(…) Este proceso me hace pensar en un granjero: planta la semilla, riega los campos y fertiliza la tierra. Y no parece que pase nada. Pero el granjero no se rinde. No sale corriendo al campo a cavar buscando verduras… El granjero tiene paciencia y confía en el proceso natural. Tiene fe y comprende que gracias a su esfuerzo diario cosechará. Y un día, casi de repente, ahí está.
Robin Sharma
Lunes. Me he cogido lunes y martes de vacaciones. Hoy me lo tengo que pasar prácticamente en el hospital, toca la recta final con todas las pruebas para terminar la primera fase de mi valoración cardiológica , así que la semana empieza con un Eco-Doppler Color del corazón que no deja de estar dentro de la normalidad y un análisis de sangre. Para unas horas después ponerme un holter de presión arterial, yo si se disfrutar unos días de vacaciones geniales. Una vez que me colocan el holter nada de deporte y la lesión de piramidal sigue dando, nunca mejor dicho, por culo.
Martes. Madrugo para dejar en el hospital el holter de presión arterial y regreso a casa para desayunar tranquilamente e ir al banco para aprovechar el día y pagar impuestos. Me cruzo con un vecino que también es asiduo a al gimnasio, le digo mis intenciones de ir y me dice que mala idea, que vaya en mi horario de noche, que por la mañana los «viejos» como les llama, han formado una especie de clan con sus reglas y por más que intentes hacerles ver que lo que hace no esta bien ellos tiene ganas de discutir y el desiste. Me resulta algo demasiado exagerado y me voy a nadar.
No exagero en absoluto, el gimnasio me recuerda a la película Cocoon cuando los mayores están en plena vitalidad, no hay cursos de natación y todas las calles se reparten entre lentas, nado medio y nada rápido. habitualmente yo nado en las calles de nado lento o medio. En la calle de nado lento prácticamente van andando por la piscina, ahora entiendo lo de ve a la canaleja mejor, ya que es profunda y no hacen pie. En la de nado medio es de media hora los 100 metros imposible y la de nado rápido a pesar que soy mega lento solo hago adelantar a vejetes muy amables, no entienden lo de nado rápido pero me da igual, yo no voy a discutir ya que a los 20 minutos, fieles a su rutina diaria como me imaginaba se van a comer. Me quedo solo en la calle y disfruto de un final de entrenamiento tranquilo, lo que me permite hacer 1.525 metros en una hora y tres minutos, lo que supone mejorar mi ritmo a 3.13 los 100 metros, muy lejos aún de mi objetivo pero ahora lo empiezo a ver alcanzable.
Miércoles. Es el día del trabajo, festivo nacional y decido probar mi piramidal derecho con la bici, no hay impactos y la casas de campo esta al lado de casa con metro si no puedo seguir. Me voy con la gravel para rodar como si fuese la de carretera que es lo que ahora necesito. Al salir con el primer kilómetro desisto de la idea, me molesta demasiado el musculo y el glúteo, Opto por una vuelta tranquila sin forzar por los parques del sur y rodando por los lagos de las presillas. Un anormal en bicicleta casi se lleva por delante una familia entera y apunto esta de tirarme derrapando delante de mi su rueda trasera, no tubo la decencia ni de parar para disculparse, ni miro hacia atrás, son poco pero nos hacen mucho daño al resto.
El día es espectacular, la temperatura, la luz, el aroma y cierta paz que da el éxodo de muchos vecinos que aprovechan dos días seguidos de fiesta pare empalmar unas mini vacaciones. Al final me sale una globería que no me cuenta ni como entreno de 27 km en hora y media, cubro expediente en el plan de entreno pero no estoy para nada orgulloso de la salida, eso sí he disfrutado montando a pesar del dolor.
Jueves. El plan de entrenamiento me indica descanso, pero ya descanse el lunes, así que opto por ir completando resto de entrenos pendientes, por ejemplo los ejercicios de fuerza del gimnasio. Me voy tarde porque me lío y la cago pero bien. La sala de fitness esta hasta los topes y yo soy demasiado torpe para iniciarme en las máquinas con tanta gente, me agobio demasiado. Pero lo intento y ante mi patética forma de hacer el ejercicio deciden ayudarme para que no me rompa más. Hago mi serie de glúteos con pesa y me subo por primer vez en mi vida en una cinta de correr donde salvo que me la pegue y es una opción pasare más desapercibido. Resulta que es fácil de manejar y me siento cómodo, me pongo 5 km y voy subiendo de velocidad hasta que mi cadera se queja mucho, apenas he podido andar 1,2 kilómetros en la cinta. Lo dejo y me voy al vestuario, he traído el equipo completo incluso las zapas para la bici y hacer elíptica, pero la verdad es que quiero evadirme de la gente y el mejor lugar es la piscina, cuando abro la puerta veo que apenas hay y opto por nadar en la calle de nado rápido, si eres algo coherente y calculas ritmos puedes nadar sin molestar, incluso apenas me doy cuenta cuando me adelante una chica que en lo que yo hago 100 metros ellos se marca 175 o 200 una máquina de nadar. Ahora me encuentro cómodo, pronto nos quedaremos solos los dos en la calle, ella aprieta y yo la voy dejando pasar para no estorbarla, voy notando el flow en el agua y me doy cuenta que nado a la par que un nadador con aleteas, miro el reloj y apenas me quedo a 100 metros de estar dentro de los tiempos de corte del triatlón de la CDC de finales de Junio. Es todo un subidón emocional, necesitaba una mejora en algo y la natación es lo que peor tenía. Tengo que mejorar muchísimo en técnica y mi objetivo es a mediados de junio estar en 15 minutos los 750 metros sin paradas, se que es complicado pero es algo que me motiva mucho para seguir nadando, largo tras largo sin música, porque no he cargado el mp3, bueno lo deje encendido, que cabeza. Termino con un ritmo medio de 2.57 100 metros/minutos, bajo por primera vez de los 3 y nado 1.600 metros en 59:30. Eso significa que los 2.000 metros los tengo al alcance y mi objetivo también.
Viernes. Trabajo media jornada, las molestias del glúteo van a menos pero cada vez que fuerzo me duele, no estoy para hacer experimentos y acudir al entrenamiento del club. Me debato en una duda existencial, en una apatía de un quiero y no puedo. Al final descarto el gimnasio, entrenar fuerza porque sé que terminare en el Spa, el sofá me atrapa pero hace tan bueno que quiero salir y opto por la opción menos lesiva que es caminar. La tarde se ha tornado fría, la primavera y el verdor del sur tiene fecha de caducidad y esta próxima, es ahora cuando se disfruta a pesar que todo lo que puede dar alergia o picar prácticamente se mastica. He andado dos horas pero siento que el mejor entrenamiento ha sido mental.
Sábado. Me cuesta la vida salir de la cama y toda mi rutina de los sábados va con retraso, no acudo al entrenamiento del club de natación pero nado por mi cuenta casi dos horas más tarde. Me temo que la piscina estará hasta los topes pero me sorprende y puedo nadar en una calle junto con otro nadador. Este entreno lo hago con música, es mas entretenido pero no acierto con el álbum adecuado, es algo que tengo que mirar. Me doy cuenta que con la música me centro más en el agua, en la respiración, en sentir el agua fluir por mi cuerpo, en los fallos en las brazadas y en como cuando hago la patada correcta mi velocidad aumenta a pesar de seguir siendo muy lenta. Hablo mucho del flow en el agua y creo que es algo necesario para progresar, sentir tu entorno, las corrientes, saber si te estas acercando al nadador que tienes delante solo por la corriente que percibes o si te cruzas con otro por el movimiento del agua, la distancia, las brazadas, soy consciente más que nunca que voy buscando la percepción sistémica de la natación para progresar. Me voy un poco disgustado, me había propuesto un ritmo de 3,5 los 100 metros, al final hago 3,3 los 100 metros pero con la sensación de no haber dado todo lo que tenia que haber dado para haber terminado en unos 3 que seguro que podía, empiezo a exigirme y eso me gusta, ya no me da igual.
Domingo. Con la lección aprendida de ayer, me levanto pronto, con alguna que otra permisividad por mi parte para holgazanear una media hora entre las sabanas, imperdonable. Hoy toca bici 2:30 con series, me peta el ordenador y no me da tiempo registrar el entreno por el móvil para la series, por lo que sera solo dos horas y media de bici si los dolores no me mandan antes para casas. La mañana es fresca, muy fresca, pero ya he aprendido y esta vez los manguitos junto con el chaleco salvan la situación para no tener que subir a cambiarme el «modelito». Este vez si bajo hasta la CDC con la gravel, se que no voy a hacer grandes tiempos, que es rodar con cierta intensidad sin forzar. Supero una fase de dolor y comienzo a encontrarme mejor, ruedo feliz, voy disfrutando. En la CDC se disputa el triatlón popular de Madrid y me quedo para ver la salida de la copa del mundo femenina, van a nadar la distancia que tengo yo que nadar en algo menos de dos meses. La salida es espectacular, la música, el silencio antes de la salida, la tensión y el estallido del público según las nadadoras se sumergen en el agua, ha sido espectacular. Me quedo hasta que llegan a la primera boya, me ha parecido eterno y son profesionales, creo que me queda mucho que sudar en la piscina para nadar este lago sin que me descalifiquen por no pasar el corte.
Disfruto de una Casa de Campo más tranquila de lo normal, de un Madrid abandonado por destinos de disfrute, alterno ir tranquilo con forzar un poco, para completar el tiempo tengo que hacer un bucle por mi zona de entreno, me encantan las presillas. Si no tengo molestias durante la tarde, puedo volver a rodar en bici y esta vez metiéndome caña, eso si el lunes el cardiologo no dice lo contrario, Crecemos los dedos.
Mi amigo José me dice que me van a salir branquias de tanto agua, el no entiende que la natación es algo más que esfuerzo físico, Alexander Popov dijo El agua es tu amiga… no tienes que luchar contra ella, simplemente comparte su espíritu y te ayudará a moverte. Llegar a esa relación requiere un cortejo largo y horas sumergida en ella.