“La dicha de vivir proviene de nuestros encuentros con experiencias nuevas y de ahí que no haya mayor dicha que vivir con unos horizontes que cambian sin cesar, con un sol que es nuevo y distinto cada día.”
Alex McCandless (fragmento carta a Ron)
Me gusta ver amanecer y atardecer un mismo día, siempre algo nace con eso primeros rayos de sol tímidos que asoman por el horizonte sin llegar a iluminar plenamente, sin llegar a calentar. Se parecen en algo a nuestros despertares, no llegamos a pensar lo que el día nos puede deparar, no lo llegamos nunca a disfrutar.
Nos ha tocado dormir en colchonetas en el comedor y ha sido la noche que mejor he dormido para desesperación de Noe y JJ que dicen que les he dado un solo de ronquidos, y tan solo he interpretado los mejores temas que he escuchado las noches anteriores, eso si que eran conciertos.
Hace calor, tan solo son las 8:30 de la mañana y estamos a 2.395 metros de altura. Dejamos el refugio de colomina rodeando su estanque y dándonos cuenta de lugar tan maravilloso en donde hemos pasado la noche, el agotamiento del día anterior no nos dio para poder disfrutarlo.
Bordeamos el Estany de Mar y gracias a unas escaleras de piedra, madre mía que trepada llegamos al Estany de De Saburó que nos da acceso al paso del mismo nombre y coronamos el collado de 2.667 metros, ya hemos calentado.
Con este paso nos vamos acercando a la civilización, en el Estany del Cap de Port nos encontramos con varios grupos de scouts que arrastran sus penas juveniles por la montaña, no he visto en mi vida un grupo de chavales con menos ganas de estar en la montaña que estos, una lastima que no sepan apreciar el lugar tan maravilloso en el que están.
A la altura del Estany de la llastra nos encontramos con nuestros compañeros de refugio de la primara noche, los navarros. Es increíble la alegría que da ver a unas personas que tan solo conoces de un par de horas, será que en la montaña como en gran hermano todo se vive con más intensidad. Nos hacemos una fotos y JJ se deshace de un puñado de barritas ya que esta deseoso de quitarse todo el peso quepueda, parece ser que se les ha despertado un hambre voraz y las femeninas se pasan el día comiendo. Nos toca volver a bajar a un refugio el de J.M. Blanc y volver a subir con la cartilla sellada para que nos den la camiseta. Noe esta muy cansada, así que la dejamos a cargo de las mochilas. Esta vez nos toca a JJ y a mi ir a sellar, nos habían avisado los navarros que las vistas desde de arriba del refugio eran inolvidables textualmente “… es como un pequeño jardín zen pero con lagos” y la verdad la imagen cuando lo ves es impactante. Para bajar al refugio hay un paso un tanto complicado en el que hay que trepar, veo que JJ lo puede pasar mal y le digo que su vuelva con Noe que ya voy solo. Bajo a muy buen ritmo y en nada consigo los sellos y retorno, me encuentro físicamente genial sin la mochila a la espalda. La zona en donde esta enclavado el refugio es una maravilla, creo sin temor equivocarme el refugio mejor situado de la carros de foc que dejará un recuerdo inolvidable en la memoria de todos los que la recorran y además tengan la suerte de elegirlo como lugar de descanso.
Cuando estoy terminando de subir hasta el punto de encuentro con mis compañeros me topo con Noe que quiere ver el paisaje maravilloso que le ha comentado JJ, me tomo un respiro y nos maravillamos con las vistas.
Ya tan solo nos queda subir un collado el de Monastero a 2.715 metros para disfrutar de una larga bajada hasta nuestro final de ruta. Las nubes se compactan y la montaña ruge, una tormenta descarga al otro lado del valle y algo de lluvia nos cae, nos ponemos los chubasqueros y continuamos ascendiendo coronando sin mojarnos.
La bajada del Monastero es de piedra molida, muy suelta que resbala y tienes que bajar con muchísima precaución, al principio Noe y JJ lo pasan fatal pero una vez que le pillan el truquillo a bajar deslizando se les ve sueltos y disfrutando. Veo que la tormenta se nos viene encima y decido preparar un vivac con la manta térmica entre dos grandes rocas sin corriente de aire, cae granizo y la manta nos protege. El granizo deja paso a la lluvia y continuamos nuestro camino con los chubasqueros puestos.
Vamos dejando la montaña y nos adentramos en el valle, el verde predomina, los arroyos y los pequeños estanques de agua cristalina crean auténticas postales, estamos muy cerca del albergue Ernest Mallafré y vemos con tristeza que nuestro viaje toca a su fin, estamos contentos por la aventura vivida, hemos superado nuestros miedos y temores siendo conscientes que nos hemos aventurado sin calibrar verdaderamente la ruta, pero que creo hemos solventado con mucha soltura y queestamos preparados para rutas de alta montaña.
Llegamos al refugio completando nuestro pasaporte de sellos, la camiseta es nuestra y una gran aventura finalizada con existo, nos hacemos la foto de fin de ruta y subimos unos metros hasta el lago Sant Maurici en donde llamamos a un taxi para que nos baje a Espot.
JJ partirá hacia Madrid, Noe y yo nos quedamos a pasar la noche en el camping de Espot para decidir que hacer el resto de semana que nos queda.
Solo decir que por mi parte ha sido lo peor que podía hacer, esta ruta. Ahora estoy tremendamente enamorado de los pirineos, de estas montañas y se me va a pasar factura en los próximos meses a modo de depresión anhelando volver cuanto antes, o para fraseando a Ismael Serrano Se cayeron mis alas y yo no me rendí, así que ven aquí, brindemos que hoy es siempre todavía, que nunca me gustaron las despedidas.
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