Mis primeras pedaladas con bici eléctrica: Megamo Kansas, egravel.

La ancianidad es una gracia si se llega a ella con alegría y creatividad. Estas cualidades requieren vivir plenamente el momento actual, pues hoy es la juventud de tu longevidad.

Deepak Chopra

Me cuesta tomar decisiones y mucho más si estas suponen desembolsar cantidades de dinero elevadas. Hace tres semanas fuimos a Mammoth Suguss y yo para ver una doble eléctrica, cumplía con todos los requisitos que buscaba, incluido el precio. Pero no sentí emoción por su compra, era como ir al Mercadona por la compra semanal. Me di una semana de reflexión y empecé a enamorarme. Sencilla, básica y con todo lo que buscaba para disfrutar de una bici eléctrica, mi primera bici con motor, la Megamo Kansas.

Busque opciones de compra y Escapa Madrid me cuadraba. La tenían expuesta, era mi color, era mi talla y sentía emoción por su compra, podía visualizar recorridos, aventuras y momentos en ella. Fue la elegida.

Una semana más de espera aproximadamente y la tenía en casa. Pero el tiempo no acompañaba, una Dana no hacía más que ponerme los dientes largos con sol por las mañanas mientras trabajaba y tormentas por la tarde. Tan solo un día me dio unas horas para dar una vuelta a última hora entre tormentas para saciar mi mono de ella.

El sábado era incierto el tiempo, mientras espero el ascensor con mi gordita 17 kilos. Mi vecino de descansillo me dice, «donde vas que va a llover». Me la juego, le respondo, quiero salir a rodar con ella, estrenarla como se merece con una ruta. Y sí, pude seguir disfrutado de la misma emoción que el jueves cuando rodé por las calles de Alcorcón, pero ahora en tierra, reblandecida por las lluvias que agarraban los tacos de sus neumáticos Pirelli Cinturato, pero que no me costaba vencer este esfuerzo extra, para eso tenía la ayuda de un motor de 200 w y 65 newtons de potencia que hacía el pedaleo realmente sencillo.

Siento que montar una bicicleta eléctrica requiere una curva dé aprendizaje, es lo mismo que montar en bici muscular, pero diferente. En los primeros kilómetros siento ir abusando del motor, sentía como ir en la fixie, apenas cambiaba de marcha, el motor tiraba y el terreno con muy ligera pendiente tampoco exigía mucho cambio de desarrollo ni de más asistencia eléctrica que una potencia mínima entre  la una y la dos de las cinco disponibles con las que jugaba según quería experimentar más o menos velocidad y esfuerzo.

Llegando al monte de Boadilla con las sendas picando algo más pendientes, paso a intensidad tres. Al subir la  asistencia, también se sube el disfrute, la velocidad, la emoción y las ganas de kilómetros, de rodar y la batería también comienza a bajar. Me encanta esa sensación en la que la bici corta, tú tiras y cuando aflojas, el motor te da ese plus de los pros que te falta. Rodar a 25 km/h por senderos, subir por pendientes a 18km/h- 20 km/h. Siento que me estoy colando en el Olimpo de los pros, en el reino de la potencia y la velocidad que no me he ganado, que no me corresponde, vivo una experiencia de piernas prestadas que disfruto tras pasar por caja.

Pedaleo por un submundo al que los gorditos solo podíamos acceder tras duras dietas y largos planes de entrenamiento o en largas bajadas en modo demo. El planeta ahora es más plano, más para gorditos poco entrenados con recursos. Ahora toca administrar esa renta, este disfrute no te lo has ganado con esfuerzo, está condicionado y dura lo que la batería te acompañe.

Comienza la era de ir pedaleando gestionando tu esfuerzo y el del motor, kilómetros/metros de ascensión, un ojo puesto en el GPS y otro en la pantalla que gestiona la batería, puros yonquis de los vatios gestionando su dosis. La velocidad ahora es mi droga y los kilómetros o la ascensión, la dosis. Dejamos atrás eras de ciclismo globero. La era rígida, la era de las 26, la era doble, la era de las 29, la era gravel y ahora la era eléctrica, algún día se estudiará en los libros del ocio del siglo  XX y del XXI o sobre los principios de la movilidad eléctrica. En unos años seremos esos locos con sus viejos cacharros. Y podréis decir a las generaciones más jóvenes, yo pedaleé esa historia.

Mihály Csíkszentmihályi dijo. La evolución ha ido avanzando hacia la cumbre de la complejidad y, tanto si nos gusta como si no, la cumbre en estos momentos somos nosotros. De nosotros depende que la evolución continúe produciendo formas más complejas en el futuro. Podemos ayudar a hacer que este mundo sea un lugar más increíble que nunca o acelerar su retorno al polvo inorgánico.

Y en ese cambio, en ese viaje hacia el futuro, la bicicleta ocupará un protagonismo especial.

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About alakan

Dentro de veinte años estaras mas arrepentido de las cosas que no hiciste que de las que hiciste.Asi que librate de las ataduras.Naveja lejos del puerto seguro.Atrapa las huellas del viento en tus velas.Explora.Sueña.Descubre.MARK TWAIN.
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