“Besé sus ojos, sus labios, mi boca bajó a lo largo de su pecho y rozó el ombligo infantil, el bello animal, el sexo, donde su corazón latía a golpecitos; su olor, su calor me emborrachaban y sentí que mi vida me abandonaba, mi vieja vida con sus preocupaciones, sus fatigas, sus recuerdos gastados.”
Simone De Beauvoir
El día se ha despertado de un gris plomizo con niebla en las cumbres, la ruta que tenía pensada para este día si salía bueno era la ruta Heidi pero tendrá que esperar.
Cierro de nuevo la tienda y me refugio en el calido saco que esta vez cubierto con una manta si hace que me encuentre muy ajustito.
Tras una hora retozando y meditando que hacer, me decanto por recoger el campamento y acercarme a ver el monasterio de Yuste. Mientras preparo el desayuno veo salir de sus tiendas las primeras vejigas llenas que no aguantan más en el saco. Me doy cuenta a medida que desfilan ante mi que todas van enfundadas en mallas y TOP muy ajustado marcando cada curva de su cuerpo. Además he decir que esta noche han acampado dos moteras de las que le suben el cache a una moto cuando se suben a ella. La mayoría cumple el mismo patrón, en esto del amor he tenido muy mala suerte, ya que no he encontrado es ninfa salvaje que le guste la aventura y que tenga algo de mundo interior.
Recojo la tienda cierra el maletero y comienza la lluvia meona, mira en esto si he tenido suerte. Mientras dejo el valle con la firme decisión de ir camino a casa me entra un arrebato de los míos y pongo dirección garganta de la Olla, Pienso, “… que demonios, si ya estas aquí disfruta” y dedico hacer una ruta en coche.
Dejo la carretera ancha por otra mucho más estrecha, la lluvia no es muy intensa pero la niebla muy cerrada lo cubre todo. En ocasiones parece tentarme y jugando conmigo se abre dejándome ver unas vistas maravillosas del Valle de la zona del Jerte. Paso el pueblo del Piornal y me enamoro perdidamente de su carretera que une esta población con Garganta de la Olla.
La niebla en este lado del valle comienza a despejarse, el bosque de robles es asombroso y la niebla le da un toque mágicoimpresionante, en cuanto puedo dejar el coche en la cuneta paro para sacar unas fotos de este amor a primera vista.
Entro en Garganta de la Olla, pueblo que esta cansado de quitar la P de su nombre con solo ver el cartel que anuncia la población, La guardia civil me avisa que deje el coche donde están ellos o continúe hasta Cuacos de Yuste, subo la carretera con unas vistas extraordinarias al pueblo pero al llegar al monasterio un Guardia Civil me avisa que hay 2 horas de cola y que si continuo a Cuacos no podré volver a subir. Doy la vuelta y aparco donde el Guardia Civil uno ya que me fije de una pequeña garganta que prometía. Y la verdad es que no me defraudo nada, preciosa.
Como tenia cargado el track del camino viejo de Yuste desde G de la Olla, no me cuesta encontrar la senda que me sube por el monte hasta el monasterio, pero antes miro la estatua de una hermosa joven con una leyenda. Romance de la serrana de la Vera y a continuación el romance que en algunos fragmentos dice así.
Siete leguas de Plasencia,
Habitaba una serrana
Alta, rubia y sandunguera.
Con vara y medio de pecho,
Cuarta y media de muñeca,
Con una trenza de pelo
Que a los zancajos la llega.
A uso de cazadora
Gasta falda a media pierna,
En la cintura correa
Y en el hombro la ballesta.
Cuando tiene gana de agua
Se baja pa la ribera,
Cuando tiene gana de hombre
Se sube a las altas peñas”
Me digo coñe, haber si ha tenido descendencia y siguen con este rito, así que tiro toda la senda para arriba buscando las peñas más altas. La senda es una delicia con pasos extraordinarios y unas vistas espectaculares del Valle. El ambiente húmedo y frío le da un encanto especial a esta ruta que no tendría a pleno Sol.
Se me hace muy tarde para completar el track y mis piernas estas maltrechas desde pues de la ruta del viernes por lo que opto por buscar unas peñas desde las que se vea el Monasterio, sacar una foto y volver.
Como un poco y retomo el camino de bajada, me para de nuevo ante la estatua de la serrana que tiene un tipo extraordinario, pienso que esta si era una mujer de armas tomar.
“(…)
Que no descubras mi cueva;
Que si acaso la descubres,
Puede ser que en ella mueras.
Tu padre será el caballo,
Tu madre será la yegua
Y Tú serás el potrillo
Que relinche por la sierra.”
No me he encontrado con la serrana, pero si con una tierra que me ha maravillado y que he limpiado el alma y llenado el corazón de sensaciones, olores, sonidos y recuerdos. Volveré a besar tus arroyos y acariciar tus sendas, volveré a sentir la fuerza y la libertad que me has regalado estos días gracias comarca de la vera.
Track de la ruta.