Si del amor hacemos la meta más cierta y el más cierto placer de nuestras vidas, ello se debe a que, por serlo para serlo, debe soñarse ilimitado sólo porque es, fatalmente, limitado.

Carlos Fuentes

Cuando te planteas rodar por tierras desconocidas te bajas el recorrido para cargarlo en el GPS y poder ir sobre seguro, pero los datos con los que cuentas son fríos, sabes que hay subidas fuertes, unas 10 horas de ruta y lo principal la seguridad que vas a disfrutar de unos paisajes alucinantes.

Salimos de Ainsa rumbo a Bielsa en donde dejamos los coches en el aparcamiento que hay en la entrada del pueblo, las montañas que rodean este bello pueblo pirenaico ya nos hacen intuir que la ruta va ser dura, muy dura. Dejamos Bielsa por carretera dirección Francia, sorteamos el tunel  pasando por un puente que hay a la derecha disfrutando de un tramo de río que baja bravo.

Ascendemos por carretera unos kilómetros hasta que por fin una señal nos marca el desvío de nuestro destino lago Urdiceto 11 kilómetros. La pista esta rota y un cartel ya nos avisa en donde nos metemos “Pista muy peligrosa, pendientes prolongadas, desprendimientos, muy estrecha ” eso nos gusta pero  al kilómetro nuestra cara ya no es la misma, el terreno es criminal, esta muy suelto y cuesta mantener un ritmo constante. La pendiente es terrible y el calor es asfixiante. Nuestro ritmo lento nos permite sentir la naturaleza, y un sonido de aguas rápidas nos delata un buen salto de agua que merece la pena cotillear, veo unos hitos que se adentran un poco hacia el valle y nos encontramos con un salto de agua alucinante en donde nos hacemos unas buenas fotos y reponemos agua para digerir en la medida de lo posible la dura subida con la que el lago nos esta castigando. Unos metros más adelante encontramos una fuente de agua helada, la montaña se nos ha abierto dejándonos ver en el final de la ascensión. Pero lejos de alegrarnos nos quedamos mirando preguntándonos, ¿no tendremos que subir por ese sendero que se ve a lo alto de la ladera?, nuestra duda se resolvió en ese mismo momento cuando vemos como un todoterreno baja un poco más arriba de la senda. Buscamos una sombra para tomarmos unas gominolas con nueces que mass siempre nos trae para hacernos la subida más amena, así como unos plátanos descomunales que compramos el día anterior. La ascensión no da tregua, una pendiente continua nos machaca, ni un solo metro en el que poder tomar un respiro hasta que por fin coronamos. En la pantalla vemos como el track asciende unos metros y luego desciende por un sendero bordado en una pradera con un paisaje de ensueño, uno ve las fotos y quiere estar en este lugar, pero vivir ese momento, respirar ese aire puro, sentir la plenitud, la majestuosidad de una montaña de verdad, te da vida.

Ascendiendo hacia el lago nos encontramos con una laguna preciosa, más pequeña y humilde que el lago protagonista de nuestra ascensión.  El Urdiceto es una maravilla, un lago de aguas cristalinas a  2200 metros de altura, de aguas tranquilas ,frías, cristalinas, tentadoras para darte un baño. Meto los pies y se me quedan helados, el agua estará a unos 8 o 9 grados, Isra se mete vestido hasta las rodillas, cuando de repente se sumerge por completo en las heladas aguas del lago, sale tiritando, completamente helado pero diciendo que es una maravilla, me animo, me pongo el bañador y no me lo pienso, me sumerjo en el lago y al abrir los ojos bajos sus aguas me encuentro con una azul turquesa increíble, es como bañarte en un sueño, del que te despiertas de golpe, el cuerpo te pide salir rápidamente sientes un frío intenso y el no hacer pie en el lago te hace pensar que no puedes aguantar mucho en el, salgo feliz, las nubes se han retirado y el sol calienta mi cuerpo, no tengo foto del momento y me vuelvo a sumergir, quiero sentir de nuevo el beso de la montaña en mi piel, jamás he tenido mayor recompensa al coronar una cima.

Comemos a orillas del paraíso y retomamos nuestra ruta hacia el refugio, cuando al hacernos unos fotos nos damos cuenta que Robaguilera ha partido su cuadro, vemos con pena como la senda alucinante se pierde por unas montañas que nos piden a gritos rodar por ellas, pero tenemos que dar por concluida nuestra aventura por hoy e idearnos como salir del apuro, ya que tenemos una bici inservible y estamos a más de 2000 metros de altura y a 20 kilómetros del coche.

Cortamos de una señal un trozo de madera y con una navaja le apañamos un poco la fisura pero vemos que no es suficiente por lo que paramos al primer todo terreno que bajo para pedir ayuda, con la suerte de topar con una pareja de rumanos fabulosa, que se prestaron a bajar Robert y su montura hasta el aparcamiento donde estan nuestros coches.

Dejamos a nuestro compañero en la tartana todo terreno con una rumana preciosa y un rumano vigilante llamado Ovidio.

El resto del grupo gracias a que la montaña aprieta pero no ahoga nos brida un sendero espectacular que si bien nos permitió adelantar al todo terreno nos  hubiese gustado disfrutar de algunos metros más. La bajada hasta Bielsa es a tumba abierta, tenemos que parar un par

de veces para descansar de tanto descenso y para que la abuela (Mass) se reponga de un sustito al sacar la patita para no salir por delante

en un reguero. Los años la están haciendo una acróbata de la bicicleta, de la que se le libro el jodio.

Llegamos a Bielsa y nos taca esperar al todo terreno que tras una hora y media de coctelera nos devuelve a nuestro compañero sano y salvo por los pelos, ya que casi se dan de frente con otro coche. Nos hacemos unas fotos con los rumanos, que por cierto la rumana estaba desatada, que alegría tenía la jodía.

Ha sido una jornada de MTB maravillosa, pero solo un prologo, esta nos la apuntamos y la completaremos, solo hemos perdido una batalla la guerra será nuestra.

Track de la Ruta