“Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr.”

William Faulkner

A las 7:00 de la mañana los mansos braman, la verdad es que no se si se dice a si, pero te despiertan, supongo que será el tono que nos pone la naturaleza a los urbanitas que buscamos nuestros gramos de libertad en plena naturaleza. He dormido del tirón y el calorcito del saco en contraste con la temperatura de la tienda me hace meterme más dentro del saco, me acurruco y disfruto del resto de sonidos de la naturaleza mientras me desperezo. El culo lo noto perjudicado, no entiendo porque unas veces me molesta y otras no, la crema me ha calmado algo y me pongo otra capita. Desayuno, y recojo el campamento, es tarde para el horario que tengo previsto. Ayer ese último kilómetro me costo un triunfo, pero por la mañana, con la fresca, la muy fresca y las piernas recuperadas sobretodo cuando comienzas bajando todo se ve de otro color, lastima que toque subir, con lo bonito que se presentaba el cuento. Subo a buen ritmo para lo que en mi es habitual, si pedaleo no tengo frío así que todo para arriba, el culo me molesta un poco se que no es buena señal, tomo algo de agua en la fuente que hay camino de la molinera. Las vacas caminan pensativas hacia pastos verdes y tiernos, difícil lo tienen. Subo la molinera y en el mirador de cabeza lijar puedo disfrutar de unas vistas maravillosas de la presa de la Jarosa con el valle de los caídos de fondo, Madrid a mis pies. Cuando dejo vagar mi mirada a su aire se pierde buscando rincones del paisaje, recuerdos de otros tiempos con buenos amigos, cuelgamuros, la bajada del DH, el embalse de Valmayor muy al fondo y toda una llanura que nos conduciría a Madrid y que ha sido campo de batalla de grandes kilometradas.

La pista arreglada que me baja hasta el alto de los Leones, hay algunos jubilados que ven obras y otros que no cesan hasta que le cambian el nombre a un puerto, este ha tenido hasta 12 nombres diferentes, me para ante el cartel que me indica que vuelvo a entrar en Madrid, cuando a lo lejos me llama Mass que junto con Cristian están disfrutando de una coca cola, dicen que la subida por la molinera ha sidocriminal por el calor y yo medio helado de frío.

Al final deciden renunciar a su ruta y acompañarme hasta la bola que es mi objetivo estrella del día y punto de inflexión de este viaje, ya que comienzo a notar que mis posaderas van a decir basta en cualquier momento. Desde el mismo alto de los Leones nos adentramos en la pista que nos dejara en la puerta de las pistas del valle del río Moros y todo sin tocar un solo metro de la carretera. En principio había pensado bajar hasta cercedilla, pero que difícil se me hace renunciar a este vergel, el cielo se esta poniendo de un gris cenizo, el pasapán esta ya casi cubierto de nubes y comienza a hacer un viento un tanto helado, paramos en el refugio donde nos hacemos unas fotos y al alcanzar el desvío de collado marichivas nos desviamos y paramos para tomar algo. Con lo cargado que voy y la paliza que llevo, la verdad siempre tengo una excusa decente, prefiero empujar la bici que dejarme lo que me queda de riñones en la subida escalando una rampa de las duras. Mass que lleva toda la semana intentando hacerme desistir que haga solo el viaje al final logra su objetivo, tengo el culo dolorido, el tiempo es un asco con grandes nubarrones circundando la zona de la ruta que me queda por recorrer y Mass insistiendo en que me deje de güevadas y que me baje a cercedilla que me invita a comer. Al final acepto y me doy por vencido, uno no puede luchar contra los elementos y mass es un buen elemento.

Bajamos a cercedilla por la trialera de marachivas, la bajo cargado y sin poder bajar el sillín, vamos que bajo sentado sobre la tienda tirándome por los sitios más complicados. También aprovechamos para enseñar a bajar mejor a Cristian y que vaya encontrando el Flow de su bici.

Mass nos invita a comer en cercedilla y tras una breve sobremesa acompañamos a Cristian a su coche, como Mass vive a los pies del calvario le acompaño a hasta la puerta de su casa y yo sufro de nuevo subiendo el jodio calvario que odio con todas mis fuerzas hasta el desvío para ascender por el fantástico sendero que te deja en la carretera de la fonda Real. Cuando subo veo las crestas del dragón, mientras el cielo deja caer algunas gotas, esta vez me has vencido pero volveré y te recorreré de punta a punta. Antes de llegar a casa me doy el capricho de bajar por la trialera de Navacerrada y recorrer la presa por su senda, El cielo comienza a abrirse de nuevo, no estoy triste por no haber podido completar mi aventura, al contrario, he aprendido de mis errores y ahora se que cuando vuelva a salir en un viaje de varios días lo haré mejor preparado, esta vez he fracasado por varios factores, pero el principal la falta de motivación y el tener mi casa tan cerca, la verdad es que rodar por los caminos que ha recorrido hasta la saciedad tampoco ayuda mucho, en fin gracias a todos por los ánimos y en especial a Jack Randall, a Cristian y a Mass por acompañarme en este mini aventura.

Track de la ruta

El track corresponde a la ruta de los días juntos.