El día que descubrí mi purgatorio: Col du Soulor a Col D´Aubisque

¿Qué hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espíritu.

André Maurois

Dos Grandes puertos de montaña y un gran paseo por el circo de Gavarnie me han dejado totalmente agotado, creo que no logro entender bien el concepto de vacaciones, o eso dicen mis compañeros de trabajo. En mis planes tenia quedarme un día más en Francia para subir en bici hasta el circo de Troumouse pero tal y como me encuentro no creo que fuese capaz de llegar ni al cruce que deja la carretera a Gavarnie, por lo que decido recoger tranquilamente la tienda y dedicar el día a descansar, disfrutar del viaje hasta Torla en donde pasar una tarde Tranquila.

El día es esplendido, luce un cielo azul increíble y la temperatura es agradable para alguien que como yo detesta el calor. Dejo el Camping de Luz St-Sauveur rumbo de nuevo a España, a la salida del pueblo comienzo a cruzarme con carreteros que van buscando el Tourmalet y los circos cercanos, cicloturistas como caracoles que recorren en ambos sentidos los pirineos, otro de mis sueños húmedos de verano que no me importaría intentar en breve.

Dejo atrás la población de  Aucun y la carretera comienza a picar hacia arriba, haciendose mucho mas acusada cuando paso Arrens. Aquí comienza el puerto de Soulor otro de los grandes colosos y puertos míticos de esta zona con 7 km de ascensión y una pendiente media del 7% música celestial para quien la bici no es un potro de tortura sino un medio para disfrutar de la vida.

Una pareja sube muy despacio el puerto, rondan los 50 años de edad pero lucen una sonrisa de 25 cuando te miran y ven los ánimos reflejados en mi rostro. Subo despacio disfrutando de un puerto maravilloso y maldiciendo no tener piernas para dar la vuelta, aparcar el coche y subir esta maravilla. Corono el puerto y aparco en la cumbre para disfrutar de las vistas. Veo una oveja dentro de una cabina, seguramente espera la llamada de algún familiar lejano, mientras los burros descansan al sol tendidos sobre la verde pradera que extiende como una alfombra a los pies de las cumbres.

Del Col Du Soulor al Col D´Aubisque hay una ligera pendiente, la carretera esta bordada en un paraje alucinante, Sobre un valle espectacular y cumbres no tan lejanas que te invitan a ser exploradas. Siento las piernas cansadas pero no puedo más, se que me arrepentiré sin hago este recorrido y al llegar al Col d´Aubisque aparco, me pongo el culote, el maillot y bajo a la Choni del coche para recorrer el tramo que une los dos puertos. El comienzo es en bajada, estoy en el puerto más alto a 1.709 metros y tengo que descender hasta los 1.474 metros del col de Soulor. Creo que pocas veces he estado tan feliz de hacer lo que me gusta, bajo disfrutando  veloz por una carretera solitaria en un paraje que no olvidare en la vida, estoy seguro que los ciclistas cuando morimos y nos dan a elegir opciones de donde pasar el resto de la eternidad esta es una de las que están en opción y sin duda la marcaré sin pensarlo. Seguramente dentro de unos años cuando ruede por otro sitio similar pensaré lo mismo pero hora, este es el paraíso que me pilla más cercano y en el que puedes sentir tu alma interior gracias a  la paz que reina. Llego en un suspiro a Soulor dándome la vuelta par tras una ligerísima bajada comenzar a disfrutar de la subida a Aubisque. Madre mía, si esto lo hubiese podido leer hace años no me creería que yo voy buscando la subida de un puerto para disfrutar y es que el recorrido es como un sueño materializado en carretera, disfruto con cada pedalada, el paso de los túneles que  te sumergen durante unos segundos en la más absoluta oscuridad con la única referencia de la  luz que  indica la salida o la entrada al paraíso. Voy rodando embriagado por mis cinco sentidos, en lo que estoy seguro no pasaría una prueba antidoping de felicidad,  sentir esto no puedo ser legal seguramente.

A un kilómetro del puerto veo como un grupo de ciclistas franceses me han puesto como objetivo y se van dejando la piel por alcanzarme, son como lobos hambrientos en busca de una presa herida, pero decido dar lo poco que me queda y hacerles sufrir un poco más, aprovecho uno de los giros en los que no me ven para bajar piñones y pedalear de pie, sentándome cuando  me tienen a la vista, noto que algo no les cuadra, se han dado cuenta que voy más rápido y un par de ellos se descuelgan, tres continúan tras mi culito y a cien metros de alcanzar la línea de fin de puerto corono con apenas unos metrosde ventaja del mas fuerte de ellos que me grita un good, good riéndose porque sabia que no me había dejado pasar. Con el corazón en la garganta asomándose para ver el paisaje me cambio de nuevo, dejo a la Choni descansar en su soporte y me doy una vuelta para disfrutar de las enormes bicicletas que coronan la cima y unas vistas increíbles a una estación de esquí.

La bajada del Col D´Aubisque en el coche es un sufrimiento en el alma por lo que me estoy perdiendo al no poder bajar con mi Choni y sufrir por no tener fondo ni fuerzas para subir este puerto “asesino” como lo calificó Octave Lapize en 1910. Ver las caras de los que subían en sus bicicletas sufriendo esas rampas infernales era todo un poema y la síntesis de porque amamos este deporte. Se que este puerto lo subiré algún día, me gustaría que fuese en compañía de algún amigo como embarrao, José o Jaime, pero si el destino quiere que nos enfrentemos en un cara a cara también estoy dispuesto para aceptar el reto.

Tan solo me falta subir el Portalet otro que tengo en la lista para coronar por  las dos caras y entrar en España rumbo a Torla en donde tengo en mente acampar.

Me había propuesto un día de transición tranquilo en mis vacaciones y me ha salido una jornada gloriosa en la que he disfrutado como un niño. Sentado frente a mi tienda, a los pies de Ordesa, con Torla iluminada a mi Derecha y la luna en lo alto me uno al sentimiento de Alfonsina Storni cuando dijo (…) Porque mi alma es toda fantástica, viajera, y la envuelve una nube de locura ligera cuando la luna nueva sube al cielo azulino.

Track de la ruta 

 

Acerca de alakan

Dentro de veinte años estaras mas arrepentido de las cosas que no hiciste que de las que hiciste.Asi que librate de las ataduras.Naveja lejos del puerto seguro.Atrapa las huellas del viento en tus velas.Explora.Sueña.Descubre.MARK TWAIN.
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