“No importa los fracasos, son muy naturales, la belleza de la vida son esos fracasos. ¿Qué sería la vida sin ellos? No valdría la pena si no fuera por las luchas.”
Swami Vivekananda
Tras mi periplo por el pirineo aragonés, me quedan dos días de vacaciones que he decidido disfrutar en nuestra sierra madrileña. No monto desde el lunes y noto las piernas algo cansadas, pero subo con alegría, por la tarde he quedado para andar con JJ por lo que tengo que tomarme con calma mi jornada en MTB por el valle de la Barranca. Hace un calor terrible y para sufrir un poco más de la cuenta opto subir por la pista, un sol de justicia me golpea de lleno pero quiero ver si aún soy capaz de hacer la subida en plato mediano y piñones alegres. Lo logro y eso me llena
de satisfacción, estoy más cansado que lo última vez pero me conformo con haberlo logrado, descanso bajo una sombra frene al embalse mientras veo pasar a senderistas que buscan algo de fresquito en la montaña. Como he subido por la pista decido hacer la subida clásica y ascender por la pista. Paro en la fuente de Mingo, el agua de esta fuente siempre me ha sabido a gloría, supongo que más por el deshago que te da el dejar de dar pedales que por lo fría y agradable que brota del caño.
Tras refrescarme, comienzo a sentirme cansado, muy cansado, subo como puedo las duras rampas que dan acceso al mirador de las canchas cuando me pasa un padre de familia con su niña en la sillita diciéndome adiós con la mano, seguro que eleccionada por el padre para terminar de humillar a los pobres sufridores del pedal. No calza automáticos y cabalga sobre una bici de hipermercado, pero sube veloz como un rayo, imposible evitar el ridículo, madre mía que máquina de dar pedales. Ya en la última rampa me pasa otro biker a una velocidad mayor que el anterior, me anima y decido animarle como a esta clase de bikers les gusta, meto el plato mediano y hago sienta mi cambio trasero tras el, bajo un piñón y veo como le como mucho terreno, el baja otro pero va cansado, vamos al mismo ritmo, no quiero pasarle solo incordiar un poco, bajo otro piñón para que me vea la rueda y el ya pedalea con rabia, quiere coronar primero, si bajo dos piñones lo paso de sobra, muevo ahora la bici con soltura, pero bajo solo uno y me quedo a su rueda si querer pasarle, corona el primero y ni se para. Ahora podrá decir que un globero a intentado
pasarle sin conseguirlo, animalitos.
En la cumbre me encuentro con el máquina que habla con su mujer y con su niña que ahora me saluda, en la cumbre hay otro biker que
hace fotos del paisaje con una buena cámara, hablamos un rato, va a bajar por pista y le propongo enseñarle algunos senderos, bajamos por la senda Ortiz pero esta muy seca y muy transitada, esta vez tampoco me importa ya que me encuentro con una buena tanda de pechos, como me gustan las senderistas sin complejos, luciendo la parte de arriba del bikini. Tras la senda Ortiz subimos un poquito y le enseño la senda Alakan quedando alucinado de lo que la barranca puede ofrecer, nos despedimos en el aparcamiento, bajo por el centro de emergencias para disfrutar de la senda que me dejara en Navacerrada, me doy un paseo por la presa y vuelta a casa, la primera parte del día la termino con una sensación tremenda de cansancio.
Tras la comida toca pateo con JJ, nos subimos en coche hasta la entrada de la pista del Pingaron, le tengo preparada un sorpresa a JJ ya que se no conoce la cascada del arroyo que nos regala las guarramillas, bajamos hacia el paular pero las moscas nos devoran por lo que cambiamos de rumbo y decidimos recorrer el ramo arbolado de la senda del cabezas de hierro, la idea era un paseo tranquilo, charlando por un sitio fresquito, disfrutando del silencio y un paisaje extraordinario y como no haciendo un poco el indio subiéndome a los árboles, madre mía lo que me costos subir el culo a esa rama, que uno ya no tiene edad para hacer estas cosas.
Terminamos la jornada haciendo unas fotos al atardecer, cuando me encuentro un sujetador atado a un árbol, JJ me dice que es un ejemplar de pino hembra, pero me da a mi que este de botánica sabe lo que yo de castrar pollos. Cada día me encuentro cosas más frikis por estos mundos de Díos.