“Y vivir sin tener preocupaciones
ni aguantar a un idiota que te toque los cojones
y mear en un árbol y marcar mi territorio
visitar a los colegas y montar algún jolgorio “
Poncho k (Un perro como tú)
La empresa me ha obligado a coger un día festivo de mis vacaciones porque han decidido hacer puente, vamos como si me invita a comer y me pasa la cuenta antes de irnos, para que luego digan que la empresa no tiene sentido del humor.
JJ también tiene puente, el de forma voluntaria y restregándome que aún le quedan muchos días de vacaciones en diciembre mientras yo consumo el último mío y forzado. El día es agradable, el típico frescor matutino de finales de octubre (si estamos a finales de noviembre pero no tengo tiempo de actualizar el blog y estar al día, perdón) que una vez el sol se pone a repartir candela hace que sobren todas las prendas de abrigo. Salimos de la urbanización Vista Real para dirigirnos hacia el pueblo de Becerril y esta vez le propongo a JJ dar una nueva oportunidad al sendero que hace años yo intente y estaba perdido, pero que un pajarito me había dicho que se habían currado de nuevo y ahora era ciclable. Como JJ en esto de la bici es como Kim basinger en “ella siempre dice sí” nos adentramos por una puerta tamaño S para unos cuerpos tamaño L que aparentan una buena XL, pero bueno solo es cuestión de perspectiva y meter tripa. Y nuestra sorpresa fue mayúscula cuando nos encontramos que el sendero ha sido arreglado y es espectacular, magnífico hasta que JJ me saca de mi nirvana con un “no será por hay” y un vistazo rápido al GPS me confirma que será por hay. El sendero bonito se ha transformado en una rampa hacia el cielo, que nos obliga a poner pie a tierra y empujar la bici los50 metrosde un rampón imposible, total pa na ya que una vez llegas a arriba los vuelves a bajar y sigues llaneando hasta que otro rampón te recuerda que eres un globero en esto del MTB y te vuelves a bajar, pero bueno para eso hemos venido y esta vez será el último y el resto del camino, senda, a ratos trialera merece la pena ya que bordeas totalmente el pueblo, evitas la carretera y vas a dar a parar al final del circuito cola cao en donde optamos por cambiar de rumbo e ir a buscar el sendero Renault que tanto nos gusto el otro día pero nos pillo en el sentido malo y esta vez le queremos disfrutar como se merece.
En este punto veréis que el track sube un poco más de lo normal y fue solo porque queríamos ver una casa espectacular que han construido y de verdad merece la pena verla y babear un poquito. Cuando llegamos a la entrada del sendero justo en la puerta un grupo de vacas nos están esperando, no me gusta como nos miran notaba rencor en sus ojos por haber comido alguna de sus hermanas, JJ tampoco lo tiene nada claro pero le echamos valor, un par de huevos y con el culo pegado a la valla y con la bici a cuestas las bordeamos para no molestarlas, total ellas están en su casa y nosotros somos invitados. Una vez tenemos la senda libre de bichos con cuernos que miran mal, solo queda disfrutar y sentir el mtb en la venas con un buen chute de sendero espectacular que termina con alguna rampita dura pero como la ves venir y tienes la adrenalina a tope la subes sin esfuerzo si no eres JJ claro, que esta vez me mira refunfuñando, “joder que sobradito vas hoy, no como el fin de semana pasado”. La ruta nos deja en un tramo divertido, en bajada hasta las vías del tren terminar subiendo hasta el pueblo y volver a subir hasta el deposito de aguas de collado mediano en la que la gasolina de mis piernas marca la reserva para subir haciendo el cabra, pero que administro de forma genial para terminar culminando la entrada del sendero de Roblepoyo sin que me pite el pulsímetro como me pasó con Jaime en el mismo punto.
El sendero nos deja en Reajo del Roble, se respira ambiente a laboral y los dos pensamos lo bien que se podría vivir sin trabajar, disfrutando tan solo de la vida, de la bici, de la montaña. Recorremos la senda de la presa y decidimos volver ya que se nos ha hace tarde para preparar la comida, subimos hacia el camino de santiago pero los ladridos de un perro que por su tono no nos suenan a amistoso y si a tamaño oso nos hacen cambiar de opinión y ampliar un poco la ruta cogiendo el sendero desde la barranca, no hay nada como la voz de la naturaleza para ir enlazando sendas chulas.
El empalme de ruta que hago le encanta a JJ que se lo apunta para sus salidas de entreno ilegal con el único fin de poder sacarme los ojos los domingos y disfrutamos de una bajada divertida por el camino de santiago de nuevo hasta vista real en donde nos damos cuenta que ninguno de los dos ha cambiado la hora y no llegamos tarde, mas bien pronto, jajaja.
Aprovechaos para cubrir la piscina de con la lona y degustar un exquisito y sublime arroz a lo JJ, sin coñas una maravilla con unos buñuelos de postre.
Tal vez hemos ingerido más calorías de las que hemos quemado, pero tomare prestada la frase de Thomas Jefferson La vida carece de valor si no nos produce satisfacciones. Entre éstas, la más valiosa es la sociedad racional, que ilustra la mente, suaviza el temperamento, alegra el ánimo y promueve la salud, pues lo dicho si eso quedamos otro día y le damos otro ratito.
Track de la ruta