«Marzo nidazo, abril hueveríl, mayo pajarayo, y por San Juan, agarrales la cola que ya se van.»
Refrán.
La ruta del sábado nos dejo tocadillos, las piernas las tengo muy cargadas y doloridas a primera hora de la mañana, poco a poco nos vamos despertando, Joaquín dice que ha dormido bien, antes de acostarnos mientras cargábamos la ruta en el GPS oíamos los ronquidos de víctor desde el otro extremo de la casa, ya se veía durmiendo en el sofá antes de tener que enfrentarse a esa fiera. Despistado para recuperar las fuerzas perdidas se toma el desayuno de los campeones, un montado de Galleta de chocolate, lomo con queso y batido , doy fe de que no vomito después.
Comenzamos la ruta por carretera, rodamos tranquilamente charlando, el día es espectacular y disfrutamos sintiendo la caricia del sol sobre nuestra piel, se agradece montar de corto después de este duro invierno. Nuestro objetivo del día era alcanzar unas antenas que se veían a lo alto de un macizo que presenta sus caras verticales, por lo que vemos difícil el poder encontrar una senda, una pista o una carretera por donde vamos que nos permita subir hasta arriba.
Nos despistamos en un punto de un track y nos mentemos en un río seco, pero da lo mismo, nosotros continuamos rodando como podemos sobre el lecho de piedras, en uno de los pasos sufro un bombardeo de naranjas al ser atacado por despistado y Víctor, una de las naranjas impacta sobre el cuadro de la bici dejando un agradable perfume un tanto dulzón. El rió termina en una casa con naranjos y dos perros, al dueño que no le hace ni pizca de gracia que estemos en sus tierras nos avisa con un «… Cuidado con los perros, los dos muerden» pero la verdad el pastor alemán tenia una cara noble que no podía con ella y el otro era un perrillo de medio pelo.
Ya en el track rodamos entre cultivos de naranjos que están cargaditos de fruto, es una pena ver como los están podando sin quitar el fruto, lo están dejando perder, se que es un tema complicado pero después de ver las colas de gente que piden comida y ver toda esta fruta perderse al sol me da una pena increíble.
De una de estas ramas podadas, despistado le lanza un naranjazo a pantani, este pierde el control de la bicicleta y se cae sobre los restos de poda, jejeje este comando naranja es la leche. Las terrazas de cultivo nos dejan en un laberinto de caminos sin salida, unas pistas nos conducen a las torretas de la luz perdiéndose poco más. Le preguntamos a un labriego, aborigen de estas tierras y nos dice que el ya ha visto a muchos con bicicletas «… todos se han dado la vuelta, Esto es pa andar, no pa ir con la bicicleta» pues nada, como el track no nos vale cambio de planes y para hacer hambre antes de la paella, despi propone rodar hasta Gandia por una vía verde, dicho y a el lío, ponemos rumbo sur, para una vez en la carretera orientar el rumbo hacia Gandia. Nos cruzamos a unos cuantos extranjeros por el camino, todos rodando con sus bicis hibridas y su cestita pare el pan y el periódico, nos encontramos con un viejecillo que viste el maillot del Reynolds, Víctor le dice «… pero hombre como sale de casa con eso, que le van a robar, que eso es una joya». Rodamos por carretera, el arcén es amplio y seguro, plantaciones de naranjos se alternan con limoneros, puntos de venta en el que venden sus frutos y prostitutas, que bueno, ejem tambien venden sus frutos.
En el camino a Oliva nos encontramos con un alemán que monta un buje de transmisión integrada, víctor le pregunta y el alemán le sonríe haciéndole el gesto que pedaleé y tire «pa adelante», estos vejetes del norte son educados hasta para mandarte a tomar por culo.
Pasamos oliva y por la vía verde hasta Gandia es rodar y rodar, rodar y rodar. A la entrada de Gandia nos hacemos una foto para inmortalizar el momento, vemos que pasa una familia a nuestro lado en bici, y la mami luce una maillot blanco ajustado a su precioso cuerpo, pero cuando se giro mostrándonos todo su tangazo nos dejo sin aliento, vamos nos fuimos a refrescar, preguntamos por un sitio de bebidas frías a una pareja, esta no sabe pero una amable caballero que esta escuchando la conversación nos indica en un correcto Valenciano, crispando a pantani que no le mando de fallas de milagro.
Cuando decidimos volver por donde hemos venido, viento nos da de costado y de cara, y nos cuesta pedalear, para colmo dejamos al tarao de pantani el primero y nos pone un ritmo de 27 km/h durante 15 minutos, Dios no podía pegarle porque no faltaba resuello, para habernos matao. Pasamos Oliva y vemos banderas de la comunidad valenciana por todas partes, una fallera nos ofrece una bandera y víctor al verla dice «… coño si parece una muñeca», la verdad es que ya estamos muy cansados para ser originales con el humor.
Termina la ruta que nos salio carretera en la casa de despistado y mientras nos duchamos nos preparan la paellaza.
Al sentarnos en la mesa la camarera nos dice, «… perdón la paella encargada es para 6 y ustedes son 5», pero al vernos devorar dos ensaladas y una cesta de pan mojando como posesos el alioli se dio cuenta que al sexto ya nos lo habíamos comido jajaja.
Fin de semana inolvidable, gracias compañeros por los ratos vividos, las risas, por todo lo que aprendí con vosotros y a despistado por su hospitalidad, Gracias amigos.
Me parto de risa javi con la cronica.
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