«El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma.»
Epicuro de Samos.
La verdad es que no puedo estar un sábado en casa sin salir, así que como este diciembre nos sigue regalando meses de mayo, me he puesto mis artilugios de andar y he puesto rumbo a la barranca, ya que aun me quedan sitios por andar.Sin madrugar mucho, bueno más bien nada, a las 11:30 jejeje dejo el coche en el aparcamiento de las presas y comienzo mi ascensión por el lado derecho de la primera presa. En seguida enlazo la senda del río, el continuo correr del agua deja una melodía de paz y armonía con la naturaleza que alivia el cansancio y los dolores. Andar por los sitios que suelo bajar con la bici te permite ver detalles de la zona que se pierden cuando vas en bici. Unos pájaros saltan entre las ramas entonando su melodía. Alcanzo la pista y me pierdo entro los pinos buscando una senda demasiado difusa como para poder seguirla, pero las montañas que veo de fondo y el lado de montaña que me apasiona me tientan para descubrir sus secretos.Doy media vuelta, reencontrándome otra vez en la pista hasta que alcanzo la senda que me subirá hasta la tubería. El rumor del agua ha cesado, lo que me permite oír como se desprende una corteza de un árbol y cae cual hoja otoñal en un lamento eterno.Bajan unos senderistas curtidos en estas artes, una rama se ha caído sobre la vereda lo que me obliga a rodearlo, unos metros mas arriba me encuentro con los endureros del foro, les saludo y continuo mi subida por la variante de la tubería, me cruzo con un grupo nutrido de mujeres desesperadas, luego cuento porque, jejejeje. Paso la placa de hielo por la derecha y enlazo con un viaje simpático al que acompaño hasta el cruce con la tubería.
Desde el cruce veo parte de mi ruta de bajada, no lo tengo claro, es tarde pero me animo y me encamino hacia la fuente de las cabrillas, cae poco agua, casi llora suplicando por unas lluvias que la recobren su vigor primaveral. La senda desde la fuente esta definida y es fácil y cómoda de seguir. La senda se aproxima al arroyo que saltarín sortea las grandes rocas. Para llegar al arroyo desciendo por un terraplén que cuesta mantener la verticalidad.Una vez en el arroyo no encuentro bien la senda superior que se veía, por lo que me dejo guiar por los senderistas experimentados que han abierto la vía a seguir por medio de hitos de piedras, poco a poco la senda se va definiendo con dificultad entre una vegetación que lucha por cerrarla, estoy bajo la mirada fría e imponente de la maliciosa y llego a una pradera con unas vistas impresionantes de la llanura madrileña y los embalses de Navacerrada y Valmayor. Me cuesta encontrar un poco la senda pero un hito a lo lejos me deja ver una bajada algo definida, la bajada es pronunciada de piedra suelta que te obliga a mantener la atención en la bajada.Con bastante altura perdida veo a grupos de personas disfrutando del sol tumbados en la pradera de la fuente de la campanilla mientras disfrutan de sus viandas. Disfruto de su agua, fría y cristalina, es tarde y no puedo entretenerme, como me gusta esta zona de la barranca.
La bajada de la fuente de la campanilla me deja otra vez en la pista de la barranca, pero quiero seguir disfrutando de la intimidad que te dan las veredas y sendas, de sus silencios y de sus murmullos, así como los susurros del viento entre los pinos.Bajo el PR hasta que la civilización o mejor dicho el capitalismo ha herido parte de mi paraíso, el negocio de pino-pino es una ofensa para todos los que disfrutamos de la naturaleza y miro con odio y desprecio a los que disfrutan de sus instalaciones ya que sin ellos no habría negocio ni sentido montar mas en otros enclaves de nuestra querida sierra.El frió ha dejado grandes placas de hielo en las zonas sombrías del embalse y los urbanitas han dejado sembrado de piedras sus capa de cristal ya resquebrajada por los impactos.Termino mi peregrinar por mi santuario, mi refugio espiritual y mi retiro de la sociedad, que bonito es disfrutar de uno mismo, de vez en cuando.La anécdota: Como el grupo de mujeres desesperadas era nutrido las dejo pasar viéndolas hacer equilibrios entre las piedras para evitar la placa de hielo, una de ellas no ve un poco de hielo, perdiendo el equilibrio y dejándose caer en mis brazos, por lo que la sujeto y caiga. Su ojos son de un azul intenso y una sonrisa picarona se dibuja en sus labios, dirigiéndose a sus compañeras les suelta, Mirad que muchachote se nos ha unido al grupo.Le digo que no yo voy en sentido contrario, a lo su compañera la comenta, una pena la verdad. Madre mía que miedito, cuando se juntan mas de tres mujeres son peores que los obreros.