Todos los dolores pueden ser sufragados si los ponemos en una historia o contamos una historia sobre ellos.
Karen Blixen
Lunes. El dolor de glúteo va a menos, o eso quiero pensar, esto es muy lento. Quiero correr como indica el plan de entrenamiento pero se que no puedo. Paciencia y descanso, estiramientos y masaje con la pelota de tenis en el glúteo, que por fin me hago con la postura y hoy si noto que hago algo. Dejo los links del vídeo tanto del ejercicio de estiramiento como del masaje con la pelona de tenis por si andas buscando información y has caído en este diario.
El deporte es adictivo y empiezo a sufrir el mono de endorfinas.
Martes. Toca natación y dado que parece ser que de los tres deportes es él único que puedo practicar por mi lesión, una de las grandes ventajas del triatlón, quiero poner todo mi esfuerzo y atención en nadar. En intentar alcanzar esos 750 metros en 18 minutos para la segunda semana de junio. La piscina esta hasta repleta de gente, es mejor venir más tarde y disfrutar de calles solitarias. como siempre me meto en la calle de nado lento, pero el concepto de nado y lento habría que valorarlo ya que hay gente literalmente dando pequeños saltos y moviendo los brazos por la calle. En la de nado medio creo que me puedo acoplar, pero pronto me doy cuenta que soy como Nemo y su aleta atrofiada, intento cuadrar los ritmos para que me alcancen al llegar a los giros y en un rato lo consigo, pero cuando ya somos cuatro en la calle la cosa se complica en demasía, ademas estoy cansado y cada vez voy más lento. Cuando apenas me quedan 10 minutos de natación el cuarto en entrar choca frontalmente conmigo sin consecuencias para ambos, y en ese mismo largo la nadadora literalmente embarranca en mi culo y piernas, es lo que tiene ir nadando a espaldas y rápido cuanto tu única preocupación es ver la banderas y saber que estas llegando al borde.
Al final terminan los cursos y quedan abiertas todas las calles para diversos niveles y una de nado lento solo para mi, termino mis mil metros propuestos y como mi vejiga no aguanta para mucho más me voy a los servicios de la zona termal donde el cuerpo y el alma encuentran el reposo y la calma, ya te digo. Como ya estoy allí y mojado me meto en el baño romano y después una sauna de vapor para terminar con en la pileta de agua fría y relajar las piernas. Total no tenia los 40 minutos necesarios para la sesión de gimnasia programada y la zona termal es un gran entrenamiento para la mente.
Miercoles. En 24 horas nada de ejercicio, toca ponerme un Holter de frecuencia cardíaca, vida normal y ejercicio sin sudar, por lo que opto por darle un rato al rodillo de masaje o Roller foam, estiramientos e intentar acelerar la recuperación del piramidal, pero cada vez creo que tengo algo de trocánter y opto por pedir cita con el traumatólogo.
P.D: El viernes los resultados del Holter fueron buenos y el corazón esta genial.
Jueves. Por suerte me puedo quitar el Hoter a primera hora de la mañana antes de ducharme, lo dejo en el Hospital y al trabajo. Por la tarde me toca natación y dada la cantidad de gente en los cantos me voy a la Canaleja y mi suerte no mejora mucho. Nado mejor pero la piscina me gusta menos, demasiadas clases, mucho ajetreo y hasta que van terminando y me ponen la calle de nado lento en un lateral y puedo nadar tranquilo voy pillando el ritmo. Una vez nado solo en la calle y me relajo me doy cuenta que voy entablando una buena relación con el agua, voy sintiendo el flow en las brazadas y me gusta, me da paz, la respiración la llevo mejor y parece ser que las piernas ya van bien no me hundo, una lesión no es buena, no se evaluar lo que me supondrá perder en carrera y bicicleta pero me esta dando vida en el agua.
Viernes. Una semana más la báscula del Inacua esta rota y no puedo hacer la valoración para que me den los ejercicios de su app e implementar los entrenamientos de carrera, bici y natación con los del gimnasio. Parece ser que el entrenamiento de esta semana es la paciencia en series de repetición infinita. Como ya estoy en el gimnasio y tenia ejercicios que hacer del entreno del club, me pongo con una máquina que me encanta y creo que me va a portar muchos beneficios a mis piernas. Para terminar me bajo al SPA y a la zona termal, por lo menos sudare en la sauna.
Sábado. Los sábados son natación, día de entrenamiento en el club y donde me dan las pautas para el resto de la semana. Hoy ha tocado volumen, es hora de dejar atrás los 50 metros e ir a por los 100 metros en series, no se progresa con pasos tan cortos. La serie la empezamos con descansos muy cortos de 50 y 75 metros, cuando me dispongo a realizar el de 100 me dice el entrenador, sorpresa ahora de 150 metros. Creo que tenemos el concepto diferente de sorpresa. Veo que me voy acercando a los tiempos y distancias que necesito para la natación del triatlón de junio y eso me mantiene muy motivado a pesar del dolor de caminar para ir a nadar, odio las lesiones.
Domingo. Soy optimista con mi lesión y aspiro a poder dar alguna carrerita a finales de la próxima semana. como no quiero perder una opción de entrenamiento que si puedo hacer opto por otra sesión de natación. Vuelvo a a portar por la Canaleja y esta vez me encuentro una piscina abarrotada de gente, de curso y de demasiado estrés. Somos cuatro nadando en una calle de nado medio, dos estamos a crol, una a espaldas y otro a mariposa. a pesar de esta mezcla nos apañamos y no nos estorbamos en absoluto solo que me obligan a descansar menos e ir un poco más rápido, y quieras que no lo agradezco.
Siento el cansancio del entreno del sábado pero lo asimilo y veo como paso a paso voy acercándome a mi meta de tiempo y distancia. Ya sabéis insistir, persistir y nunca desistir. Para animarme miro hacia atrás, a mis comienzos de antes de ayer y veo la gran diferencia lograda en apenas dos meses de natación, se que algún día me reiré de estos números hoy estoy orgulloso de ver como progreso, muy despacio, pero es que no había nada de base.
Esta semana para mi ha sido muy dura, no poder correr, no poder montar en bici e incluso andar ha sido doloroso. Me aferro a frases como la de Ben Carson que escribió en Manos prodigiosas, Pensar en grande y utilizar nuestros talentos no significa que no tendremos dificultades a lo largo del camino. Las tendremos; todos las tenemos. La manera en que encaramos esos problemas determina cómo terminaremos. Si elegimos ver los obstáculos en nuestro camino como barreras, dejaremos de intentar. «No puedo triunfar», nos quejamos. «Ellos no nos permitirán ganar». Sin embargo, si elegimos ver los obstáculos como desafíos, podemos saltar por encima de ellos. Las personas exitosas no tienen menos problemas. Se han propuesto que nada les impedirá seguir adelante. Sea cual fuere la dirección que elijamos, si podemos percibir que cada valla que saltamos nos fortalece y nos prepara para la próxima, ya estamos en camino al éxito.