Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.
Pablo Neruda
Que frío he pasado durante la noche, las temperaturas han bajado a los 6 grados y he amanecido abrazado a la manta. Los primeros días de primavera estrenan mañanas gloriosas de temperatura agradable con Noches de frío invernal.
Un cielo azul esplendido le da el protagonismo de la mañana al astro rey que con solo estirar sus brazos y bostezar ya nos va dejando un calorcillo que se agradece. El track que marca mi GPS me conduce por una pista de hormigón que une la reserva natural garganta de los Infiernos con el pueblo de Jerte sin tener que ir por la tediosa carretera. Pronto la ruta comienza a mirar hacia arriba y voy ganando altura hasta lograr obtener unas vistas extraordinarias del pueblo que da nombre al valle.
La pista va sorteando las terrazas de cultivo, en una de ellas me encuentro con un paisano labrando la tierra con un arado antiguo tirado por una caballo, al estilo tradicional, como me gusta que se conserven algunas de estas artes de antaño que seguro pagará con unas buenas ampollas en sus manos. Un bosque de castaños me sorprende, estoy maravillado con lo que me rodea, pocas veces me arrepiento de haber decidido ir a un sitio y no a otro. Esta vez estoy disfrutando con lo que me gusta y como me gusta, tenia menospreciada una zona que me esta entrando en el corazón y comienza a apasionarme. Lo que me voy encontrando hace que mi éxtasis personal se este desbordando. Me imagina bajando los senderos con la bici y no alcanzo a imaginar el tamaño de mi sonrisa con la última pedalada tras e descenso.
La ruta que voy siguiendo es la marcada como Garganta de los Infiernos. Esta ruta se cruza con otra de mayor belleza si cabe la ruta de Carlos V, su base histórica data de cuando cansado de su larga travesía desde Laredo, decide hacer el recorrido más corto entre Tornavacas y Jarandilla en lugar de la ruta prevista que le llevaría por Plasencia. El monarca es llevado en silla de manos y en ocasiones a cuestas por lugareños acostumbrados a recorrer estos senderos escarpados a través de lo que ahora se conoce como Puerto de las Yeguas, que une las comarcas del Jerte y de la Vera. El camino que hoy en día se nos marca para recorrer este acontecimiento es uno de los más bonitos que he recorrido nunca. La bajada hasta el puente nuevo con el estruendo del garganta de fondo, la pendiente, las piedras asentadas a modo de vía romana, le dan un encanto un poco más místico con enjundia. He tenido suerte y en dos horas no me he cruzado con nadie por lo que puedo disfrutar unos minutos de todo el entorno para mí. La dicha de poder disfrutar esto en soledad y pronto veo que me comienzan a atacar por todos los flancos por lo que cruzo el puente y continuo mi huida hacia la montaña ganando altura conrespecto a la garganta mientras veo como varias decenas de cabecitas convergen en el puente que he dejado atrás. La senda continua siendo maravillosa mostrándome pasos de autentica delicia, gracias a la majestuosidad de los árboles con sus ramas desnudas clamando al cielo su cubierta vegetal mientras las rocas son testigos mudas de las pasar de los año mientras el musgo las cubren a modo de abrigo.
El agua no solo la tenemos presente en los arroyos y en los ríos. Varias fuentes se nos ofrecen para calmar la sed, una de ellas me llama la atención en especial ya que es la fuente de JJ, como me hubiese gustado haberla descubierto con el. Como prácticamente en el punto más alto de la ruta con unas vistas sensacionales de la garganta de la yegua y de las dos cascadas que se me insinúan junto con un sendero que acaricia su base para ir a ser visitadas. Cuando intento cambiar de ladera no veo nada claro el camino ya que no esta marcado. Opto por volver hasta un cruce que si indica el paso unos cuantos kilómetros más atrás volviendo sobre mis pasos y disfrutando del magnífico camino de Carlos V pero esta vez de vuelta y en bajada.
Una pequeña pradera, verde, fantástica me llama para descansar en ella y reponer fuerzas y la disfruto un buen rato, es lo bueno de no tener prisa por llegar.
El puente de Carrascal me deja en el otro margen de la Garganta del collado de las yeguas. La senda continúa regalándome unas estampas de ensueño con las montañas nevadas de fondo y la primavera brotando a mí alrededor.
El agua poco a poco va calmando su rugir a medida que se acerca a la zona de los pilones, como temerosa de lo que pudiera encontrarse y con razón ya que había una autentica marabunta colapsando el puente de los pilones para poder acceder al otro y regresar al camping.
Esta ruta ha sido una de las mejores que he recorrido andando en mucho tiempo. De haberla podido completar circular simplemente hubiese alucinado, pero siempre hay que dejarse algo, una escusa para volver y disfrutar de unas vistas, unos olores y unos sonidos extraordinarios como diría Soren Kierkegaard” Cuando se cultiva con actividad la memoria, el alma se enriquece de ingentes particularidades que distraen el recuerdo.”
Track de la ruta Gracias a fendetestas por publicarla.
La ruta es muy bonita, pero creo que son 28 kilometros y un poco dificil…
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