Porque es así como te fastidia la vida. Te pilla cuando todavía tienes el alma adormecida y siembra en su interior una imagen, o un olor, o un sonido que después ya nunca puedes sacarte de encima. Y aquélla era la felicidad. Lo descubres después, cuando ya es demasiado tarde. Y ya eres, para siempre, un exiliado: a miles de kilómetros de aquella imagen, de aquel sonido, de aquel olor. A la deriva. Este texto lo escribió Alessandro Baricco en su libro «Tierras de cristal» en 1991. Por aquel entonces cuando el lo escribió aún yo no sabía que me alejaba de ella a toda velocidad. Ya han pasado muchos años, muchas cosas con imágenes, olores y sonidos similares que podía adoptar como buenas copias de los primeros. El año pasado quería comenzar el viaje de vuelta, retomar la ilusión, emprender nuevos proyectos, vaciar la botella de la desilusión tachando el des con marcas rojas gruesas y llenar la botella vacía con la ilusión que da un nuevo año.
Hoy puedo decir que no lo conseguí. Hay botellas que no son reutilizables y esta es una de ellas.
Duro poco la ilusión, y en seguida me mi cuenta que este año 2021 seria el primero de los años perdidos, los años que ahora denominare en blanco y negro. El año que arranque todos los póster que adornaban las paredes de mi cerebro con frases de mister wonderful. Te das cuenta que las sonrisas no combinan con todo, que los sueños no se cazan, que tras el esfuerzo no hay una meta con tu sueño esperando para ser cumplido. Te das cuenta que la vida no entiende de modas, que hay terrenos yermos en los que no crece nada y que tras un gran esfuerzo, llega otro mayor a modo de maldición de Sísifo.
Como todos los años afronte con ilusión febrero, que con eso de ser más corto como parece que cunde más tu esfuerzo en crear, en dar pasos hacia el positivismo y comencé con el canal de YouTube a modo de terapia, una forma de salir de mi zona de confort y forzarme a escribir guiones, crear nuevas rutas, retomar interés en temas para darlos formas y contar historias. Ha funcionado un tiempo, casi todo el año, pero desde diciembre de nuevo la oscuridad reina en mi cabeza, solo hay silencio, añoro las voces locas que me proponían aventuras imposibles, las que me motivaban para salir de casa y descubrir que al girar la esquina de siempre cada día era una nueva aventura. Un día escribí un punto en el diario de mi vida y el resto de días fueron folios en blanco. Ahora esta todo apagado en mi cabeza, oscuridad y silencio.
Hoy tengo que escribir un nuevo capitulo de mi vida, sin motivación, sin ganas y sin fuerza. Otra vez en la casilla de salida, otra vez obeso, otra vez desentrenado. Ahora solo tengo fuerza para ir superando un día de mierda tras otro, este año será más fácil solo tengo que superar al año pasado que fue un año perdido. Ni siquiera disfrute las vacaciones, simplemente pasaron. No todo fue malo, tengo a mis seres queridos junto a mí en un año difícil, me ha sorprendido que cuando me propongo hacer algo sin esperar un gran resultado me sorprende, los videos que menos me gustan a mi son los más vistos y algunos casi ni llego a subirlos. Me descubrí olvidando el pulsómetro y corriendo por ritmos agónicos hasta ver que lo esperado del entrenamiento llegaba (única carrera que termine en 2021 un 10 km corriendo) no logre el objetivo por un par de segundos pero bueno lo pondremos como algo positivo de este año de mierda. En bici quise retomar mi presencia en marchas y me animé a participar en una de gravel que termino a los pocos kilómetros por los suelos y poniendo punto final a toda ilusión deportiva y al inicio de la curva del chocolate.
Hoy con 11 kilos más de cuando escribí el capitulo 50 “dando la vuelta a la cinta”, de cuanto no había pandemia por enero 2020 y sería el año del comienzo de un nuevo yo, mas fuerte, mas esperanzado y optimista me encuentro contemplando las ruinas una vez más de ese proyecto. Desde hace años creo firmemente en el pensamiento de Hunter S. Thompson La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado, entre una nube de humo, completamente desgastado y destrozado, y proclamar en voz alta: ¡Uf! ¡Vaya viajecito! . Tengo que volver a decorar las paredes de mi cabeza, y la comenzaré con esta frase y continuaré con las de otro de mis favoritos Charles Bukowski, estoy seguro que cualquier psicólogo me recomendaría encontrar otras fuentes no tan perjudicadas por el alcohol. Veo pocas frases de él que no me representen “Qué triste fueron esos años, tener el deseo y la necesidad de vivir pero no tener la habilidad”. La cordura la pondré de manos de Thoreau porque es lo único que este años me ha funcionado Si uno avanza confiado en la elección de sus sueños y se esfuerza por vivir la vida que ha imaginado, tropezará con el éxito menos esperado en su vida corriente. Tal vez no combine bien el tamaño de mis sueños con el esfuerzo para alcanzarlos, culpa mía, tengo todo un año para ir practicando.
P.D: Todo esta bien, sigo en manos del guionista. 😉 Feliz cumpleaños.
Hola Alakan, me pone triste leer esta entrada tuya. Sé de ti, y de tus aventuras por Javi Guillamo y Carlos Matés, montamos en bici con ellos un grupo de gente. Te animo que te pongas en contacto con ellos y que compartas alguna ruta con nosotros. A ver si te ilusionamos con nuestras ganas de pedalear y de reirnos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Clemente por tus ánimos y comentario.
Me gustaMe gusta