Voy a componer un ballet para tus glóbulos, los rojos y los blancos. Cuando caiga el telón te tomaré el pulso y veré si el esfuerzo ha merecido la pena.
Günter Grass
El viento ha azotado durante toda la noche la tienda, suena el despertador y al sacar el brazo del saco noto que no solo la noche nos ha traído aire, el ambiente es gélido. Mientras intento tener los ojos abiertos me doy cuenta que el pico Urbión tiene voluntad propia, solo lograremos subir cuando y como el quiera.
Salgo de la tienda con el temor de encontrarme un día cerrado y ventoso propio de un otoño traicionero, pero no, el cielo esta despejado, la luna me sonría y me guiña una estrella, porque no lo intentas.
Poco a poco el resto de mis compañeros salen de las tiendas y comenzamos a recoger el campamento, a las 8:00 de la mañana tenemos todo metido en los coches e iniciamos una peregrinación hasta Vinuesa en busca de un bar para desayunar algo calentito y jugoso que nos de fuerzas. Pero la búsqueda en Vinuesa es infructuosa por lo que lo intentamos en Molinos de Duero y tampoco hay suerte, será que la gente de los pueblos madruga menos de lo que dicen. No nos queda mas remedio que comenzar la ruta sin desayunar salvo un par de barritas para tener algo de fuerzas. Al bajar las bicis de los coches JJ y Cmena han pinchado por lo que tienen que reparar. Una vez solventados todos los problemas comenzamos la ruta.
Hace frío y para combatirlo nada mejor que una buena subida que nos viene servida desde el comienzo del pueblo, la pista asciende con una inclinación que se deja rodar, pero sin sufrir en exceso, el paisaje que se dibuja a nuestra espalda es increíble aprovechando cada giro de la pista para disfrutarlo. Con la primera fuente que encontramos en el camino paramos para hacer nuestro avituallamiento y asaltar la bolsa de frutos secos con gominolas de Mass, esto si que es el desayuno de los campeones. Pronto cambiamos la tranquila pista por otra más concurrida por cazadores que arrastran remolques con perros, todoterrenos con remolques cargados con leña, forestales que derrapan al vernos ya que bajan en plan rally y algún hijo de padre desconocido y madre meretriz que se irrita a primera hora porque unos idiotas con bicicletas y en mallas no le permiten subir sin perder un segundo de su puente para visitar la laguna helada desde su todo terreno, ya lo he dicho muchas veces, personalmente creo que las cumbres y las joyas que la naturaleza nos tiene escondidas en las alturas protegidas por terrenos abruptos tenemos que ganárnoslas con nuestro esfuerzo, solo así las valoraremos y pondremos todonuestro empeño y cuidado en mantenerlas tal y como nos las encontramos. Pero si por un lado la administración se empeña en hacer las sendas cada vez más grandes y la tecnología en los coches que sean capaces de subir a tan solo 800 metros de la cima del pico Urbión flaco favor le hacemos a las generaciones venideras que se están perdiendo una parte fundamental en su educación, el esfuerzo por conseguir algo y la grandeza del disfrute cuando lo has conseguido.
Cmena no tiene la suerte de subir en un lujoso todo terreno y tampoco tiene el suficiente abrigo como para mantenerse en la bicicleta disfrutando sin sufrir por el intenso frío que sufrimos, por lo que decide darse la vuelta y volverse ya para su hogar. El resto continuamos padeciendo elfuerte viento que a medida que ganamos altura y los pinos la van perdiendo nosotros comenzamos a sentirla ya no solo en el cuerpo que nos deja helados sino en las piernas ya que las rachas de viento nos dan de cara acentuando el esfuerzo por vencer la pendiente de la pista.
Cuando estamos a unos 3 kilómetros del pico Urbión, Pantani ve inútil seguir luchando contra el viento y contra el frío por lo que decide retirarse en el mismo lugar que dos años antes una granizada casi nos provoca una hipotermia. JJ decide retirarse junto con Pantani mientras Mass me dice que si yo continuo el también lo hace. La niebla comienza a cerrarse y tapa por completo la cima asi como el camino,
el viento ahora es más fuerte y nos impide ir montados ya que el terreno también es más técnico. Tras unos metros empujando la bici, el terreno se deja rodar algo más y comenzamos a pedalear, vamos muy despacio para la poca inclinación que tiene la subida pero el viento nos esta castigando a base bien, paro para hacer una foto a Mass, cuando esta a mi altura me dice “… pero que huevos tienes” llegamos a la altura del desvío de la laguna helada, unos senderistas salen de la nada y me preguntan por el camino hacia el Urbión, les indico y Mass me dice que ha pinchado, una nube nos envuelve y nos empapa, tengo un frío increíble, me pongo toda la ropa que tengo y continuo tiritando, reparamos y decidimos darnos la vuelta a falta de 1.500 metros para la cumbre. Mientras bajamos las manos se nos quedan congeladas del frío ya que los guantes estan calados.Cuando alcanzamos el cruce donde habíamos dejado a Pantani y a JJ me encuentro al todoterreno que había subido a la cumbre del Urbión entre la niebla en la mitad del camino con las puertas abiertas y un culo haciendo aguas menores, que al vernos se lo enfunda en sus bragas, cierra la puerta y continua su camino, esto ya no tiene nombre. Completamos la bajada hasta el pueblo y esta vez si encontramos un bar en donde tomarnos un Cola-Cao calentito para entrar en calor. Pantani y JJ se han bajado desde el desvío hasta la laguna Helada y de hay a la laguna negra en la que sufrieron un pateo horroroso por una senda preciosa que es todo un balcón privilegiado hacia la laguna Negra.
Una vez juntos y tras comer en el bar, donde la señora que nos los preparo se encargar de decir uno a uno al resto de clientes que se ha quedado sin pan y que si lo sabe no nos los prepara, de verdad que lastima me da ver unos negocios que cierren por la crisis y otros que puedan seguir abiertos con un trato tan exquisito. Nos damos una duchita en el camping y terminamos nuestra aventura visitando la Laguna Negra. Esta laguna es un lugar mágico, espectacular pero lleno de frikis y como ejemplo diré que en la mitad de la pasarela de madera nos encontramos con un hombre de mediana edad con un cuenco de bronce en la cabeza, los ojos cerrados y una mujer moviendo su contenido, cada vez que vengo me encuentro algo que me sorprende aún más.
El otoño esta tiñendo nuestros campos de ocres, de fuego y oro, de colores vivos para decir adiós al calor y mentalizarnos que el frío formara parte de nuestras vidas durante los próximos meses, pero estos dos días de convivencia entre amigos nos han cargado las pilas para superar el invierno y volver a retomar nuestras escapadas en primavera. Esta vez no hemos podido coronar el Urbión ni recorrer las sendas que quería descubrir, pero no es un fracaso, es una invitación para volver e intentarlo el próximo año.
Nota: Esta crónica no es una crítica a los todoterreno, es una crítica a todas esa personas que practicando una afición se comportan de forma incívica con el resto de personas que compartiendo el mismo espacio piensan que tienen mas derechos.
¡Vaya Javi! coincidimos por la zona. Los bares todos cerarrados, solo los abren para dar coñac a los cazadores. 🙂
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jejeje, es que Ignacio sabemos donde perdernos.
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La nota aclaratoria es para el Jordan, jajajaja.
Me voy a inspirar en esa parte del esfuerzo para una entrada mía (con tu permiso).
Escuece quedarse tan cerca de la cima y decidir volver sin coronar. Pero hiciste bien y lo sabes.
Suerte en la siguiente tentativa.
(¿Plantasteis las tiendas por ahí, o en un camping?)
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Yoku no tienes que pedir permiso, las ideas son libres como los pajaritos están para disfrutarlas y usarlas.
Acampamos en un Camping, mas que nada por no controlar la zona, ir solo un día y que sin ser barato te tratan bien, es decir te dejan irte a las 16:00 del día siguiente despues de hacer la ruta y poder ducharte para una vez limpito y agusto meterte las dos horas y media de coche hasta Madrid.
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