
¿Qué tienen en común una pequeña tienda de bicicletas en Suiza, una ciclista emprendedora y un objeto que se ha agotado año tras año en todo el mundo? La respuesta es un fenómeno que trascendió el deporte para convertirse en un icono pop: The Sexy Cycling Calendar. Durante años, supo tomar una fórmula picante y convertirla en una marca de éxito. Pero, ¿conoces su verdadero origen, las mujeres que lo hicieron posible y su inesperado impacto en el ciclismo?.
Esto no es solo un paseo por fotos sugerentes. Es la historia de cómo una pareja suiza convirtió una idea simple en un negocio viral que compitió con gigantes.
El Nacimiento en Siebnen
La historia de The sexy Cycling Calendar comienza en 2013, lejos de los grandes patrocinadores y las sedes editoriales, en la localidad suiza de Siebnen. Allí, el ciclista retirado Giuseppe Atzeni y su esposa, la apasionada ciclista y modelo Kristin Schulz, dirigían su tienda: Atzeni Race. La idea era sencilla: promocionar su negocio y la marca de bicicletas que vendían.
Mientras que el calendario Cyclepassion ya existía, protagonizado por ciclistas profesionales, Kristin y Giuseppe decidieron darle un giro. El «Sexy Cycling Calendar Swiss» estaría protagonizado por modelos (incluida la propia Kristin), combinando la pasión por las dos ruedas con un glamour sin complejos.
El primer calendario fue un éxito local, pero la magia de internet no tardó en hacer lo suyo. La combinación de bellas mujeres, maillots apretados y los espectaculares paisajes suizos de montaña, se disparó globalmente. Había nacido un rival.
Ediciones y Protagonistas.
A diferencia de otros calendarios que rotan a atletas famosas, la fuerza del Sexy Cycling Calendar residía en su consistencia estética y en su principal musa, Kristin Atzeni. Ella no solo posaba, sino que era la cerebro detrás del marketing, el diseño de la ropa y la selección de las localizaciones.
Cada edición buscaba una temática o un enfoque sutil.
- Los primeros años (2013-2016): Predominaron los idílicos paisajes montañosos de Suiza, un homenaje a su origen, con bicis de montaña y carretera.
- La Evolución (2017-2018): El calendario no tuvo miedo de evolucionar. Se introdujeron localizaciones urbanas, y un estilo más fashion, con tacones y poses más atrevidas, demostrando que la bicicleta podía ser un accesorio de moda tanto como una herramienta deportiva.
- La anécdota del «Pirelli del Ciclismo»: Kristin Atzeni, en una de sus muchas entrevistas promocionales, lo definió como el Pirelli del Ciclismo, elevando su modesta iniciativa a la categoría de la icónica publicación italiana. Este branding audaz resonó mucho en la prensa.
Es importante destacar que, aunque el enfoque era sensual, el objetivo declarado por la firma era promover el uso de la bicicleta en Suiza, una misión social envuelta en papel brillante.
El Fenómeno Viral y los Números.
El éxito de este calendario no fue solo de crítica, sino también de ventas.
En 2014, la edición 2015 de 5.000 copias ¡se agotó en diciembre de 2014! El fenómeno se repitió con la edición 2016, que aumentó la tirada a 6.000 unidades, vendidas completamente. Esto demostraba que había una demanda global por este tipo de contenido.
La propia Kristin se convirtió en su mejor promotora, escribiendo personalmente a blogs, revistas y medios de comunicación de todo el mundo, como una directora de relaciones públicas incansable. Esta conexión personal y emprendedora fue la verdadera salsa secreta del proyecto.
El Legado y las Últimas Ediciones
Con el paso de los años, el panorama del ciclismo ha cambiado. El enfoque en la igualdad, la visibilidad de las mujeres atletas y la evolución de los estándares de representación han hecho que este tipo de publicaciones se replanteen.
Aunque los datos de ediciones posteriores a 2018 son menos públicos, el legado de Kristin y Giuseppe es innegable: demostraron que con pasión, una buena idea y una estrategia de marketing directa, se puede competir con los nombres más grandes del ciclismo.
La ultima edición se saco a la venta en 2019, por primera vez en edición limitada. Se busco dar más protagonismo a los paisajes, más fotos de conducción, como la de la famosa tremola en el paso de San Gotardo. Kristin para esta edición se aseguró de que ya no se viera muy sexy a las ciclistas en todas las imágenes, sino que también se sonriera de forma natural. No siempre tiene que estar todo preparado, dijo en una entrevista.

The Sexy Cycling Calendar Swiss no fue solo un conjunto de imágenes. Fue la historia de un sleeper hit o éxito durmiente, un almanaque que se atrevió a ser sexy y al hacerlo, puso a una pequeña tienda suiza y a su emprendedora ciclista, en el mapa mundial del ciclismo.
¿Qué piensas tú de este fenómeno? ¿Lo veías como un calendario sexy o como una genialidad de marketing? Déjanos tu opinión en los comentarios.
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