Entre la escritura viajera y la ficción hay la misma diferencia que entre registrar lo que el ojo ve y descubrir lo que la imaginación sabe.
«El gran bazar del ferrocarril» (1975), Paul Theroux
Sol y calor, es lo que venia a mi mente cuando Jorge me propuso la ruta por las vías verdes de Andalucía. Nuestro proyecto de 12 meses 12 viajes tiene que empezar en enero y por mucho sur de España que visitemos, si lo hacemos en enero en plena ola de frio pues no dejas de tontear con los ceros grados a primeras hora del día y más si tocas el centro de la provincia y no el pleno sur costero.
Por suerte los dos tenemos ganada la medalla bajo cero y gélido de Garmin. No es nuestra primera experiencia en rutas heladas.
Llegamos el viernes a las proximidades de Córdoba, para hospedarnos en el hotel la lancha. No sin antes parar en la carolina a cenar en una terraza completamente helada, nos comenzamos a aclimatar con el ambiente, no solo ambiental, también social. Madrugamos , es sábado y nos quedan muchas cosas por hacer. La primera llegar a la estación de Cordoba para aparcar la furgoneta, cargar las bicis con las alforjas o las bolsas en mi caso y lo mas importante desayunar.
Me gustan los trenes de media distancia, lastima que al alta velocidad los este condenando a muerte. Viajar en tren tiene el encanto de la letanía de paso del tiempo marcada por la frecuencia de las traviesas, se respira en el ambiente esa sensación de viajar pero sin perder el toque de tren cercanías, de estar moviéndote por él patio de casa, pero lejos del hogar. Descubro que me gusta ver amaneceres en un tren, si le pusiese banda sonora a un amanecer sin lugar a duda seria la del sonido de la naturaleza en un entorno increíble pero como mi segunda opción, seria el sonido de un tren pasando circulando despacio, como temiendo llegar a su destino. Santa Justa nos recibe con cielos azules y tremendamente helada.
No queremos dejar pasar la oportunidad de hacer un breve tour por Sevilla y visitamos la torre de los perdigones, una torre que esta enclavada en un parque y es la única construcción que queda en pie tras la remodelación del entorno. En esta torre se subía el plomo fundido y al dejarlo caer se formaban los perdigones. Continuamos rodando por Sevilla para visitar las setas del mercado de la encarnación. Una singular construcción del arquitecto Jürgen Mayer cuyo nombre oficial es Metropol Parasol y te recomiendo no te la pierdas, ademas tendrás la foto para Instagram con las letras formando Sevilla.
Continuamos callejeando para visitarla la catedral con su famosa Giralda y el entorno típico andaluz con sus coches de caballos que ofrecen un vuelta por la ciudad. Pero nosotros tenemos nuestros corceles y pedaleamos hacia el Guadalquivir para ver la replica de la Nao con la que Juan Sebastián el Cano dio la vuelta al mundo, la torre de Hércules y el puente de san Telmo. Queremos ver la plaza de España pero la organización de una carrera nos impide el paso, demasiada vuelta para llegar, por lo que ponemos fin a nuestra visita buscando la salida de Sevilla por la Puerta Verde.
Justo a la salida de Sevilla tenemos un Mercadona, ideal para cargar de agua nuestros bidones y algo dulce para arrancar. La Puerta verde es un corredor que Comunica Sevilla con la universidad y con Alcalá de Guadaria. Comenzamos rodando junto al canal de los presos, obra realizada tras la guerra civil y en la que se uso a los presos políticos para completarla a pico y pala. Recorremos el trazado de la puerta verde parando en los molinos harineros. Uno de los mejor conservados es el molino fortificado de el Realaje que en su torre a gran altura hay un azulejo que dice,”En el año de 1784 el dia de año nuebo llego a este asulejo el rrio”.
Continuamos nuestra ruta para alucinar con el guardián del castillo, el puente con forma de dragón que nos da la bienvenida al llegar a Alcalá de Guadaria. No podemos disfrutarlo mucho ya que hay una carrera y la zona esta repleta de gente.
Dejamos atrás Alcalá de Guadaíra para encontrarnos con la vía verde de los Alcores que por un firme perfecto y castigados por un viento de cara tremendo no llevará hacia Madreña del Alcor y el Viso del Alcor donde hacemos una parada para comer. Si seguís nuestro track, no paréis en ese Bar, mejor buscar otro o tirar de barritas.
El trayecto que nos queda es por campos de cultivo y aunque no esta mal del todo se puede rodar sin problemas. El viento y los bancos de arena nos agotan tremendamente, tanto que optamos por hacer una parada en Marchena, un café calentito para entrar en calor y afrontar los últimos kilómetros por la vía verde la campiña, el gran objetivo de nuestro viaje.
Estamos cansados, es subida y el sol se pone tras nosotros, rodeados de campos verdes espectaculares, siento la sensación de libertad, de estar viviendo la vida, disfrutando de cada pedalada en una tarde fría de enero. Creo que desde que me he reenganchado a la bici también me he reenganchado a la vida.
Llegamos con las últimas luces del día al hostal, cenamos y caemos rendidos según llegamos a la habitación.
Susan Sontag en su libro Yo, etcétera escribió; He descubierto que estoy cansado de ser persona. No sólo cansado de ser la persona que era, sino cualquier persona. Me gusta contemplar a las gentes, pero no conversar con ellas, tratar con ellas, complacerlas u ofenderlas. Ni siquiera me gusta hablar con el muñeco. Estoy cansado. Me gustaría ser una montaña, un árbol, una piedra. A medida que pasan los años creo que me voy sintiendo más así menos cuando pedaleo la vida.
Si te gusta el contenido de mi blog te animo que te suscribas al canal y al blog ya que me apoyas a seguir creando contenido 😉.