“Allí estaban de nuevo los bosques de robles, en las laderas los chopos orgullosos, afilándose, verdes. En grupos, y, no obstante, cada uno de ellos respirando su soberbia soledad, como los mismos hombres. Aquellos hombres de Artámila.”

Ana María Matute

De vez en cuando hay que volver a luchar con los fantasmas de tu pasado, volver a la madre, a la semilla que germino y ahora rueda libre, disfrutando por todos los campos de nuestro país y del extranjero, toca volver al hogar que me forjo como ciclista, que me metió el MTB en la sangre, abriéndome un mundo para mi desconocido hasta ahora, rutas, MTB y amigos, sobre todo amigos. Quedan ya muy lejos esas primeras salidas en las que descubrí en este nuevo mundo, gente con mis mismas inquietudes y ganas de disfrutar de una bicicleta y el campo. Ahora que ha pasado el tiempo, me he liberado de kilos y con mas experiencia quería junto con Mon, volver a recorrer una ruta que tan solo he recorrido en dos ocasiones pero que guardo un grato recuerdo de ella.

Puntual como siempre se presenta Mon frente a mi casa de la sierra para cargar mi bici en su coche y subir hasta Cotos lugar en el que comenzaremos nuestro ruta del recuerdo, Cotos-El Paular-Cotos. Según llegamos al aparcamiento de cotos una morena de cuerpo de impresión sale en mallas con una camiseta roja de su camper, como me gustan las senderistas asilvestradas, Mon aparca junto a otra camper que de su interior brota otra senderista, rubia, con una camiseta negra y una pantalón de chándal Gris, Esta última esta más metida en años, cuerpo espectacular, vamos que me enamoro nada más verla, mon es más de morenas así que el reparto es sencillo, jejeje si todo fuese tan fácil.

Comenzamos la ruta descendiendo unos metros por carretera para enseguida adentrarnos por la primera salida de tierra que encontramos a  la izquierda. Una valla nos recuerda que estamos en el parque de Peñalara y que no podemos pasar con la bici, así que nos conformamos con deslizarnos por el coqueto y fresquito sendero que acariciando las piernas de nuestra “femme fatale, Peñalara” nos dejara en el monasterio del  paular regalándonos unas bajaditas trepidantes.

El terreno esta muy seco y las bajadas cargadas con gran cantidad de piedras están más burras de lo que recordamos, Mon no se lo piensa y se lanza, estando en alguna ocasión apunto de salir disparado por las raíces o las ramas que se empeñan en tirarnos de la bici, se nos hace corta la bajada cuando nos vemos abocados a terminar descendiendo por pista hasta el Paular. Intentamos sacarnos algún senderito pero nuestros esfuerzos son inútiles, o están muy sucios o damos con una valla, por lo que nos resignamos a bajar de charla sin más.

En las proximidades del puente del perdón me encuentro con mi viejo amigo J@se, al que saludo, no le veía desde la gran vuelta al pardo, bien acompañado se dispone a explorar tranquilamente esta zona. Mon y yo nos metemos en el área de interpretación pero no tiene salida así que tras ver los huertos y algo de información interesante salimos y tras cruzar el puente del Perdón, nos metemos en una marea de inmigrantes Mexicanos que se disponen a pasar un día de agua y sol en las piscinas naturales de rascafría, el sol comienza a apretar y la verde pradera donde se rinde culto al sol comienza a llenarse de cuerpos provocadores.

Rodamos por pistas con una agradable sombra que nos hace más ameno el pedaleo, me confundo en un giro y al frenar mon se da cuenta que ha perdido uno de los tornillos que sujetan la pinza del freno trasero. Reparamos con una brida metálica y continuamos la ruta con la rueda trasera de Mon algo frenada.

Cuando pensamos que la ruta que estamos siguiendo no es la buena ya que la recordábamos con mucho más senderito, estos aparecen tras un puerta que esta guardada por un toro de generosas criadillas, compartimos una agradable charla con un senderista que mapa en mano esta buscando una nueva variante para ascender hasta la cascada de purgatorio, lastima que tenga que pasar justo por delante de donde se ha posicionado el toro jejeje. Continuamos nuestra ruta, la pista ha dejado paso al sendero que se en tramos se vuelve disfrutón con pasos interesantes y en otras ocasiones se muestra algo más juguetón dejándonos pequeñas rampas en las que nos dejamos el alma.

Desde que sales del paular la sensación de llanear es continua y si a esto le unes un paisaje espectacular, estamos ante una de las grandes rutas de verano para los amantes del MTB. El sendero cruza varios arroyos que alimentan el río de la angostura y que son cruzados por fantásticas plataformas de madera, pero todo lo bonito toca a su fin y los senderos te conducen a la cruda realidad del biker, si has disfrutado de una bajada, bruta y de senderos divertidos sin mucha subida ahora es cuando nos toca pagar la cuenta y aquí la moneda en curso es sudor y sufrimiento.

Con la pista Mon avisa, sin prisa, y como a mi me encanta esa palabra, voy disfrutando del río de la angostura, le digo a Mon que me apetece un buen baño y me dedico a buscar una buena poza donde sofocar los calores estivales, veo un pequeño salto de agua que llena una mini poza a modo de yacuzzi natural y le grito a mon “ … joer tío mira que bonito” y según lo digo veo dos hermosos pechos morenos tostándose al sol, la mujer se ríe, pero me da corte decirla que si, que sus pechos también son bonitos. Ascendemos un poco más y veo otra poza esta ideal para meterme en pelotas, mas recogidita y coqueta, busco como bajar cuando veo que hay una tía despelotada con un gorrito tomando el sol, le digo a mon que no es plan ponerme en pelotas,  que seguro que el agua esta muy fría y el ridículo puedo ser gordo al salir del agua, bueno gordo no es la palabra.

Lo más duro de la ascensión son las rampas finales antes del pateo, aquí nos encontramos con lo que a mi más miedo me da en la montaña, las tengo pavor, y son las solteronas o divorciadas cincuentonas que al ver un joven apuesto y de cuerpo hermoso como el mío no pueden por más que saltar de alegría, “… vamos Indurain, vamos campeón” y cuando paso a su altura, se pone detrás mío, me agarra del culo con una mano y me empuja, pero cuando con la otra me agarra el muslo, ya le tengo que decir “… pero señora … compórtese, que esta mi amigo..” y al ver a mon con cara de sufrimiento retrocede y como animal carroñero se lanza a por la presa en esta ocasión más débil. Mon saca fuerzas de donde no las hay y se zafa de su presa, yo aterrado de caer en las garras de esas tres he bajado un piñón y me he puesto a salvo tras dejarme el alma en la última rampa que mon sube un tramo a pie, cuando nos reunimos tras el ataque de las lobas, comentamos lo cerca que hemos estado de ser violados en la montaña.

Nos toca ganar toda la altura perdida esta mañana en escasos metros así que bici al hombro y subidón de la leche hasta el sendero, en este tramo nos vuelven a acosar las perracas, pero esta vez la montaña ha calmado un poco su libido y se conforman con disfrutar de nuestros fornidos cuerpos sin tocar.

El senderito que nos deja en la base de la subida hacia el pingaron es una gozada, disfrutamos de la cascada y su poza, siempre hay alguna moza que se ofrece como sacrificio al Dios Ra. La última subida muy suelta y pendiente para superar el pingaron y ganar la carretera que nos dejara en cotos se le atraganta un poco a mon que necesita más montaña para ponerse fuerte.

Una ruta muy entretenida y divertida, dura tanto al comienzo por las trialera como al final por la pendiente, pero tremendamente bella, y que merece el sacrificio de poner el pie a tierra.

Track de la Ruta