El deseo de ser más de lo que soy ha sido poderoso y permanente en mi vida. Es una resistencia a permanecer en un estado. Es un querer hacer más, aprender más, expresar más, crecer, progresar, lograr, expandirme.
Hugh Prather
Vamos con más crónicas atrasadas, esta trilogía corresponde a una escapada de tres días por tierras de Ávila.
Una vez leí una frase genial “ ojala hubiese más madrileños por el mundo” cuando ante ti se presenta un monumental atasco para ir a tu lugar de descanso o disfrute, en Madrid somos muchos y parece ser que nos gusta salir a la mima hora para ir a los mismos sitos. Lo bueno de la bici de carretera es que te permite conocer esos pequeños y olvidados trozos de asfalto que suben un puertecillo y dan algo más de vuelta pero para estar parados es mejor ir en marcha, lo que nos permite llegar a nuestro destino sin esperar apenas atasco.
Nos alojamos en el camping Prados Abiertos de Mombeltrán, según llegamos montamos las tiendas, bajamos las bicis, nos cambiamos y con la sonrisa de vamos a petar subiendo puertacos Jaime me anima para que me de prisa. Con apenas un par de barritas, unos geles y agua nos penemos en marcha para dar nuestras primeras pedaladas por una zona que en bici de MTB a mi me dejó enamorado y ahora con la flaca promete no defraudar en absoluto. Con los primeros kilómetros Jaime comienza a ponerme un ritmo guerrero pero yo se no que van a ser cuatro cuestas y me voy conteniendo. Hasta Arenas se va bien pero una vez que pasamos el pueblo y la naturaleza nos pide que la prestemos toda su atención el Embalse de Riocuevas ya te va dejando embobado con la sierra de Gredos de fondo. Jaime con las primeras rampas ha tirado para ir a pillar tiempo para su palmares en strava, yo no lo necesito se que voy a estar en el top 10, entre el último y el penúltimo, así que disfruto más del entorno, tanto que me paso del desvío ya que no tengo el track cargado y disfruto de una carretera preciosa, pero desgraciadamente que no es, cuando llamo a Jaime, el ya ha llegado casi a la primera subida del día El refugio del campamento de Luis Manuel Lopez, me doy la vuelta y me lo encuentro según salgo del pueblo, se le ve feliz cuando las piernas están calientes por el esfuerzo, sonriendo me dice que si quiero subir, pero como hay que subir y bajar por el mismo sitio le digo que si eso otro día. Jaime se ríe sabe que con lo que me queda tengo más que de sobra.
Continuamos ruta rumbo al pueblo del Hornillo por una carretera alucinante, de esas de andar por casa donde se respira naturaleza y paz, tras el Hornillo llegamos al Arenal y Jaime siente la llamada del strava por lo que Tira como alma que lleva el diablo por un pueblo de infernal pavés. La carretera ya no disimula que es la subida de un puerto y va comenzando a castigar las piernas, cae un gel para animar las piernas y una barrita, el paisaje es espectacular, el silencio increíble y ni un solo coche. Hay un momento en la subida que voy fatal, veo que no pillo cadencia y cada pedalada me cuesta un mundo, hace calor siento que la petación puede estar cerca, cuando veo que Jaime baja a buscarme, el ya a coronado, Sonriente me dice que menudo puertazo, no le respondo no tengo aire. En cuanto me repongo un poco le digo que estoy muerto y el me confiensa que ese tramo largo de 8 % con un punto, donde me sentía morir, es del 11 %. Pero que lo tengo ya y me indica donde esta el final del puerto, mi primer puerto de estos días la Centenera. En la cima cambia el paisaje, damos a la zona del gran incendio de hace años y el corazón te da un vuelco. La zona de cómo esta ahora es impresionante pero arbolada tendría que ser un regalo divino. En la bajada del puerto hacia Mombeltrán Jaime comienza a decirme de hacer una subidita al puerto del pico, que no voy mal y que ya me he comido un puerto, en el cruce me animo y nos tiramos para arriba, el a su ritmo imposible y yo tirando de mi último gel y gotas de agua. El puerto del pico no se hace tan duro y lo subo bien, sin sufrir tanto como pensaba, seguramente porque en la cima se que hay una fuente a la que voy directo. Nos hacemos una fotos en la cima y nos quedamos un buen rato disfrutando del paisaje.
Del puerto del pico hasta el camping es un dejarse caer, la tarde se va comiendo al día, nos queda ducharnos y meternos una buena ración de pasta, mañana nos toca subir dos puertos de los caros, de los malotes de la zona y dan viento.
Cuando me compre la bici de carretera no podía imaginar que podía hacer rutas como la de hoy, me he sentido en muchos momentos como si en lugar de subir con mi choni subiese con la gorda por una pista de alta montaña, una sensación de soledad y libertad tremendas. Orson Scott Card dijo: A veces tenía la sensación de haberse pasado la mayor parte de la vida viajando sin llegar nunca a un sitio que importara. Pero bueno, aquella podía ser una descripción tan buena de la vida como cualquier otra. El único destino real era la muerte, y nuestra vida consistía en encontrar el camino más cómodo y agradable para llegar a ella. Por desgracia practicar nuestro deporte en este país es arriesgado, pero sentir la vida en cada poro de tu piel como lo he sentido en esta jornada merece la pena el riesgo, para mi la vida son los kilómetros que voy dejando marcados con mis neumáticos y los siento.
Track de la ruta ( en cuanto me lo pase Jaime que el mío esta cortado por mi mala cabeza)
Hey Alakan, muy preciso resumen de «sentir la vida en cada poro de tu piel». La zona es magnífica. Si puedes, te recomiendo explorar la zona del puerto de Chia, Peñanegra, e incluso puerto de Honduras… Sigue disfrutando con la flaca…
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Muchas gracias por el comentario me lo apunto las recomendaciones.
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