Es día de reyes, de ilusión y de carreras en las casas por ver los regalos, como he sido malo este año ni el gordo obeso ni el trío camellero han pasado por mi puerta, así que mejor me regalo una ruta me quedo tan contento.

La ruta propuesta sale de la estación del escorial a las 9:30 se que solo vendrá pantani así, que bajo la bici del coche y le monto las pastilla de freno delanteras que me comí el sábado por Valsaín. Puntual el tren entra en la estación y pantani baja emocionado por que los reyes se habían dejado dos pajes hembra rubias con una mini, mini, pero que mini faldas en el tren, como se dirá paje en femenino, bueno me ahorro el chiste malo.

Yo estoy cansado y pantani me pregunta que son las piernas, por lo que esta vez no iremos a la ermita de navahonda por lo que decidimos improvisar una rutilla.

Subimos hacia el monasterio y podemos oír un replicar de campanas precios, bonito politono tiene el Felipe II, aquí me entra el típico ataque de locura que solo otro tarao puede entender y le digo a pantani que podíamos subir a malagón e intentar un sendero que nos dejaría en el bar de la cruz verde, y como “el siempre dice si” ponemos rumbo a las zetas por la carretera hasta la puerta verde que nos da acceso a la pista que nos llevara a las Z. Aquí ya se nos va pelín la pinza y en lugar de subir por donde siempre tiramos por el camino de en medio  que bueno fue pendiente pero llevadero pero amigo al llegar a un rampón que acorta pantano que quería subirlo y todo para arriba hasta que no pude mas y a mitad de la subida me toco empujar. Subimos las zetas y en la primera me quedo totalmente atascado y casi salgo por delante, estoy muerto y solo hemos empezado. El resto de las zetas las subimos de cháchara y pantani pincha la rueda delantera por lo que reparamos con un parche y seguimos hasta coronar Malagón. El día es de un azul intenso, a lo lejos vemos mar de nubes por Madrid y un ligero viento nos recuerdo que estamos en Enero y hace frío.

Subimos por la pista  rumbo a Robledondo y al llegar a la zona más alta y umbría nos encontramos con mucho hielo y nieve, por el hielo imposible es un espejo, con solo mirarlo estas en el suelo así que por la nieve, pero rodar por ella era peor que subir un puerto, no estaba  compactada y tenia gran cantidad por lo que nos hundíamos y cada pedalada era un suplicio. Pantani ve al otro lado de la pista un sendero limpio así que cruzamos y podemos disfrutar de un sendero divertido, poco definido pero interesante en el sentido opuesto al que vamos.

Por fin salimos de la umbría nos toca bajar, por la pista, cortándola con pequeñas trialeritas que salen hacia la izquierda. La pista nos deja en la carretera que baja hacia el bar de la cruz verde, pero nosotros nos tiramos por una trialera que esta a la izquierda de esta, seguimos la trazada de una moto y la cosa se complica, hay mucha piedra suelta y la que esta fija resbala por lo que vamos con cuidado, el tramo complicado es muy poco y la cosa mejora hasta terminar siendo un sendero precios que a media ladera nos dejara en el bar sin tocar un cm. de carretera, genial.

En el bar vemos que vamos pillados de tiempo así que no podemos bajar hacia zarzalejo por la trialera, así que pillamos la carretera y rumbo al escorial para entrar por el desvió del castañar dirección a la Silla de Felipe II, una vez tomado el desvió decidimos entrar en un sendero que baja a la izquierda y que es una pasada, muy largo, muy revirado y de un disfrute absoluto. Nos lo hemos pasado también que en la zona baja el sendero tira por un lado hacia arriba y por el otro hacia la ermita en bajada, así que como somos dos taraos muy taraos pues sendero para arriba, por lo que nos toca subidón del bueno con pasos técnicos y muchas raíces mojadas y rocas que nos obligan a poner pie a tierra.

Este sendero de subida es una pasada que pienso repetir bastantes veces y seco es 100% ciclable. El final de esta delicia esta en la pista del castañar pero tras pasar el área de la fuente vemos otro sendero por lo que nos tiramos hacia abajo y que pasada de bajada, sencilla menos en un par de tramos y muy divertida que esta vez si nos deja en la ermita de la explanada de la silla.

Ya es tarde por lo que ponemos rumbo al escorial por el camino de siempre, mas trialerita de bajada, callejeo un poquito y la estación me despido de pantani dejando pendiente la navahonda, ahora ya solo queda disfrutar del roscón que nos lo hemos ganado.

La anécdota: Cuando me estoy cambiando, el coche que esta frente a mi aparcado en la estación se le encienden los intermitentes y veo a un niño de unos 11 o 12 años totalmente trajeado muy tieso con un portafolios bajo el brazo y la familia siguiéndolo detrás, abre la puerta del coche y se monta en el asiento del acompañante. Pienso que mala leche los reyes regalarle al pobre crío un disfraz de telepredicador y quien bien lo caracteriza el jodio.

TRACK DE LA RUTA