Yo no viajo para ir a alguna parte, sino por ir. Por el hecho de viajar. El asunto es moverse.
Robert Louis Stevenson
Llueve, una vez más las gotas de lluvia golpean el vidrio de mi ventana minutos antes de sonar el despertador. Son las cinco de la mañana y llueve, tengo todo preparada para un viaje de tres días junto con Despistado por la sierra de segura y Alcaraz, no queda más remedio que ponerse en marcha capeando el temporal como se pueda.
Recojo a Jorge de su casa y continua lloviendo, tímidamente pero lo suficiente para terminar calados en caso de que en nuestro destino las condiciones climáticas sean similares, pero al entrar en el camino deja de llover y vemos con alegría como el GPS del coche nos indica ir hacia donde el sol libra una dura batalla por abrirse un hueco y ver que pasa. Aparcamos el coche en San pedro, mientras nos preparamos sale el hombre que habita la casa frente a la que hemos aparcado y le indicamos que vamos a dejar el coche tres días a lo que nos responde “… hasta el domingo no le va a pasara ná, ahora el lunes yo ya no estoy…” inquietante. Compramos Pan para comer en la tienda de enfrente y comenzamos nuestra aventura por tierra albacetenses.
Lo primero que nos encontramos es un árbol al que han empalado ositos de peluche, da algo de miedo. Las pistas están en perfecto estado y rodamos con alegría, sin barro en una continua ascensión a orillas del río de la Quéjola hasta Casas de Lázaro que cruzamos casi sin darnos cuenta. El paisaje es agreste y solitario, un rebaño de ovejas y cabras pasta a su antojo por los verdes prados. Los ríos bajan desbordados inundando cultivos y arboledas. Justo cuando la pista cobraba algo de monotonía la ruta nos regala un sendero que devoramos hambrientos de sendas y trialeras a pesar de ir con alforjas. La ligera bajada nos mete un sembrado dejándonos hasta arriba de barro pero una vez que liberamos las ruedas la senda se deja rodar por un pinar preciso dibujando nuestra primera sonrisa del día.
Los Cerros de la muda nos sacaron los colores y la pestosa pista se empeñaba agarrar nuestros neumáticos por el barro, pero lo que no sabíamos era que estábamos pagando el peaje por disfrutar de una trialera increíble, salvaje, de las que te dan la sensación de estar muy lejos de todo, en mitad de la nada y la disfrutas con la adrenalina a tope descendiendo a orillas del Arroyo peralejo.
Los pasos en muchos casos muy complicados y pendientes nos obligaban a desmontar pero en nuestro interior estábamos grabando la ofensa a fuego con la firme intención de volver con nuestras dobles y con mochilas para intentar la bajada integra.
Cerca de Paterna de Madera encontramos un buen sitio para degustar nuestro bocadillo y terminar de digerir el bajadón que nos hemos metido. Tras reponer fuerzas continuamos subiendo pasando por Río Madera, preciosas las vistas desde lo alto con una pista tentadora que invitaba a coronar su sierra y Batan del puerto, puerta a nuestra última subida del día por la carretera AB-415 que se nos hico menos dura de lo que pensamos pero que a mi se me atraganto de mala manea subiendo de forma pésima pidiendo que terminara la subida a cada giro del asfalto.
Y cuando termino nos encontramos con una cima nevada en el puerto de las crucetillas que aprovechamos el cartel para descansar, hacernos unas fotos y ver como una familia disfrutaba de la nieve con un trineo.
Como no queremos tener que bajar a Riópar con luces nos ponemos de nuevo al Tajo ascendiendo lo que nos queda hasta el cortijo del Manojal lidiando con una pistas llena de nieve que se nos resulto muy complicada ya que en ocasiones era blanda y en otras había tramos helado que te hacían ir hacia donde la montaña quería pero que nos lo pasamos en grande disfrutando de este nevado hasta alcanzar el Cortijo donde ya sin nieve comenzamos la bajada de una senda apasionante, larga no, lo siguiente, de una disfrute increíble para ir con alforjas en donde apenas nos desmontamos y que nos dejo un subidón de adrenalina memorable dando por buena todas las subidas pestosas que habíamos sufrido, el madrugón y el viaje en si.
Ya solo nos quedaba bajar y llegar al Hostal Río Mundo en donde nos alojamos y que tras dejar las bicis en el garaje y las alforjas en al habitación bajamos al bar a por la jarra de cerveza de la victoria, que ya lo dijo Charles Bukowski Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos, Salud.
Track de la 1 Etapa by Despistado
Galería con toda las fotos de la primera etapa.
Alojamiento Recomendado: Hostal Río Mundo