“Persigo la felicidad. Y la montaña responde a mi búsqueda”
Chantal Maudit.
Aparco en Navacerrada pueblo frente a la maliciosa, la cumbre me mira como diciendo me debes una visita, me lo has prometido, es cierto y en estas vacaciones quiero dedicar dos días al senderismo entre semana cuando hay menos gente en la montaña. Tras el fin del confinamiento las montañas son los nuevos centros comerciales. Dejo el coche en Navacerrada porque así me aseguro una bajada total hasta él una vez termine de coronar el puerto, una forma de motivarme como otra cualquiera.
Salgo de Navacerrada y subo hasta la fonda real, yo no recordaba que este tramo con las piernas frías es muy intenso. Se mucho transito de senderista y ciclistas de montaña, hoy va a hacer calor. Decido bajar a cercedilla por el camino del calvario, pero antes tengo que recorrer la carretera que me lleva hasta la presa de Navalmedio. En un ataque de optimismo intento tomar la bajada del sendero que va paralelo a la carretera y después me adentra por prados para dejarme en la entrada de Cercedilla, pero la bajada esta muy suelta y neumático delantero que es híbrido no tiene nada de aguare por lo que opto por seguir en la carretera que posteriormente se transformara en pista, algo rota pero muy llevadera.
Cruzo Cercedilla, las terrazas alternan los últimos desayunos con los primeros Brunch de los saben disfrutar un buen domingo en su cama. Subo por la carretera de las dehesas, es un rosario de coches abocados a un sube baja ya que esta totalmente saturado el aparcamiento, cualquier sitio es bueno para dejar el coche y emprender la subida por la carretera a pie mal humorado porque no hay derecho en no poder dejar el coche en las dehesas, con lo bonito que estaría todo asfaltado con macro aparcamientos, chiringuitos y escaleras mecánicas y pasillos mecánicos para acceder a los picos y miradores no tenemos visión de futuro, lo que hay que oír. Una vez que pasas la barrera y el tráfico deja de existir tan solo queda subir un poco más entre aparcamientos abarrotados de coches, cola en la fuente para llenar el bidón de agua una vez que terminan de llenar las garrafas de 5 litros y tan solo queda frente a ti una subida genial para iniciarse en el gravel o en el ciclismo de montaña en general. Los primeros kilómetros con la pista aún asfaltada se hacen duros y la pendiente es exigente, bueno yo voy dándolo todo y no me queda mucho esta semana pero me pasan dos con bicis eléctricas que parecía que bajaban en lugar de subir. Mientras me quede algo de fuerza en las piernas sera sin motor, después ya veremos.
Hacia como 5 años que no subía en bici este puerto, creo que la mía de montaña no ha subido nunca, la verdad es que la pobre ha pisado poco la sierra. Puedo decir que en este recorrido, en este entorno he vivido los años mas felices de mi vida, he conocido y compartido tiempo con amigos increíbles y que con cada metro que asciendo, giro que tomo o vereda que me cruzo un buen recuerdo aviva la sonrisa con la que voy ascendiendo. En el mirador me tomo un descanso, como cuando empece y este era mi objetivo del día. En los tiempos del coronavirus no esta la cosa para subir al mirador que tiene overbookin para sacarse una foto. Una pareja me pregunta como bajar sin ser por la pista desde el puerto de la fuenfría les indico la maravillosa senda del camino viejo, dudan son urbanitas y no quieren perderse por la montaña, bajaran siguiendo la manada.
Voy tranquilo, no tengo prisa ni fuerzas para subir más rápido, mirador de la reina y cada vez se ve menos gente por la montaña, en nada llego al puerto de la fuenfría, apenas hago un par de fotos y lanzo hacia abajo bastante acojonado por que se lo duro que es el camino hasta la fuente pero veo que no solo tengo yo la tarita en la cabeza y tres handbike van bajando muy despacio. Mi gran fallo en la bajada, presión muy alta de los neumáticos y frenos malos y mal ajustados. En la fuente relleno mi bidón de agua y tomo el camino hacia el puente de la cantina por una pista Gravel al 100% que es es sin lugar a duda nuestro paraíso para disfrutar de ellas, montaña, buen firme, sin trafico y un entorno maravilloso. Esta vertiente de la sierra de Madrid es vergel, un regalo a la vida, al alma y si lugar a duda un punto de des conexión maravilloso que hay que regalarse de vez en cuando.
De mi ruta ya tan solo me quedan subir los 6 kilómetros de puerto maravilloso por las siete revueltas en donde de nuevo los dos dígitos serán los protagonistas del desnivel. Pero he de confesar que disfrute la subida, posiblemente porque al 14:30 había menos tráfico, porque bajo la temperatura, porque las nubes me regalaron un momento para mi, para disfrutar de la carretera, que también se disfruta y poder subir lento, muy lento para con las fuerzas justas coronar con media hora de duro trabajo psicológico en mi cabeza para no poner pié en tierra. Foto de rigor con Dora en la cumbre del puerto, tal vez mi locura me lleve a intentar subir a la Bola, no tengo piernas este año pero la montaña me ha contagiado de nuevo, soy positivo a ser libre a disfrutar de su paz, su espacio y de su cobijo.
Abilio Estévez en su libro » Tuyo es el reino» escribió Quiero ser libre, libre, libre incluso para terminar de modo trágico los días de mi vida, podrida como naná, pero libre, sí, libre, y eso sólo se consigue escapando, enfrentando el horizonte en una balsa…
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