Sólo con la moderación se puede estar preparado para afrontar los acontecimientos. Estar preparado para afrontar los acontecimientos es poseer una acrecentada reserva de virtud. Con una acrecentada reserva de virtud, nada hay que no se pueda superar; cuando todo se puede superar, nadie hay que conozca los límites de su fuerza.
Matilde Asensi
Me gusta abrir la venta según me levanto y sentir el aliento de una nueva mañana frío en mi rostro. Las calles están mojadas, la niebla se levanta cansina lentamente, ascendiendo, disipándose dejando entrever que la mañana será despejada.
Otro sábado más la eterna disputa en mi cabeza y dos track cargados en el GPS uno para la flaca y otro para la gorda. Me decanta de nuevo por la gorda, necesito hacer muchos kilómetros con ella y la vuelta al anillo verde de Madrid es una buena opción para ir haciendo culo.
De nuevo no voy fino, me cuesta mucho empezar y que te pasen con un rodar exultante dos ciclistas finos no ayuda. Hago el sendero de la vía del tren y mis pulsaciones se disparan, calma solo es el comienzo. Desde mi atalaya sureña veo Madrid frente a mí, hay que darle la vuelta a la capital del reino. Me gustan los carriles bici, pero me pierde un sendero y como he optado por dar la vuelta al anillo en el sentido que Suguss llama para tontos (en el sentido de las agujas del reloj) pues primero quiero disfrutar y me dedico a ir enlazando sendas y caminos hasta dar con el track que de nuevo me sitúa en el carril bici para subir el pestos puente de la hípica, esta vez en el sentido bueno y además con el premio de disfrutar de una amazona preciosa de mallas ajustadas, botas altas y fusta en ristre en busca de su montura. Camino del pardo hay un tránsito inusitado de ciclistas, muchos niños con sus padres y los últimos propósitos de año nuevo que quedan antes que el invierno si llega termine con ellos.
Subiendo hacia las tablas mi cuerpo ciclista despierta, mis piernas tiran y comienzo a adelantar subiendo a todos los que me han pasado en el comienzo de la cuesta hasta que mis pulsaciones se disparan, que buena excusa es esto de estar haciendo base. En las tablas me paro ante un semáforo en rojo, junto a mis 3 muchachos de unos 16 años y un padre con su niña dormida en la silla de la bici esperamos que un semáforo se ponga en verde en una calle sin tráfico, sin coches y de sentido único. Me siento orgulloso del civismo que estamos demostrando a la par que ridículo, pero bueno son las normas, hasta que un ciclista de unos 50 años, con barba y auriculares se lo salta, tirando por tierra nuestra conciencia cívica ciclista.
En lo que puedo voy buscando los senderos que van paralelos al carril bici, la verdad es que son divertidos pero cada vez me voy encontrando más paseadores de perros y runners que para mí tienen preferencia en estas sendas y regreso al carril. En la zona de las Tablas y antes de llegar al edifico del BBVA hay unas cuestas chulas y como un día es un día me subo para ver que se ve desde arriba, no mola, pero los metros de ascensión están la hucha.
La mañana a eclosionado y me voy cruzando con infinidad de futuras señoras de alakan, la mayoría corriendo, está claro que por eso sigo soltero, me equivoque de deporte y el precio es ser un single. En lo que doy vueltas a esta idea en mi cabeza me pasa una biker, bici de 29 muy bien montada, ella bien equipada y con un ritmo muy bueno que soy capaz de seguir y superar si quisiera pero la verdad voy tan cómodo que no lo necesito. No es guapa pero destila todo lo que busco en una mujer o apunta hacia ello, será que mi ninfa no es como me la imagino. Seguramente no me gusta de ella el envoltorio, lo de fuera pero al final como en todo hay que valorar el contenido y en estas reflexiones llego al parque lineal en donde ya paso calor y me quito la chaqueta. 17 grados un 23 de Enero, el niño está haciendo de las suyas, lo peor es que me estoy temiendo ya un Soplao infernal.
Termino el entreno largo de la semana con 75 km en las piernas y algo más de 4 horas, soy lento pero feliz o como diría Antón Pávlovich Chéjov La felicidad no existe. Lo único que existe es el deseo de ser feliz. Y mira por donde hoy deseo concedido.