Hace algún tiempo persiguen tus recuerdos mis caminos y sudan bajo el sol, tras mis talones los días más felices ya vividos.
Jenniley Bonilla
Para mi el pirineo tiene un padrino y este es Totapillao (Víctor) el me metió esta mierda en vena y mira que me aviso, ojo que los Piris enganchan y te va a costar venir una vez al año como mínimo. Y una madrina Ordesa, ya que fue mi primera ruta senderista pirenaica tras la cual volví a casa maravillado. El año pasado al salir del valle mire hacia atrás y le prometí volver.
Desde que vine en Agosto del año pasado mi vida a dado un giro radical, solo se mantiene mi Soledad y el amor a la montaña. Es mi último día en Torla por lo que toca rendir visita a la Madre que parió mi amor toda esta zona.
El día amanece esplendido, algo fresco. Me gusta mientras desayuno ver como las mujeres se van enfundadas en chaquetones con caras de estar muertas de frío y en 15 minutos son capaces de salir del baño en tirantes y pantalón corto con la crema bronceadora puesta. Curioso como cambia el cuerpo femenino y que cuerpos, la naturaleza las sienta tan bien.
Poco a poco me estoy haciendo un radical en esto de la montaña, por eso quiero saber que es lo que me pierdo subiendo en autobús y no por el sendero. La senda sale a 200 metros de la puerta de tienda y no me lo pienso, cojo agua de la fuente maravillosa que hay a al salida del camping y me pongo a subir por la pista ancha y arreglada con mucha sombra que sume hacia el primer desvío del puente de los Navarros. Una vez en este punto la pista se transforma en senda de montaña, mi cara cambia, no sonrío, me cuesta cerrar la boca y dejar de babear por la belleza del recorrido. Los pasos con piedras que han caído de la pared, árboles a modo de pórticos naturales, el verde intenso cubriendo rocas y troncos, el agua rugiendo ensordecedora a una velocidad endiablada, tomándose pequeños descansos en pequeñas piscinas naturales de un azul intenso que invitan a sumergirse en ellas.
Esta pequeña senda que te sube a la pradera de Ordesa tiene en su interior tres pequeñas joyas que compensan el esfuerzo de renunciar a la comodidad del autobús y son sus tres cascadas señaladas en el recorrido, La de Molineto Preciosa, la cascada de los abetos espectacular y la tamborreta para perder en el sentido y todo mientras ves como pasan los autobuses con gentes de ver y se están perdiendo un prólogo con la misma calidad o más que el mismo valle.
No estoy muy cansado y me planteo subir por la senda de los cazadores, pero un vistazo al GPS me dice que la cascada de la cola de caballo queda muy lejos, medito y me decanto continuar por la pradera sacrificando la vuelta ya que la haría por le mismo sitio.
Como se que me va a quedar un cómodo paseo disfrutón de saltos de agua, voy disfrutando de cada uno de ellos. Llama la atención la poca gente que hay en el parque, he estado más de 20 minutos andando sin cruzarme con nadie.
Antes de llegar a la fuente y a las gradas de soaso mi cuerpo me avisa que no va bien, el cansancio asoma casi de repente y me pide retornar de de forma urgente a riesgo de quedarme sin fuerzas para regresar.
Bebo un poco de agua helada que brota de la fuente, subo hasta las gradas de soaso donde como un poco y descanso, en tres horas y media no he parado de andar. Me repongo un poco y decido continuar, me niego a no completar esta ruta, pongo ritmo cansino y por fin la contemplación del Circo de Soaso con su cascada me animan un poco calmando mi agotamiento.
Como frente a la cascada, un pareja joven se hace fotos con la cola de caballo de fondo, el salta y ella le fotografía en el aire, Se cambian los papeles pero no consigue sacar la foto, ella apenas levanta un palmo los pies del suelo, es algo torpe y sus dos grandes atributos de mujer no la ayudan a ganar altura, el chico se desquicia pero unos cuantos nos lo estamos pasando bomba, menudo dolor de pechos va a tener la chica esta noche.
Dejo la cascada tras dos gemelas que son jovencitas de muy buen parecer, hay que dar gracias a Díos por crear seres duplicados tan hermosos. Pero pasa lo de siempre ellas corren más que yo. Mira esta frase la diré cuando me pregunten el porque sigo soltero es que ellas corren más que yo.
Una senderista francesa de ojos preciosos carga con un pesada mochila y una replica de los pirineos como pechos, va de travesía y me regala una preciosa sonrisa a modo de saludo, con una mujer a si a mi lado yo me hacia perroflauta montañero.
Al llegar casi a la pradera me encuentro con la pareja francesa del día anterior en el valle de Otal, no si al final la montaña es un pañuelo.
Llego rendido a la pradera donde se toma el autobús para retornar a Torla, caigo rendido en el césped junto al río. Una cosa es volverseun poco radical en la montaña y otra no tener piernas pora conseguirlo, me monto en el autobús de bajada que deja cerquita del camping.
Tras ducharme, leer un poco y cenar, un matrimonio que desde hace unos días me trata como a un hijo al verme “tan solito” me invitan a bollo casero y a pacharan, esto es vida, lo de lo resot un Mito.
Te avisé. Lo malo es que dentro de poco una vez al año no te bastará, tendrás que subir varias veces al año y acabarás planteándote dejarlo todo y buscar un curro por la zona.
Yo te prevengo.
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