Recorremos el Tajuña salvaje por su vía verde.

Las cosas verdes de este mundo son maravillosas, ¿Verdad? (…). Nos empeñamos en deshacernos de ellas y resulta que muchas veces son justo lo que nos salva. 

“Un monstruo viene a verme” (2011), Patrick Ness

 

En este 2025 parece que a decido alterar el refranero popular y adelantar el mes lluvioso a marzo. Pero tras semanas sin ver el sol y con un cambio de estación por en medio por fin el tiempo nos da una tregua y podemos estrenar la primavera.

Lo bueno de este mes de lluvias es que nos ha dejado en la Comunidad de Madrid unos ríos un tanto salvajes y decidimos hacer una ruta recorriendo uno de ellos de la forma más segura y factible por razones de barro, así como de aglomeración de gente.

Y que mejor elección que rodar por una vía verde que toma prestado su nombre precisamente del Río Tajuña y que se había desbordado en algunos puntos cortando algunos accesos por carretera. Además, para esta ocasión podríamos reunirnos el grupo completo de WhatsApp para rodar juntos.

Salimos de Perales de Tajuña. Podíamos haber recorrido entera la vía verde, sí. Pero nuestro estado físico a pesar de las jornadas de rodillo no ha mejorado sustancialmente y no tenemos de momento ni motor ni depósito para una ruta tan larga.

Empezamos la ruta prácticamente junto al Tajuña y al cruzarlo nos damos cuenta de que el río se nos ha hecho grande y se muestra majestuoso, como nos gustaría verlo siempre en su estado natural. Como ya he comentado también estrenamos primavera y los campos lucen un manto verde excepcional aderezado con los brillos que la humedad del suelo y pequeñas lagunas han dejado en el terreno.

Rodar por la vía verde es una delicia, su firme es antiguo, pero se mantiene decente acusando su edad y falta de mantenimiento en tramos, pero una gozada levantar la vista y disfrutar su trazado marcando las lindes entres los terrenos. Siempre he pensado en las vías verdes como una aplicación de la técnica japonesa kintsugi, que quiere decir «reparar con oro». Un método de reparación que celebra la historia de cada objeto haciendo énfasis en sus fracturas en lugar de ocultarlas o disimularlas. El kintsugi da una nueva vida a la pieza transformándola en un objeto incluso más bello que el original.

Si lo trasladamos al concepto de la vía verde, el asfaltado o la adecuación del terreno para poder ser caminado o rodado, toma el relevo del trazado férreo y en concepto no deja de ser una vía de comunicación en la que esta vez el hombre es la fuente de propulsión. El rojo intenso de la vía destaca sobre el terreno como el oro sobre la fractura de un objeto.

En Ambite final hasta hace unos años del tramo de la vía acondicionado nos regala un lugar de descanso. Hay un eclipse, pero apenas es perceptible si hablamos de intensidad lumínica el sol brilla con ganas y nuestros cuerpos lo agradecen dada la amplitud térmica que en primavera disfrutamos en España.

La vía verde se ha ampliado unos cuantos kilómetros más hasta el Pozo de Almoguera, la vía perfectamente acondicionada y en perfecto estado de mantenimiento ha pasado del asfalto a tierra compactada, pura delicia para las gravel, pero no tanto para nuestras piernas que tienen que ir superando un 3% de promedio hasta casi llegar al Pozo de Almogera donde termina oficialmente la adecuación de la vía. Un tramo en el que se adentra en la vegetación de monte, se gana altura disfrutando de la llanura y los campos de cultivo y deja escarpar la imaginación para dibujar nuevas rutas siempre pensando en el más allá del horizonte que el siguiente monte no nos deja ver y llegar al Tajo, a los embalses.

A la vuelta el viento nos castiga y nos empuja por partes iguales, pero esta vez la gravedad es nuestra aliada y regresamos hacia el coche como almas que lleva el diablo. Los excesos aún en bajada se pagan y esta ruta siempre te deja reventado, para hacer este recorrido completo tienes que ser muy conservador, ya que siempre hacia el último cuarto de ruta te va a pasar la factura.

Comemos muy bien a la entrada de Perales y despedimos un gran día de bicicleta, de reencuentros y risas. Una gran jornada de ciclismo. Lucy Montgomery ya lo dejo dicho en una frase de “ana de las Tejas verdes”  Se puede disfrutar de todo cuando uno está firmemente decidido a ello. Por supuesto, hay que estar firmemente decidido.

Track de la ruta

 

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About alakan

Dentro de veinte años estaras mas arrepentido de las cosas que no hiciste que de las que hiciste.Asi que librate de las ataduras.Naveja lejos del puerto seguro.Atrapa las huellas del viento en tus velas.Explora.Sueña.Descubre.MARK TWAIN.
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