El chiste está en lo que uno recalca. O nos hacemos infelices o nos hacemos fuertes. La cantidad de trabajo es la misma.
«Viaje a Ixtlán» (1973), Carlos Castaneda.
Esta semana ha sido realmente agotadora, jornadas de trabajo de 12 horas no me han dejado tiempo ni fuerza durante la semana para entrenar. Son periodos puntuales de picos de trabajo pero que cada vez se están dando más seguidos. Sin natación y sin carrera pongo todas mis ilusiones de sacar algo de entrenamiento positivo en el domingo, la bici siempre es una apuesta segura, la fuente de la eterna felicidad.
Tras un sábado lluvioso que nos deja los camino del sur cargaditos de chocolate bikero, el barro, opto una ruta carrilera con mi gravel. Este año no había dado la vuelta al renovado carril bici madrileño y tenia que ver que había quedado. Abro mi ventana y un amanecer precioso me anima a disfrutar el día y rodar libre, el frío es opcional, cuestión de capas.
Con la primeras pedaladas me doy cuenta que tal vez una capa más de maillot en forma de manga larga no hubiese sobrado, lo llevo en la mochila pero no quiero parar de pedalear, en breve estaré mejor. Al llegar a las presillas me doy cuenta de lo mal que están los caminos y el barro deslizante hace divertido rodar por algún tramo.
Voy buscando el Anillo desde el pinar de la fortuna, el carril bici de Carabanchel ya ha dejada de ser un carril bici para MTB, ahora es un carril bici de Enduro por el estado en el que esta. Se ven bicis, pero ganan los runners, hay mas gente corriendo que en bici. Diciembre es el mes de las san silvestres, este año mas digitales, mas locales, mas intimistas pero la misma ilusión, a mi me pilla en horas bajas, malas decisiones.
Miro al sol, no calienta nada, ha salido un día frio que parece tiende a nublarse. Ya en el anillo una vez dejo el cementerio solo queda rodar por el restaurado carril bici de Madrid en el que he de reconocer han realizado un muy buen trabajo. La zona para las bicis ahora es de color asfalto y se parece a una mini carretera y la zona de andar es de color crema, por lo menos ahora los caminantes ya tienen su zona de color para andar sin invadir el carril y parece que funciona, cada uno por su sitio.
Llegando al parque lineal del manzanares me llama mi sobrina por videoconferencia, las nuevas generaciones son así. Esta semana es Maga y me enseña un truco haciendo flotar un boli en el aire. Se la da bien, no reímos un rato y sigo mi camino. Voy con las piernas heladas de frio y creo que lo que me impulsan son los pies que ni los siento. Sumo kilómetros, el carril hace curiosos compañeros de trayecto que se empeñan en demostrarme que son más rápidos que yo. Me lo demuestran como cinco o seis veces adelantándome, superando un infarto a algo parecido y vuelta a darlo todo. No veo yo muy normal este método de entrenamiento tipo “camina o revienta”.
Por momentos el carril es un hervidero de ciclistas, patinadores y corredores. Pero también disfruto de largos tramos en solitario, disfruto de Dora mi bici gravel, me encanta rodar con ella. Más que un entrenamiento esta siendo una terapia de pareja, estamos condenados a entendernos. Breve parada en las tablas para tomar algo sólido, ya hay hambre. Mensaje de Suguss que no me deja ni un respiro, “ vamos dale que aún te queda”. Se va haciendo tarde, la verdad es que no tengo prisa, la casa de campo a las 14:30 no tiene una gran afluencia, subo por aluche y cerca de las 15:00 apenas hay nadie por la calle. La ruta va tocando a su final y el sol parece que quiere arrancar a calentar, tarde Lorenzo.
Estas semanas disfrutare de un tiempo de paz, de calma y en enero volveré de nuevo a los entrenamientos, creo que la bici me vuelve a llamar como antes y ahora con la gravel esto puede ser divertido, muy divertido. Wayne Dyer en su libro Tus zonas erróneas escribió Puedes mirarte a ti mismo con ojos nuevos y abrirte a nuevas experiencias que nunca llegaste a pensar que podrían estar dentro de tus posibilidades como ser humano, o puedes seguir haciendo las mismas cosas, de la misma manera, hasta que te entierren. Yo soy de los primeros.