Si sientes que algo te escarabajea dentro, pidiéndote libertad, abre el chorro y déjalo correr tal y como brote.
Miguel de Unamuno.
Mi última semana de vacaciones y me había planteado una ruta de senderismo por la pedriza, pero el gravel me tiene enamorado y quería disfrutar de mi bici, de mi nuevo neumático de 38 para montaña y sobretodo de mis nuevos frenos avid BB7, lo pase fatal bajando la ruta por la fuenfría, tanto por agarre en la rueda delantera como por la frenada en las bajadas potentes.
Como siempre me cuesta empezar el día demasiado y tal vez por mi pereza o por lo cupos de acceso, seguramente de todo un poco, hacen que tenga que empezar la ruta desde el aparcamiento de la entrada al parque. Me lo tomo con optimismo, más subida y kilómetros para disfrutar y creo que ha sido positivo ya que he disfrutado del primero al último de los kilómetros recorridos. La ruta la comienzo en la barrera de control, ascendiendo por el asfalto solitario que sube al collado de quebrantaherraduras, entre maldiciones y quejas de senderistas que suben cargadados con la comida para pasar el día.
Pronto dejo la carreta para tomar la pista de tierra que te adentra en la pedriza, en su zona alta sin pasar por canto Cochino, una pista forestal muy poco concurrida, la mayoría ciclistas y que cuando había tráfico en la carretera te evitaba subir con los coches atosigándote. Y sobre todo tiene unas vistas increíbles del embalse de Santillana y de la sierra de Hoyo de Manzanares, eso sin contar con la paz que se respira. Hace un calor increíble y el sol pica anunciando tormenta, el cielo comienza a sacar nubes de su fondo de armario pero no son preocupantes. Esta pista pica hacia arriba, digamos que le encanta el porcentaje de dos dígitos pero a medida que ganas altura y te vas adentrando en la pedriza, cada pedalada, cada metro ascendido vale su esfuerzo por las vistas increíbles que te regala el entorno.
A los 6 km y tras una de esas bajadas que te dices a ti mismo, esto no es necesario que luego lo voy a tener que subir de nuevo y con su IVA seguro enlazas con la pista que sube de canto cochino hacia el collado de los pastores que es mi primer destino. La pista para la bicicleta gravel con neumáticos para montaña es una delicia, disfrutando de la bicicleta sin ningún problema, esta en su entorno, en su habitad. La ruta nos da descansos, sombra y el murmullo del agua en arroyos apagados y timidas cascadas que andan esperando que al otoño para que alimente su caudal y volver a tomar brío. Lo peor fueron las moscas, realmente pesadas durante toda la ascensión y por momentos muy numerosas y de echo me comí tres o mas bien se autoinvitaron a comer siendo ellas la comida, bueno más proteína.
Justo a 500 metros de coronar el collado me pasa un ciclista en MTB, uno de los pocos ya que en la salida vi un grupo de 5 ciclistas con Gravel disfrutando del camino de Santiago Madrileño y dos mas bajando por donde yo subía. Disfruto de las vistas en el collado de los pastores, me ha costado menos de lo que pensaba, la subida es dura pero creo que este sentido se me hace menos pesado que el otro, el tramo intermedio que hay entre los dos miradores y que ahora me toca recorrer en el sentido contrario es realmente pesado.
Me toca bajar hasta el río Guadarrama y subir un poco, llevadero y tendido hasta que te sumerges en el pinar, la bajada y el falso llano me hacen sentirme libre, estoy disfrutando de la bici este año con la gravel como hacia años, yo creo que desde el comienzo que no disfrutaba tanto dando pedales. El entorno es de cuento, helechos, pinos y sensación de soledad, de estar apartado del mundanal ruido. Ya lo dijo Fito Páez Que droga dura es la soledad que no te deja sostener los ojos fijos en el televisor ni el mundo bajo tus pies. Estos momentos son los que al final te atraen a la montaña como un imán, respiras fuerte, cierras los ojos y sientes todo un mundo de silencio y ruido contenido al acorde del viento entre los árboles, del agua corriendo entre las rocas o las aves cruzando el cielo, abres los ojos y te sientes vivo, un chute de luz, de belleza y libertad. Tal vez nos alejamos de la felicidad cuanto mas llenamos nuestros vidas de desechos materiales.
La fuente antes del mirador que nos deja la pedriza a nuestros pies no tiene ni gota de agua, continuo subiendo, breve parada en el desvío a la nava, no hay ganas de subir, no le veo tanta gracia a la subida y tampoco es tan grande su recompensa en vista. Toca la bajada, temeroso por como se comportaran los frenos y con la primera frenada siento que mi bici esta feliz, nota la frenada, que tengo capacidad de detenerme si lo preciso cosa que antes no la tenía, lo se, le estoy quitando emoción a la vida, pero con los años uno también gana en prudencia.
Canto cochino esta vacío de coches y con gente diseminada por las praderas pero que cuesta encontrarlas, sería como un juego para buscar al senderista. Esta vez si me toca subir quebrantaherraduras, la subida comienza con un 10% pero pronto te dice que es broma y suaviza hasta hacerla divertida como la bajada y la llegada al coche. Me espera un buen bocata y probar la bebida sin gas de monster, me encanto y eso que me lo tengo prohibido, sobre todo el monster normal al que era adicto, muy adicto.
Creo que hasta ahora la pedriza es una de las rutas para la gravel mas divertidas y bonitas de la Comunidad de Madrid, que si tienes una de estas bicis te animes a descubrirla y disfrutar con cuidado y precaución en las bajadas ya que que es pista pero tiene algunos tramos complicados para nuestras monturas, yo bajé rápido, mas rápido de lo que me imagine en un principio pero una vez me hice con el neumático de 38 taqueado delantero y sobretodo los frenos, nuestras gravel no tienen limites solo nuestro deseo de disfrutar de ellas.
Ya lo dijo el gran maestro Bruce Lee Si te acostumbras a poner limites a lo que haces, físicamente o a cualquier otro nivel, se proyectara al resto de tu vida. Se propagara en tu trabajo, en tu moral, en tu ser en general. No hay limites. Hay fases, pero no debes quedarte estancado en ellas, hay que sobrepasarlas… El hombre debe constantemente superar sus niveles.