Viaje a Noruega Días 13, 14 y 15: El final del viaje, Oslo.

Paseaba por un sendero con dos amigos – el sol se puso – de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza…”

Edvard Munch sobre el Grito.

De nuevo el tiempo radiante nos facilita el poder disfrutar de este magnífico país. Nos toca disfrutar  de Oslo y nuestro primer objetivo es conseguir el Oslopass, un pase para entrar en los principales museos de la ciudad y usar el transporte público durante 24 o 48 horas. Salimos desde el camping dando un agradable paseo por el magnifico parque que disfrute el día anterior, las vistas son fabulosas desde este punto.

Lo que más te llama la atención de la ciudad, no ya solo de Oslo, sino del país en general es la limpieza de sus calles, no ves un papel o colilla ni vas sorteando caca de perro por las aceras, algo que si me gustaría ver en mi entorno, pero la educación no se exporta y los campos de cultivo en España no dan los frutos deseados en este aspecto.

En la plaza cerca del centro de información me encuentro un magnifico camión vivienda con una moto clásica que es una maravilla en la parte trasera y en la delantera dos bicis de infarto, y para completar el conjunto de babeo incesante  una pegatina I travelled the alaskan higway and survived, no podía sentir mayor envidia sana por el propietario de esa maravilla.

Una vez con el Oslopass en el bolsillo visitamos el museo de los premios Nobel de la paz y tomamos un barquito con el que cruzar al  otro extremo del fiordo para visitar un grupo interesante museos.

Lo primero que disfrutamos es el Museo popular Noruego en donde se encuentra  la Iglesia medieval de madera de Gol, trasladada hasta aquí en 1885 es una autentica joya siendo su visita altamente recomendable, ya no solo por la iglesia sino por el paraje donde este enclavada toda una delicia que para darle más protagonismo la han acompañado con un poblado antiguo de la edad media ambientado con personajes reales que le dan un toque al montaje increíble, nosotros entramos en una de las casas en donde estaban todos comiendo y se estaban poniendo las botas.

Continuamos con el Museo Vikingo flipando con los restos de barcos antiguos, armas y demás utensilios que conservan de esta apasionante cultura. Y tras el, uno de los museos que más me gustaron de Oslo, tal vez por inesperado o por desconocer por completo la historia de la expedición Kon-Tiki. En el museo podemos disfrutar con la reconstrucción de las dos barcas de juncos que usaron a tamaño real, por lo bien que esta ambientado y la magnifica información que te ofrecen para no perderte un detalle. A modo de apunte esta expedición Kon-tiki fue el nombre de la balsa utilizada por el explorador noruego Thor Heyerdahl (1914-2002), en su expedición de 1947 por el océano Pacífico desde Sudamérica hasta la Polinesia.

Y ya metidos en aventuras visitamos otro museo, el Fram Museum en donde se puede visitar tal vez el barco más famoso de toda la historia Noruega, El Fram. Que guardan como una joya dada la importancia de este barco, pieza crucial para la conquista de los polos dada su increíble resistencia. La visita al barco de por si justifica entrar al museo pero disfrutar de la historia de las expediciones a los polos que rodean al barco es toda una delicia que lo hace grande.

Mientras Jaime se empapaba bien de la historia de Amundsen. Samuel y yo nos salimos a la terraza del museo para disfrutar del fiordo y ver como un Noruego con reminiscencias de vikingo de verdad, salía a zarpar con su niño pequeño en un barco diminuto, a vela que manejo el solito sacándolo del embarcadero a remo, espectacular.

Tras la visita al museo regresamos al centro de Oslo donde devoramos una deliciosa hamburguesa para depues con las fuerzas recuperadas tomar primero el metro y después el autobús con el objetivo de disfrutar de la plataforma de salto de esquí de Oslo.

Como anécdota diré que en las paradas te marca el tiempo que tarda en llegar el autobús y que cuando este esta a punto de llegar te lo indica en un correcto castellano no queda “ná”.

Desde ahora cada vez que vea a un saltador de esquí subido en lo más alto de la rampa sentado en la tablita tiene toda mi admiración porque hay que tenerlos cuadraos para saltar por semejante rampa, es increíble la altura desde la que se tiran y la inclinación de la rampita. Otra anécdota de este sitio es que para bajar hay que esperar cola y cuando llego nuestro turno lucia el gracioso cartelito en el monitor de “out Of. order” Fuera de servicio, pero bueno al final funciono, sería humor noruego.

Que para humor es el famoso parque Vigeland toda una pasada, altamente recomendable de ver y disfrutar tranquilamente, claro esto lo dice uno que lo visito con sol y calorcito, Je jeje. La gracia de este parque esta en sus estatuas de niños, hombre y mujeres desnudos, lo más espectacular su monolito.

Con el parque damos por concluida nuestro primer día en Oslo, cansados de tanta cultura y tanto paseo. De vuelta al camping, Jaime y yo nos sentamos detrás de una pareja de jóvenes adolescentes noruegos, bueno no tanto, y pudimos disfrutar de lo que es su cortejo o preliminares públicos de apareamientos y quedamos totalmente defraudados, el solo la acariciaba el pelo y dio como dos conatos de beso antes de un tímido y frío piquito. Le doy la razón a Jaime cuando me dijo que la frase “… cuando un hombre acaricia el pelo de una mujer piensa que la hace mimos, mientras ella piensa, este ya me esta manchando el pelo” y la rubiácea lo tenia de escándalo.

La mañana siguiente amaneció tristona, era nuestro último día Oslo y teníamos que terminar de amortizar el Oslopass, visitamos el Museo Munch que me encanto y quede mucho más enamorado de su obra, para mi Munch ahora será algo más que el grito, No voy a pintar más interiores con hombres leyendo y mujeres tejiendo. Voy a pintar la vida de personas que respiran, sienten, sufren y aman.

Tras Munch una visita al Museo Natural y despuésla GaleríaNacionalpara ver el Grito y ya cansados de tanto arte, pasamos a tirarnos al césped y disfrutar un poco de la escultura real noruega que esta bien rica.

Nuestro último museo del día fue el de la resistencia que es curioso y merece la pena verlo, ya que este enclavado en una especie de fortaleza digan de ver.

Como era la etapa clave del Tour de Francia, Samuel y Jaime no quieren perderse la etapa y nos damos el único lujo del viaje tomándonos un café en una cafetería para ver el transcurso de la carrera en un monitor gigante.

El viaje se termina, tan solo nos queda preparar las mochilas, guardar las bicis en las cajas y donar a nuestros amigos marroquíes las sobras de nuestra escasa despensa y el gas para cocinar.

El despertar es triste, llueve a mares y desayunamos en la zona de los fregaderos, esperamos un buen rato a que escampase y en un ligero chispear recogemos y nos vamos al aeropuerto bajo un diluvio.

Noruega nos despide al igual que nos recibió lloviendo, pero entremedias nos ha regalado días maravillosos.

Entregamos el coche y pasamos como podemos unas cuantas largas horas esperando que saliese nuestro vuelo, justo al embarcar nos enteramos de la noticia más triste de nuestro viaje, el atentado de Oslo y después la posterior matanza. Ninguno nos podíamos que creer que en el paraíso también había manzanas podridas que podían empañar la imagen de un país que de verdad hemos visto como idílico. Ahora cuando han pasado ya unos meses pero el recuerdo lo tengo vivo, lo añoro, y sueño con volver, se que algún día volveré y la lastima es que no será para quedarme. Me quedo con las palabras de René Rebetez Me zambullí como en una gran copa de champaña, en un mar de estrépitos y fragancias. Por eso jamás pude llevar la rutina de un intelectual y mis lecturas nunca tuvieron una disciplina demasiado rigurosa. Escribir y leer tenían que ser placeres. Hay escritores que interponen un escritorio o una biblioteca entre ellos y la vida. Yo tomé el camino del regocijo. Escribir era parte del viaje y yo me estaba asumiendo como viajero.

Acerca de alakan

Dentro de veinte años estaras mas arrepentido de las cosas que no hiciste que de las que hiciste.Asi que librate de las ataduras.Naveja lejos del puerto seguro.Atrapa las huellas del viento en tus velas.Explora.Sueña.Descubre.MARK TWAIN.
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2 respuestas a Viaje a Noruega Días 13, 14 y 15: El final del viaje, Oslo.

  1. Jaime dijo:

    Grande Javi, muchas gracias por hacerme recordar tantos momentos inolvidables 😉

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  2. suguss dijo:

    Madre mia si te ha costado escribir esto si es que la edad ya se nota en todos los sentidos jajaja

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