida es lo lejos que esta el jodio Veleta y la altura que poco a poco vas ganando, lo mejor de la subida las vistas excepcionales que te ayudan a evadirte de la continua y cansina pendiente a superar.
Una vez que pasas las posiciones y ya puedes el veleta más a tiro, la mirada se pierde por los Tajos y los neveros que persisten mantener el apellido a esta cadena montañosa. Paramos a comer algo y abrigarnos el día es fantástico pero a esta altura el fresco torna a frío. Tomoalgo de chocolate pero cojo algo de frío en el estomago y lo paso fatal durante unos cuantos minutos. Una vez que superamos los 3.100 metros comienzo a encontrarme mucho mejor y no acuso en absoluto la altura, subo con mucha facilidad y solo pongo pie a tierra en el último giro antes de coronar el veleta a escasos 50 metros del vértice geodésico recibiendo los aplausos de los senderistas que me han vistos superar las rocas del último tramo.
Estoy feliz, para mi era importante subir aquí y mas hacerlo con un gran amigo. Lo celebro haciéndome una foto con mi bici en la cumbre. Encontramos un rincón protegidos del viento y comemos disfrutando del espectáculo que siempre brindan las alturas. Un ciclista sin casco y un tanto torpe corona el veleta andando bajo nuestra mirada, es muy torpe y el intentar ver como se hace una foto con la bici en el vértice geodésico es todo un espectáculo.
Decidimos bajar para disfrutar de la Laguna de las aguas Verdes. La nieve apasiona a Isra no duda en intentar subirse por el nevero para que le saque una buena foto.
El ciclista patoso nos adelanta y le vemos como se dirige hacia el Mulhacen, al verlo pedalear hacia la gran cumbre de la península Isra me propone coronar también nosotros, pero le hago ver que eso supondría trastocar nuestros planes y que tendríamos que haber salido mucho antes, además las piernas nos recuerdan nos solo la subida de hoy, también la ruta de ayer que fue algo durilla.
Recobramos los metros perdidos y nos lanzamos por las sendas que van recortando la pista y usan los senderistas para conquistar la cumbre. La bajada es fantástica y los senderos un maravilla que se dejan disfrutar a tope. Llegamos de nuevo a la hoya de la Mora, pero Isra quiere asomarse a la atalaya que hay tras el Albergue Universitario. Las rampas de este cerrito son casi más duras que las del veleta pero tremendamente cortas, hacemos unas fotos y nos bajamos al hotel para refrescarnos y descansar un poco.
Antes de bajar nos pasamos por el centro de visitantes y nos indican de la prohibición de circular con bici por la ruta que teníamos prevista, lo que nos obliga a cambiar la jornada de MTB por una de senderismo.
Para ver donde podemos coger la vereda de la Estrella bajamos por la carretera de montaña que baja de sierra nevada hacia Guejar-Sierra, mas que una carretera es una pista forestal estrecha asfaltada, no se pueden cruzar dos coches ya que físicamente no entran y en caso de cruzarse alguno tendría que recular hasta alguna de las aperturas que se han asfaltado para tal fin. Pero merece la pena y la bajada resulta espectacular, tanto que si en lugar de estar asfaltada fuese de tierra sería una trialera alucinante. Cuando estamos llegando al pueblo el ocaso su consuma tras el embalse de Canales dejando una estampa maravillosa.
Cenamos en Pinos Genil entre risas y recuerdos de buenos momentos vividos, que bien se vive de vacaciones.
Track de la ruta
Galería de fotos