Voces en mi cabeza, carril Toledano y Gravel para ser feliz.

Jamás aceptaré la derrota y borraré de mi vocabulario palabras o frases como abandono, no puedo, imposible, irrealizable, improbable, fracaso, impráctico, sin esperanzas y retirada; Porque son palabras de necios. Huiré de la desesperación, pero si esta enfermedad de la mente me atacara, seguiría trabajando en medio de la desesperación. Trabajaré y aguantaré. Pasaré por alto los obstáculos que se yerguen a mis pies, y mantendré los ojos fijos en las metas por encima de mi cabeza, porque sé que donde termina el árido desierto, crece la verde vegetación. Persistiré hasta alcanzar el éxito.

«El vendedor más grande del mundo» (1968), Og Mandino.

 

Hace frío, no demasiado pero lo suficiente para salir una hora más tarde de lo pensado. No tener una hora fija de llegada de llegar a casa me que permite alargar un poco más la pereza en la cama. Los años me van a haciendo más perezoso, mas lento si cabe e intentan hacerme más desesperanzado y en esa lucha mental me mantengo. Adoro montar en bici, viajar en ella, recorrer carreteras solitarias, pistas, senderos. Descubrir parajes y vivir aventuras, pero es tan duro ese primer paso de iniciarlo. Ese primer paso se da con la cabeza y al final es la que manda, las voces en mi caso son las que tienen la rienda de mi voluntad. Esas de las que llevo hablando años que eran el acicate de rutas locas y aventuras increíbles ahora están en boca de todos como un gran problema social de salud mental. En estos últimos años muchos de mis referentes en lectura, youtuber o “influencer” han hablado de su enfermedad, ahora me doy cuenta que he estado haciendo equilibrios en una cuerda peligrosa con un inmenso vacío bajo mis pies de la que tal vez el escribir en el blog, las rutas en bicicleta o las cumbres de las montañas cuando mi cabeza no podía más han conseguido mantenerme en equilibrio.

Me he dado cuenta en un cruce de caminos en la ruta cuando tenia que decidir si continuar lo planificado o aventurarme a regresar improvisando una pequeña aventura. Las voces han vuelto con fuerza, todas a una, con ganas y con ilusión gritan, aventura. Y las he escuchado y he recorrido pistas por prados verdes, pistas con poblaciones al fondo de postal con las montañas al fondo engalanadas de blanco, hoy puedo decir que sigo manteniendo el equilibrio sobre el abismo.

Antes de llegar a ese cruce me cuesta salir, este invierno atípico de días ventosos y gélidos con días de primavera no van bien para mi cuerpo que va descontando días para el siglo, ese que seguramente nunca cumpla. El Garmin me da la lata con la ruta, no consigo que se cargue y tras algunas maldiciones al final sale en pantalla, el carril toledano es mi objetivo, salgo de Alcorcón con más pereza que ganas, subir todo el polígono y dejar Alcorcón, cruzar Móstoles hasta llegar a la vía verde se me hace un mundo, tengo frio y las ganas en casa. Pero algo en mi tirar mantiene mi mirada al frente y la cadencia en el pedaleo hasta que me contagia y una vez rodando por la vía verde hasta parque Guadarrama empiezo a encontrarme más a gusto sobre la bici, empiezo a dibujar una sonrisa helada. Cruzar el puente de hierre fue como pasar a otra dimensión, el sol se nota calentando la chaqueta negra, el calor en la cara cuando bajas el ritmo o paras un momento para hacer una foto. Primer objetivo cumplido, rodar por el carril toledano y mientras pedaleo voy recuperando viejos recuerdos de cuando me fui a Guadalupe con la Gravel antigua, ese día hacia un calor bochornoso y buscaba las sombra del camino. Hoy mientras revivo mis recuerdos voy esquivando charcos, barro y buscando la trazada menos bacheada. A la altura del monte de Batres mientras me derivo entre seguir la ruta trazada y guida por el track o escuchar las voces que gritan aventura y tirar para Navalcarnero sin tener la certeza de por donde volver, los kilómetros que saldrán o la ruta a seguir. Por un momento hago oídos sordos al populacho mayoritario de voces que abuchean mi decisión nada clara ya que mi corazón comienza a unirse a las voces dejando sola a la razón. Con la escasa del barro me doy la vuelta y tomo el camino que dicta la locura. En ese momento se escucha una alborozo en mi interior, las voces se hacen un reel o un TikTok con el audio que sea lo que tenga que ser, se muera quien se tenga que morir. Pero me siento mejor, mas feliz, mas libre hasta de mi mismo y ruedo entre campos verdes, solitarios, silenciosos y tranquilos que me dan paz. El camino esta genial y rodar con la gravel es una autentica terapia que necesitaba, el paisaje con los pináculos de la iglesia de Navalcarnero asomando por el horizonte en la lejanía me rememoran partes del camino de Santiago, buenos momentos vividos en soledad y con amigos. El silo fiel compañero estático de ruta, guardián de mi escaso sentido de la orientación me guía hasta el y una vez a su lado lo dejo atrás siguiendo mi rumbo correcto, esa vez por carretera que aunque no tengo prisa si hambre y quiero comer en casa. La gravel te permite eso rodar con comodidad por la carretera y una vez que le has ganado el tiempo que precisas a la ruta te adentras de nuevo a las pistas en mi caso por la vía pecuaria que separa la ciudad financiera del Santander con sus instalaciones del Bosque del Santander. La entrada en la pista me da un pequeño susto al romper mi rueda el hielo de un charco congelado que no vi, pero sin mayor problema y mis escasas fuerzas tiran con mas ganas que potencia hasta alcanzar la pista superior que me llevará hasta Alcorcón por la Colada de Pozuelo y me dejará en el tres aguas ya en la urbe y en la monotonía.

Antoine De Saint-Exupéry escribió en “Ciudadela”, Nada tiene sentido si no mezclo en ello mi cuerpo y mi espíritu. No hay aventura si no me comprometo en ella. Gracias voces por la ruta de hoy, por volver a sentirme libre un buen rato y por disfrutar de una gran mañana.

Track de la ruta.

Acerca de alakan

Dentro de veinte años estaras mas arrepentido de las cosas que no hiciste que de las que hiciste.Asi que librate de las ataduras.Naveja lejos del puerto seguro.Atrapa las huellas del viento en tus velas.Explora.Sueña.Descubre.MARK TWAIN.
Esta entrada fue publicada en Gravel, rutas y etiquetada , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.